5 rutas de senderismo por Cantabria con niños: cascadas, hadas y secuoyas
Escrito por
26.03.2024
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Llevar a los niños de excursión es una maravillosa forma de fomentar su amor por la naturaleza y asegurarles un vínculo duradero con el aire libre.
Pensando en ello, hemos seleccionado cinco rutas de senderismo por Cantabria con niños, elegidas por su facilidad, su belleza y, en algunos casos, por contar con la mágica presencia de cascadas.
Ruta mitológica del monte Hozarco
En la comarca de Liébana, oculto entre el impresionante desfiladero de la Hermida, se halla el monte Hozarco, un lugar donde la magia de la naturaleza y la mitología se entrelazan para ofrecer una experiencia única a niños y mayores. Al empezar el paseo cerca de la ermita de Santa Catalina, del siglo XVII, te adentrarás en un bosque mágico lleno de robles y hayas. Aquí, entre las sombras y susurros de las hojas, te encontrarás con los seres mitológicos que han alimentado las historias cántabras desde tiempos remotos.
La ruta mitológica del monte Hozarco, con un trayecto de apenas dos kilómetros, es breve pero intensa. Se hace llevadera gracias a los 15 personajes mitológicos cántabros a tamaño real que esperan en el camino. Cada una de estas figuras ha sido elaborada con fibra de vidrio y madera por el artista local Fran Querol.
Este camino también tiene como objetivo dinamizar las zonas rurales, poniendo en valor sus atractivos paisajísticos, naturales y culturales. El broche de oro de esta experiencia mágica es el mirador de Santa Catalina, situado a 600 metros de altura, desde donde se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la zona, con el desfiladero de la Hermida y los imponentes Picos de Europa al fondo.
Senda fluvial del Besaya
Es una de las rutas de senderismo por Cantabria más bonitas y familiares: la senda fluvial del Besaya. La ruta te lleva de Somahoz a Cieza, pegaditos al río Besaya. Lo mejor de todo es que es accesible, sin subidas que te dejen sin aliento, perfecta para que los peques de la casa se inicien en el senderismo. Son casi 5 kilómetros, ida y vuelta, de puro disfrute.
Sí, por momentos la ruta se acerca a la carretera, pero no te preocupes, la naturaleza es tan generosa aquí que te envuelve y te hace olvidar que la civilización está cerca. Este camino es una invitación a abrir los ojos, respirar profundo y dejar que los pequeños descubran el encanto de caminar entre árboles y al lado de un río que parece sacado de un cuento.
Si estás buscando una ruta familiar que combine naturaleza, ejercicio suave y mucha belleza, no te puedes perder la senda fluvial del río Besaya.
Ruta de las cascadas de Lamiña
Si buscas una ruta de senderismo por Cantabria con agua anota las cascadas de Lamiña o también llamadas las cascadas de Úrsula. Situadas en el valle de Cabuérniga y enmarcadas por la Reserva del Saja, puedes empezar esta pequeña aventura en Barcenillas, donde el conjunto arquitectónico te da la bienvenida antes de adentrarte en la ruta, u optar por Lamiña.
La ruta desde Lamiña te guía por un paisaje variado, por praderías y densos bosques, hasta llegar a la antigua ermita de San Fructuoso. Si decides comenzar en Barcenillas, el camino te lleva paralelo al arroyo, entre avellanos y castaños, hasta que las cascadas se revelan en todo su esplendor. Ambas opciones te prometen un recorrido relajante, donde el único ruido será el murmullo del agua y el canto de los pájaros.
Este paseo de aproximadamente 7 km, ida y vuelta, es accesible para todos gracias a su baja dificultad y el mínimo desnivel. Es ideal para cualquier época del año, aunque es bueno ir con precaución si ha llovido recientemente. Con fuentes en Barcenillas y Lamiña, no te faltará agua potable. Ya sea que busques un día de tranquilidad en la naturaleza o una introducción suave al senderismo para toda la familia, las cascadas de Lamiña son una opción maravillosa para disfrutar de la naturaleza cántabra.
Sendero fluvial del Nansa
Explorar Cantabria con los peques es toda una aventura, y la senda fluvial del Nansa es el plan perfecto para hacerlo. Esta ruta, que va de Muñorrodero a Camijanes, es un pasadizo secreto a un mundo de naturaleza y diversión, donde cada paso sobre puentes de madera y escaleras se convierte en una aventura. Y después de una jornada llena de exploración, qué mejor que relajarse un rato en el Área Recreativa de Muñorrodero.
A lo largo de unos siete kilómetros, este camino está lleno de castaños, abedules, hayas, acebos, y un largo etcétera de árboles que parecen sacados de un cuento. Es más que un simple paseo; es una clase de naturaleza en movimiento donde los niños (y no tan niños) pueden aprender un montón sobre el bosque y sus habitantes, todo mientras juegan y disfrutan al aire libre.
Pero eso no es todo. La senda fluvial del Nansa es especial también porque forma parte del Camino Lebaniego, uno de esos caminos míticos que los peregrinos siguen hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Así que, mientras caminas por esta senda, estás pisando parte de la historia y la tradición de Cantabria.
Ruta por el bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal
¿Te imaginas paseando entre gigantes? Pues en Cantabria, justo entre Cabezón de la Sal y Comillas, tienes un rincón mágico donde esto es posible. En el Monte Cabezón se esconde un bosque lleno de secuoyas gigantes, tan altas que casi podrías pensar que tocan el cielo. Este lugar tan especial fue reconocido como Monumento Natural allá por el 2003, y no es para menos, con esas secuoyas que llegan a los 40 metros de altura y cuyos troncos son tan gruesos que necesitarías a varias personas para abrazar uno.
Cuando llegues, verás que hay un parking perfecto para dejar el coche y empezar tu ruta en familia. Hay una pasarela de madera de unos 200 metros que te lleva a dar un paseo cómodo por el bosque. Vas a poder ver las secuoyas de cerquita y sentirte un poco como en un cuento.
Y si te estás preguntando cómo alargar el paseo, hay una ruta circular que no te va a llevar más de una hora y media. Son solo 2,3 kilómetros, así que es un plan genial para un día tranquilo en familia o para desconectar un rato de todo. Además, el camino es fácil y hay zonas con merenderos por si quieres parar a descansar y simplemente disfrutar del paisaje. Sin duda, una de las mejores rutas de senderismo por Cantabria.
María José Muñoz