El Ojo de Aitzulo, la catedral geológica del País Vasco
Escrito por
20.01.2024
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En el corazón del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, Guipúzcoa, se encuentra una de las maravillas geológicas más impresionantes de España: el Ojo de Aitzulo. Esta formación natural, semejante a una catedral tallada en la roca, es un túnel que atraviesa la montaña de Orkatzategi, abriéndose en una gigantesca apertura que recuerda a una pupila.
Esta «ventana» natural, a la vez imponente y misteriosa, ofrece una panorámica espectacular del Valle de Oñati, convirtiéndose en un destino predilecto para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
La ruta hacia el «Ojo de Aitzulo«
El acceso al Ojo de Aitzulo comienza en el pintoresco pueblo de Araotz, desde donde se puede seguir la señalizada senda PR-GI 3003, conocida como el «Camino del Agua». Esta ruta de aproximadamente 8 kilómetros, con un desnivel acumulado de unos 350 metros, es una experiencia en sí misma.
Para llegar al Ojo de Aitzulo, hay distintas rutas dependiendo del punto de partida en el País Vasco:
- Desde Vitoria-Gasteiz: la ruta comienza saliendo por el norte de la ciudad hacia la N-240 en dirección a Legutiano. A continuación, se accede a la AP-1 o la A-627 hasta llegar a Mondragón. En Mondragón, se toma la GI-2630 que conduce directamente a Oñati. Una vez en Oñati, se siguen las señales hacia Arantzazu y luego a Araotz, donde comienza la ruta de senderismo hacia el Ojo de Aitzulo.
- Desde Bilbao: se parte por el norte de la ciudad, cruzando los túneles de Artzanda. Luego, se toma la N-637 en dirección a Durango y después hacia Mondragón. Una vez en Mondragón, se sigue la misma ruta que se describió anteriormente desde Mondragón a Oñati, Arantzazu y finalmente Araotz.
- Desde Donosti (San Sebastián): se toma la AP-8 en dirección a Bilbao. Antes de llegar a Eibar, se toma la AP-1 hacia Vitoria hasta llegar a Mondragón. Desde Mondragón, se sigue el mismo itinerario hacia Oñati, Arantzazu y Araotz.
Para comenzar nuestra aventura en el Ojo de Aitzulo, nos adentraremos en la parte más baja del encantador pueblo de Araotz, dejándonos guiar por las señalizaciones de pequeño recorrido (PR), fácilmente reconocibles por sus distintivos colores amarillo y blanco. Estas marcas serán nuestras fieles compañeras a lo largo del camino.
La ruta atraviesa paisajes kársticos y verdes campos, donde el sendero, a veces apenas visible, se va desvelando entre la vegetación. La ruta ofrece dos versiones: una más corta y sencilla, ideal para familias, y otra más extensa que incluye la ascensión a la cima de Orkatzategi, desde donde se disfrutan vistas del embalse de Urkulu y los montes Anboto y Udalaitz.
Consejos para realizar la ruta hacia el Ojo de Aitzulo
Al emprender la ruta hacia el Ojo de Aitzulo, es crucial considerar varios aspectos para garantizar una experiencia segura y placentera. Primero, la hidratación es esencial; en Araotz, el pueblo que marca el inicio del recorrido, encontrarás varias fuentes donde podrás abastecerte de agua, un elemento clave para acompañarte en esta jornada por la naturaleza.
En cuanto al calzado, a pesar de que el terreno no es excesivamente boscoso, hay zonas pedregosas que requieren un calzado con buen agarre, como zapatillas de senderismo o botas robustas, para asegurar un paso firme y seguro a lo largo del camino.
Respecto a la dificultad del trayecto, la ruta es amigable para todo tipo de caminantes, incluidos aquellos no habituados a largas distancias o las familias que buscan compartir la experiencia con niños. Para adaptarse a las necesidades de cada explorador, existe la opción de acortar la ruta tomando la subida directa hacia Aitzulo, lo que reduce significativamente tanto la distancia como el desnivel del recorrido.
Una experiencia inolvidable
Una vez en el Ojo de Aitzulo, el visitante se encuentra ante una impresionante ventana al mundo natural. Aquí, es posible observar el vuelo de los buitres leonados y disfrutar de la tranquilidad que ofrece este rincón único. La tranquilidad y la belleza prístina de este rincón brindan un momento de paz y conexión con la naturaleza.
Para aquellos que deseen extender su experiencia en la región, hay otras atracciones cercanas que complementan perfectamente la visita al Ojo de Aitzulo. El santuario de Arantzazu, por ejemplo, es una joya arquitectónica y un lugar de significado espiritual y cultural. Su ubicación en medio de montañas y su diseño único lo convierten en un sitio de interés tanto para los amantes de la historia como para los buscadores espirituales.
Otra parada obligatoria es la cueva de Arrikrutz, que ofrece otra perspectiva sobre la riqueza geológica y paleontológica del País Vasco. Con sus impresionantes estalactitas y estalagmitas, la cueva es un testimonio vivo de los procesos naturales que han moldeado la región a lo largo de millones de años.
El Ojo de Aitzulo, por lo tanto, es mucho más que un simple destino turístico; es un portal a la exploración y el descubrimiento de los tesoros naturales y culturales del País Vasco. Esta visita no solo es una oportunidad para admirar un fenómeno geológico singular, sino también para sumergirse en el rico tapiz de paisajes, historia y cultura que España ofrece.
Sergio Parra
En Araotz no hay ningún lugar que se denomine «Ojo de Aitzulo». El topónimo correcto es Aitzulo o Atxulo