Lavaderos de la Reina, el milenario circo glaciar de Sierra Nevada

Que el Parque Nacional de Sierra Nevada es uno de los lugares más increíbles y bellos de la geografía española es algo de sobra conocido. Sin embargo, si hacemos zoom en sus adentros, encontramos espacios extraordinarios que no son tan mundialmente conocidos pero que, igualmente, brillan con luz propia. Un ejemplo de ello lo encontramos en los Lavaderos de la Reina, en el municipio granadino de Güejar Sierra.

Su particular denominación se la debe a la reina Fabiola de Bélgica. Al parecer, la monarca, tras quedar enamorada del lugar la primera vez que lo visitó, repitió en numerosas ocasiones. Los lugareños, en agradecimiento, le cambiaron su antiguo nombre circo de las Covatillas por el actual.

El porqué de su belleza lo encontramos en su particular naturaleza. Un circo milenario de origen glaciar con cimas de alta montaña, chorreras, neveros, prados y lagunas forman este insólito paisaje más propio de latitudes nórdicas que de zonas de Andalucía. Si a esto le sumamos el suelo negro de su superficie rocosa, tapizado del intenso verde de líquenes y algas en el que transforma en la época del deshielo, es fácil entender el porqué los Lavaderos de la Reina es una de las rutas estrella de Sierra Nevada.

Ruta de los Lavaderos de la Reina

La ruta, de aproximadamente 20 kilómetros y un desnivel acumulado de 912 metros, tiene una dificultad media-alta, dependiendo del clima que haga ese día y la cantidad de nieve que haya acumulada. Aunque depende del estado físico y de los tiempos de descanso, el trayecto total ronda las casi 8 horas por lo que, si no se quiere terminar de noche, es necesario comenzar temprano.

Un dato importante a tener en cuenta es que el tramo final para llegar al parking está en bastante mal estado, con curvas cerradas, grava suelta y bastantes baches, por lo que se deben extremar las precauciones. Aunque se puede acceder con cualquier vehículo, es recomendable uno que no sea muy bajo.

Desde que se da el primer paso, la ruta emociona. No todos los días se tiene una panorámica tan inmensa y cercana de gigantes como el Mulhacén, la Veleta o Los Machos…

Tras alcanzar la cima de pico Papeles y sus 2.424 metros, llegamos a los primeros neveros. Ha pasado casi hora y media desde que comenzamos y el trayecto nos obsequia con un sitio donde jugar con la nieve, sobre todo si eres el peque de la casa.

Continuamos sin perder el ritmo hasta subir a la Loma de los Cuartos para, después, descender al circo de los Lavaderos de la Reina. Este tramo es especialmente peligroso por lo que es recomendable cuidar mucho donde se pisa e, inclusive, llevar crampones para fijarse bien al terreno. Hemos llegado al protagonista indiscutible de la ruta. Un lugar salvaje y con cierto aire de misterio que despierta temor y espectacularidad casi a partes iguales que fascina a todo aquel que lo visita.

El siguiente hito de la ruta son las chorreras del Covatillas, un tramo singularmente bello que regala visuales de las bajadas de agua proveniente del deshielo que descienden con fuerza y estruendo montaña abajo.

Ya en el tramo final, pasamos por la acequia de Papeles y la Hoya de la Alberca, un rincón donde el verde toma el protagonismo en plena primavera. El paisaje más grandioso ha quedado atrás. Ahora toca caminar hasta el final de la ruta por un terreno menos exigente y uniforme pero que, por contra, nos permitirá asimilar lo especial de la experiencia vivida.

La mejor época para visitar los Lavaderos de la Reina es durante la época del deshielo, pues es cuando las chorreras llevan mayor cantidad de agua y porque sobre ellas y las acequias se forman unos curiosos túneles de nieve. Suelen durar un par de semanas, o un mes, dependiendo del clima. Algunos de ellos son tan grandes que se puede recorrer por su interior, aunque hay que tener cuidado con no resbalar, pues el agua que discurre por ellos está muy fría. Tampoco es recomendable cruzarlos por encima, pues si el hielo no está muy duro se pueden romper.