Ruta al mirador del Pico Viejo en El Teide

La ruta al mirador del Pico Viejo, la número 12, es una de las tres rutas de senderismo que pueden realizarse en La Rambleta, la zona a la que sube el teleférico del Teide y que está situada a 3.555 metros de altitud. Las otras dos sendas son la número 11, que lleva al mirador de La Fortaleza; y la número 10, que permite coronar la cumbre más alta de España, el Teide. Para acometer ésta última ruta es necesario tramitar y obtener un permiso especial que gestiona el propio parque nacional.

Si bien hacer uso del teleférico es la manera más rápida y cómoda de superar los 1.999 metros de desnivel que separan la estación base (1556 metros) de la estación superior, existe la posibilidad de completar la subida a pie; pero esto es algo que sólo recomendamos si se está en muy buena forma física, dado que la exigencia del camino es muy alta.

Alcanzada La Rambleta -sea cual fuere la opción elegida-, tomaremos el sendero número 12, que comienza en el lado izquierdo de la estación del teleférico. Su inicio no está tan bien señalizado como las otras dos opciones de senderismo, pero no tiene pérdida alguna.

Esta ruta es sencilla y se completa en, aproximadamente, una hora. Sus poco más de 700 metros (ida) discurren por una senda muy bien acondicionada y, aunque presenta algún tramo con cierto desnivel, es fácilmente salvable.

Dada la elevada altitud a la que nos encontramos (3.555 metros) y la consiguiente diferencia de los niveles de oxígeno, es posible experimentar cierta fatiga añadida. Llegado el caso, solo deberemos respirar profundamente y avanzar con tranquilidad. No hay prisa, lo importante es disfrutar de la experiencia.

Cualquier punto del trayecto es un estupendo mirador de la vertiente sur de la Isla de Tenerife. Un desfile de balcones con unas fastuosas vistas que permiten apreciar cómo se constituyó la gran caldera de Las Cañadas y su cerramiento natural flanqueado por paredes rocosas.

Las tonalidades del paisaje juegan a llenar nuestra retina de blancos, amarillos, rojizos, grises y negros. Una paleta cromática muy fotogénica. En el tramo inicial se pueden observar algunas fumarolas discretas y respirar su fuerte e inherente olor a azufre. Muestras inequívocas de que nos encontramos en una zona volcánica que, si bien está dormida, continúa activa.

Ya en nuestro destino contemplamos la perfecta y colorista silueta del cráter de Montaña Chahorra, nuestro Pico Viejo.

Un agujero inmenso de 800 metros de diámetro que erupcionó, por última vez, y durante tres meses seguidos, en junio de 1798. De hecho, ésta fue la última actividad volcánica registrada en toda la zona. A los cráteres que estuvieron expulsando lava se los conoce popularmente como narices del Teide.

Justo en este punto, y para los más aventureros, se inicia el sendero número 9, el que conduce hasta el epicentro del cráter de Pico Viejo. Un sendero de dificultad extrema que desciende hasta los 2.050 metros (nos encontramos a 3.500 metros) y que se completa en 6 horas y media solo la ida.

Si los cielos están despejados y no hay un mar de nubes, desde el mirador de Pico Viejo, se alcanzan a contemplar las vecinas islas canarias de La Gomera, El Hierro y La Palma. Un espectacular paisaje que pone el broche de oro a esta aventura de altura.