Rutas espectaculares por desfiladeros en España

¿Quieres sentirte intrépido como Indiana Jones o Tomb Raider, sin necesitar más que ganas y voluntad de vencerle la partida al vértigo? Hay aventuras que están al alcance de muchas personas, incluso de aquellas que piensan que el alpinismo es una marca de lápices de colores. 

Vamos a recorrer caminos espectaculares por desfiladeros o congostos, solo accesibles a pie, en los que combinaremos adrenalina con paisajes naturales que coparán todos tus sentidos. No te dejes asustar por las fotografías: las medidas de seguridad de los espacios y tu precaución bastarán para gozar de una ruta de belleza inigualable.

¿Congosto, desfiladero, hoces, barrancos?

En primer lugar, vamos a hacer una aclaración de conceptos: congosto y desfiladero son dos términos que se emplean para hablar de cortados estrechos y profundos, como los escenarios de las rutas que vamos a plantearos. Similares por el elemento del agua serían las ‘foces’ u ‘hoces’, que son formaciones más anchas que los congostos, o por barrancos y cañones, con trayectos que implican caminar y con más frecuencia descender con rápeles por el propio recorrido del agua.

Dicho esto, ahora sí, coge la mochila y únete a la aventura.

Desfiladero de los Gaitanes o “Caminito del Rey” (Málaga)

Se trata, seguramente, de la ruta por un desfiladero más conocida de España. Seguramente lo sea por la excelente promoción que han hecho y porque es un recorrido muy asequible para todos los niveles. Es un recorrido lineal (no circular) que se hace en un sentido único con un total 7,7 kilómetros con un suave desnivel negativo (descenso), de unos 50 metros; requiere entre 3 y 4 horas. Empieza en el término municipal de Ardales y termina en el de Álora.

El Caminito del Rey tiene la peculiaridad de que está bastante antropomizado, es decir, que cuenta con muchos elementos que ha puesto el ser humano para garantizar la seguridad de la ruta y que la han convertido en una de las más populares.

Tiene un puente colgante que está a 105 metros de altura y que se estrecha mucho en algunos tramos, lo que puede generar sensación de vértigo. En realidad no se ideó originalmente como opción de ocio, sino que se construyó a principios del siglo XX para facilitar el acceso de los trabajadores a las centrales hidroeléctricas locales; fue años más tarde cuando se decidió reabrir los caminos como oferta de turismo activo. 

Por estos elementos, y porque hay personal de vigilancia contratado, hay que pagar una entrada: cuesta 10 euros la visita libre general y 18 euros con guía turístico especializado (para grupos de hasta 25 personas). El precio incluye un equipo de protección personal y seguro de responsabilidad civil que cubre cualquier imprevisto.

Al término del recorrido, como es lineal, se puede volver al aparcamiento de la zona norte con un autobús lanzadera que cuesta 1,55 € por persona. Esta parte en transporte colectivo recorre una carretera con preciosas vistas. Importante: el Caminito del Rey no pueden hacerlo niños menores de 8 años. Abre todo el año de martes a domingo excepto el 1 de enero y 24, 25 y 31 de diciembre.

Congost de Montrebei (Lleida)

En estos momentos, el Congost de Montrebei está cerrado temporalmente debido al desprendimiento de rocas en una parte del camino. Mientras esperamos su apertura, podemos ir planeando la excursión.

Este tesoro que separa las comunidades autónomas de Aragón y Catalunya es toda una confluencia de aventuras. Tiene varias rutas, cortas y largas, a pie o en kayak. ¿Cómo llegar al Congost de Montrebei? Tenemos tres opciones para aparcar: el párking libre de la Pertusa, junto a la ermita del mismo nombre (desde Àger); el párking libre de Montfalcó, junto a un albergue (desde Viacamp); y el párking privado de La Masieta (desde Puente de Montañana), que cuesta cinco euros al día.

Desde la Pertusa podemos recorrer todo el desfiladero hasta La Masieta pasando por diferentes paisajes: sendas iniciales por montaña (GR1), para continuar por el camino excavado en la roca, ver la cueva Colomera y cruzar el puente colgante de Sant Jaume. La vuelta se repite el mismo camino, pero lo cierto es que no aburre porque la panorámica es muy diferente. Son 23 kilómetros en total con un desnivel acumulado de unos 1.000 metros. Necesitaréis entre seis y ocho horas, por lo que es necesario un nivel físico adecuado.

Desde Montfalcó, en la parte aragonesa, podremos disfrutar de las famosas pasarelas y del puente colgante que nos cruza a tierras catalanas. Hasta Montrebei tenemos 4 kilómetros (unas dos horas caminando) y 440 metros de bajada y 283 metros de subida. Dobla las cifras para calcular la vuelta al coche. Si alargamos la ruta hasta La Masieta, tendremos que caminar 8 kilómetros (tres horas) y superar 463 metros de desnivel positivo y 560 metros de bajada, solo en la ida. Pensad, por tanto, en la vuelta y en si estáis preparados para lanzaros a la aventura.

