La agitada vida de los restos de César Borgia en Viana, Navarra
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26.09.2022
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Hay un lugar en Navarra donde está enterrado uno de los personajes más conocidos y míticos de la época final de la Edad Media. Se trata de César Borgia, cuyos restos descansan en Viana. Su padre, Rodrigo de Borja y conocido como el papa Alejandro VI, nació en Xátiva, Valencia. No obstante, su apellido está más unido a Roma que a sus lugares de origen: Borja en Italia pasó a ser Borgia, como es conocida la familia. Hagamos un rápido recorrido desde Xàtiva a Viana para ver la vida de los restos de César Borgia, que ha sido movida.
Mario Puzo, el autor de El Padrino, trabajó en sus últimos años en una novela sobre los Borgia que no se publicaría hasta después de su muerte. Para Puzo aquella era otra historia familiar, similar a la de los Corleone. Puzo pensaba que en los Borgia había más traición que en la mafia y que los papas de cierta época tenían muchas similitudes con los jefes mafiosos, siendo Alejandro VI el Don más importante de todos ellos.
Como decíamos, Alejandro VI fue papa y por lo tanto un religioso, pero eso no le impidió tener una nutrida descendencia. Casi una decena de hijos de distintas madres están en su biografía, aunque hay dos nombres con especial relumbre en su árbol genealógico. Por una parte, Lucrecia, y, por otra, César.
Alejandro VI, el papa Borgia, vivió rodeado de intriga y de poder
El papa Borgia tuvo una vida apasionante, como bien sabía Mario Puzo y como bien sabemos todos. Se han hecho novelas, películas y series sobre su figura, aunque hay que tener en cuenta que la leyenda negra que extendieron sus sucesores todavía empaña algunos aspectos de su vida. Gracias al nepotismo, el valenciano Rodrigo de Borja fue ascendiendo en la estructura eclesiástica y llegó hasta la cima, hasta el mismo trono de San Pedro.
Por cierto, que la palabra nepotismo viene de la palabra del italiano medieval nepos o nepote, que significaba sobrino. Los cardenales nepotes eran gente que prosperaba gracias a tener como pariente a alguien en la alta jerarquía de la Iglesia. Eso sí, bien podían ser sobrinos, o bien cualquier otro tipo de pariente. Algunos llegaron muy alto, como nuestro Alejandro VI, o como Julio II, que también fue papa.
El papado de Alejandro VI, que fue de agosto de 1492 a agosto de 1503, cuando murió, está plagado de intrigas, de guerras, de traiciones, de conspiraciones, de política… Con todo ello consiguió un poder enorme y que su familia fuese una de las más importantes de la Italia de la época. No es este momento de entrar en esa biografía, que les aseguro que es apasionante, pero hemos venido a hablar de su hijo César.
El papa Alejandro VI nació en Xàtiva, como decíamos, y murió en Roma. Su hijo César Borgia, o Borja, para ser más fieles al apellido real, nació en Roma en 1475. Fue nombrado obispo de Pamplona con 16 años, arzobispo de Valencia con 19 y cardenal a los 20 años. Una carrera fulgurante (acuérdense de lo que acabamos de comentar del nepotismo) que cambió de rumbo poco después, cuando tenía 22 años. Entonces fue nombrado capitán general de la Iglesia, al morir su hermano mayor. Dicho de otro modo, se ponía al mando de los ejércitos papales.
La divisa de César Borgia era O César o nada
César Borgia acumulaba ya cierta experiencia en política y diplomacia, al haber asistido a su padre en esos ámbitos. Sin duda era un hombre con una buena cabeza y con talento de sobra para moverse por ese mundo lleno de trampas. Se dice que fue la inspiración de El Príncipe, de Maquiavelo, el tratado sobre cómo conseguir, ejercer y mantener el poder.
Los Borgia, padre e hijo, dirigieron Roma e Italia hasta ese agosto de 1503 cuando el papá y papa falleció. César trató de que el sustituyo fuera un hombre favorable a sus intereses, pero fracasó. El nuevo papa, Pío III, dejó a César en sus cargos, pero le recortó los fondos, con lo que sus ejércitos se vieron mermados en gran medida. La situación se hizo más preocupante cuando los enemigos de los Borgia consiguieron hacerle prisionero, aprovechando que Pío III estaba enfermo y las decisiones se tomaban por él.
César Borgia estuvo encarcelado en el castillo de Chinchilla y en el castillo de la Mota, en Medina del Campo
En octubre de ese mismo 1503 murió Pío III y Julio II fue nombrado papa. Este negoció con César su puesta en libertad, a cambio de la entrega de las fortalezas que todavía controlaba. Esto es, a cambio de quedarse sin poder y, por lo tanto, sin capacidad de amenaza. Tras varios intentos infructuosos para cambiar la situación, César Borgia perdió toda su fuerza en Italia y fue embarcado, todavía prisionero, hacia España. Estuvo encarcelado en el castillo de Chinchilla y en el castillo de la Mota, en Medina del Campo, de donde en 1506, tras dos años preso, consiguió escapar.
Seguía ambicionando poder y hasta aspiraba a volver a Italia, pero mientras tanto se puso a servir como jefe de las tropas de su cuñado, el rey de Navarra. En esos combates de las tropas del rey navarro contra sus propios vasallos, concretamente planeando la toma del castillo de Viana, César Borgia murió. Fue el 12 de marzo de 1507, cerca de Mendavia.
César Borgia fue enterrado en Viana, pero sus restos no descansaron tranquilos
Fue sepultado en la iglesia de Santa María de Viana, y allí comenzaron sus restos una vida tras la muerte que ha sido casi tan movida como la propia vida de César Borgia. Aunque había sido obispo, arzobispo y cardenal, las intrigas de poder a la muerte de su padre había hecho que César fuera excomulgado. Y este fue el argumento que, en el siglo XVII, un siglo después de su muerte, usó el obispo de Calahorra para sacarlo de la iglesia.
Se ordenó que los restos fueran sacados del templo, de la iglesia donde habían sido sepultados y enterrados en la vía pública. Directamente bajo el paso de las personas y las bestias, según parece. A finales de siglo XIX volvieron a ser desenterrados, pero finalmente no se movieron del lugar.
En 1934 fueron trasladados a un sepulcro en el ayuntamiento, y en 1945 salieron de allí para ser enterrados, un tiempo después y tras su estudio, en el atrio de la iglesia de Santa María de Viana, donde estuvo nada más morir. Ahí siguen hoy, fuera de la iglesia. A enterrarlo dentro del templo se siguen oponiendo los responsables eclesiásticos, porque aseguran que es algo que ya no se practica, ni está autorizado.
En el lugar exacto donde reposa César Borgia en Viana hay una placa con esta inscripción: César Borgia generalísimo de los ejércitos de Navarra y pontificios muerto en campos de Viana el XI de marzo de MDVII.
Manuel Jesús Prieto