Ruta a las cascadas de Anna: saltos y pozas naturales

Esta ruta por la naturaleza de Valencia es tan bonita como su propio nombre: las cascadas de Anna, una senda verdaderamente sencilla para conocer los encantos del interior valenciano.

Para disfrutar de ella nos dirigimos al pueblo valenciano de Anna, en el Canal de Navarrés, un bonito municipio que tiene su origen en el siglo XII cuando era de dominio musulmán y se llamaba Almohade. Desde entonces, y hasta el pasado siglo XX, se levantaron en la zona numerosos molinos, así como distintos artefactos para la creación de textiles y otros elementos para fabricar luz. Esto ha hecho que esta ruta, además de ser un regocijo de naturaleza, ofrezca un recorrido por parte de la historia de este lugar.

El camino está perfectamente balizado con marcas blancas y azules, es apto para hacer en familia y no tiene pérdida alguna. La única recomendación importante a tener en cuenta es la de llevar calzado adecuado y prestar especial atención a los más pequeños en las zonas que puedan ser algo resbaladizas.

La ruta a las tres cascadas de Anna camina junto al río Sellent e incluye, si así lo deseas, la visita al gorgo de la Escalera, una zona con varias pozas naturales aptas para el baño que se localiza a apenas 500 metros de la localidad y al que se accede bajando unas escaleras con bastante pendiente. Todo un reclamo en periodo estival.

Es necesario comentar que la visita al gorgo de la Escalera tiene un pequeño coste de 2€ en temporada alta; 3€ si se adquiere la entrada conjunta con la albufera de Anna, el famoso lago de la localidad.

Volviendo a nuestra ruta, la mejor opción para aparcar es dejar el coche en el propio parking de la albufera de Anna, más concretamente, en el final de la avenida Diputación de Anna. Desde allí, el recorrido que antaño utilizaban los hombres y las mujeres en su camino a las fábricas, ofrece ahora un deleite al visitante que viene a descubrir este maravilloso lugar.

Durante una hora y media aproximadamente, la senda nos va mostrando las tres reinas de la ruta. En primer lugar, la cascada gorgo Gaspar, también conocido como gorgo de Palet. Este es un buen punto para detenerse y tomar un tentempié en alguno de los banquitos de piedra mientras te susurra el rumor del agua precipitándose ladera abajo.

Unos metros más adelante, y tras dejar atrás las ruinas de la “fábrica Miguelín”, hace su aparición la cascada de Los Vikingos, un espectacular salto de agua que, con toda seguridad, conseguirá alcanzarte con alguna de sus microgotas. Este lugar es un habitual de los amantes del barranquismo acuático por lo que puede que veas alguno descargando adrenalina.

Y para terminar, como colofón de la ruta, la cascada del Salto, cuyas aguas se precipitan con fuerza desde lo alto del gorgo de la Escalera. Es la hora de tomar un respiro e inmortalizar el momento antes de retornar sobre nuestros pasos al punto de inicio.