La visita al Congost de Montrebei es gratuita y libre y siempre es recomendable extremar la precaución. ¡No os dejéis seducir por el síndrome de Stendhal por las maravillas que os rodean y recordad en todo momento que estáis ante caídas verticales de hasta 500 metros! Sed previsores y llevad agua y comida para todo el trayecto, ya que solo hay una fuente y está en la parte del albergue (Montfalcó).

Si solo os veis capaces de hacer uno de los recorridos en una dirección, existe la posibilidad de volver en kayak o de pedir un servicio de taxi o de catamarán en la oficina de turismo de Viacamp. ¿Qué mejor manera de redondear la jornada de aventura?

La Ruta del Cares (Picos de Europa, entre León y Asturias)

También conocida como la Garganta Divina, es un recorrido fascinante que une las poblaciones de Caín (León) y Poncebos (Asturias). Nos dejará con la boca abierta un paisaje de roca, afilados riscos, el imponente Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes) y sus aguas cristalinas.

Son unos 11 kilómetros solo de ida (3 o 4 horas), por lo que la Ruta del Cares tiene unos 22 kilómetros ida y vuelta. Casi toda la ruta es llana y muy agradable, pero la acumulación de kilómetros se le puede atragantar a personas no acostumbradas a caminar. Como alternativa, se pueden usar dos coches o contratar a una empresa. Aunque piensa que lo que en montaña son 12 kilómetros… ¡por carretera la distancia es de más de 100 kilómetros!

La Ruta del Cares también tiene una explicación histórica: se abrió en 1945 para dar acceso al canal de la central hidroeléctrica que veremos durante todo el recorrido. Desde Turismo Asturias recuerdan que está permitido hacerla con niños, pero recomiendan que sean mayores de 12 años o bien llevarlos siempre de la mano y por la parte interior del camino.

Cerrada del río Castril (Granada)

Ahora sí, venimos con un paseo sobre una pasarela de madera ideal para iniciarse en el senderismo. Con poca subida (110 metros de desnivel), el recorrido del río Castril (2,2 kilómetros, una hora aproximadamente) no es poco atractivo por ser corto. Ideal para gozarlo en familia y con niños -ahora sí, aunque siempre extremando las precauciones-, cruza un puente colgante y un túnel.

La ruta baja al río desde el centro urbano del mismo pueblo de Castril y llega hasta la antigua central eléctrica, que está excavada en la roca de una ladera del cauce. En el recorrido admiraremos la naturaleza y caminaremos por encima de las antiguas traviesas del ferrocarril, que se empotraron en la pared rocosa. Está permitido el baño en el río y también la pesca de truchas.

La vuelta se puede realizar por el mismo camino, o bien hacer la ruta circular y seguir el suave ascenso de la cuesta de María Alfonso que concluye, de nuevo, en el pueblo de Castril.

Foz de Lumbier (Navarra)

En la sierra de Leyre encontramos una ruta excavada junto al río Irati que no cuenta con la popularidad de las que hemos mencionado antes. Sin embargo, en cuanto te acerques al lugar te darás cuenta de que tiene algo que atrapa y que es mágico… o diabólico. No panic! Deja que nos expliquemos.

Se trata de una estrecha garganta con paredes verticales de 150 metros de altura y con un corto recorrido de 1,3 kilómetros, pero lleno de atractivos. Por un lado, las aves de la zona: podremos divisar muchas rapaces, como buitres leonados, alimoches e incluso algún quebrantahuesos.

Por otro lado, el misterio del Puente del Diablo, donde termina la ruta: os encontraréis con el camino cortado porque el puente, que data del siglo XVI, está derruido. ¿Y qué tiene eso de sorprendente? La leyenda cuenta que una campesina tenía que atravesar la foz para curar a su madre enferma y que pactó vender su alma al diablo a cambio de que le construyera un puente; como el demonio no terminó la obra en el tiempo pactado, cuentan que la mujer quedó libre de la promesa e igualmente pudo cruzar y lograr el remedio para su madre.

Hoy está en ese estado porque fue destruido durante la Guerra de la Independencia en 1812. En cualquier caso, por seguridad se recomienda precaución al acercarse al puente.

El acceso a la ruta de la Foz de Lumbier es gratuito, pero hay tasas de aparcamiento cuando hay servicio de guardas: un euro las motos, 2,5 euros los coches y 5 euros los autobuses.

Estas son algunas propuestas de rutas espectaculares por desfiladeros por todo el territorio español y con diferentes niveles de dificultad. ¡Solo falta tu espíritu aventurero y que marques en la agenda tu próxima escapada!