Recópolis, la magnífica ciudad goda sobre el Tajo creada en el siglo VI

07.12.2023

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Recópolis
Recópolis. Por Iker

Hay un lugar en Guadalajara, un yacimiento arqueológico, que es una forma única de contemplar lo que fue la historia y la cultura visigoda en España. Ese lugar se conoce como Recópolis, y está en Zorita de los Canes. Recópolis fue un centro urbano vital en el siglo VI y VII, y es una de las pocas ciudades creadas por los godos en la península Ibérica.

La lista de los reyes godos es un elemento más de nuestra cultura popular. No los nombres de los propios reyes, sino esa lista plagada de nombres que hoy nos resultan extraños y que hace algunas décadas estaba en la formación básica de los escolares. Lo cierto es que los nombres, que además supongo que había que citar en orden, tienen su punto de complejidad. Ahí están Gesaleico, Amalarico o Atanagildo, por citar algunos. No obstante, relacionados con el yacimiento Recópolis tenemos dos de los reyes godos más populares y que a todos nos suenan: Leovigildo y Recaredo.

Recópolis es una de las pocas ciudades creadas por los visigodos desde cero

Recópolis Basílica
Recópolis, basílica. Por Borjaanimal

En el siglo V, Roma iba perdiendo sus dominios y la península ibérica no era una excepción. Los romanos y los visigodos alternaban combates y pactos, y cuando los gobernantes godos se hicieron con el poder de la Hispania romana, eran una minoría frente a los habitantes locales. La división entre unos y otros se sustentaba en un problema capital, la religión.

Los godos eran arrianos y los hispanorromanos eran católicos en su mayoría. Los arrianos eran una corriente cristiana que negaba que Jesucristo tuviera la divinidad de su padre. Esto era una sima insalvable frente a los cristianos hispanos. Fue precisamente Recaredo el que se avino a cambiar y dejar el arrianismo, y gracias a esto puso de su lado a la Iglesia y facilitó que la integración de la élite visigoda con el pueblo fuera viable.

Leovigildo reinó en la segunda mitad del siglo VI y, cuando falleció en el año 586, le sucedió su hijo Recaredo, que ocuparía el trono hasta el año 601. Estos dos nombres están relacionados con el yacimiento de Recópolis porque el primero, Leovigildo, fundó la ciudad en el año 578 para afianzar el poder visigodo en la zona. Si el padre fue el fundador, el nombre proviene de su hijo, Recaredo, ya que la ciudad se nombró en su honor según algunas teorías. Otras, en cambio, apuntan a que el nombre se debe a la palabra Rexopolis, que vendría a ser ciudad del rey.

En cualquier caso, esa decisión de Leovigildo de fundar el lugar es muy importante, porque son muy escasas las ciudades godas de nueva creación en la península. Diseñadas desde cero y por lo tanto casi con total libertad. Esto añade un atractivo casi único a Recópolis.

Como era de esperar, el lugar es maravilloso, una meseta en alto sobre el Tajo

Meandro del Tajo junto a Zorita de los Canes y Recópolis
Meandro del Tajo junto a Zorita de los Canes y Recópolis. Por Lenteja

No sólo era una ciudad nueva, sino que era todo un símbolo del estatus que había alcanzado el reino de Leovigildo. Tras combatir a sus enemigos y para dominar a los habitantes de esa parte de la peninsula, comenzó a crear elementos que conformaran un reino de manera clara y oficial. Acuñó su propia moneda, impuso tributos y fundó Recópolis como centro de todo aquello. Por supuesto, lo hizo en un sitio maravilloso. Una meseta en un cerro sobre el río Tajo.

Fue una ciudad muy importante en su tiempo, no sólo como centro de poder, sino también como punto comercial. En sus primeras décadas disfrutó de esta relevancia urbanística, pero fue decayendo a partir de mediados del siglo VII. Tras la llegada de los árabes a la península, estos la habitarían, cambiándole el nombre a Madinat Raqqubal. Más tarde la Reconquista acabó provocando muchas luchas e inestabilidad en la zona, y durante una época Recópolis quedó abandonada.

Vista deZorita de los Canes, Guadalajara
Vista deZorita de los Canes, Guadalajara. Por Rowanwindwhistler

Cuando la taifa de Toledo se rindió a Castilla en el año 1085, grupos de campesinos cristianos fundaron nuevas aldeas, y una de ellas se asentó en lo que había sido Recópolis. Se levantó una iglesia románica donde había estado la visigoda y durante un tiempo volvió a ser un lugar habitado, aunque en el siglo XIV quedó de nuevo y definitivamente abandonado.

Por supuesto, ese abandono llevó a que el lugar sirviera de cantera, es decir, de fuente de piedra y otros materiales, para otras construcciones más modernas. Algo que con el valor que hoy otorgamos a los bienes culturales nos parece casi un pecado, pero que en otros tiempos era algo muy habitual y lógico para la forma de ver la vida de entonces.

El trazado de la ciudad se dibuja en los restos del yacimiento y casi permiten viajar en el tiempo

Recópolis - basílica (Interior)
Recópolis. Por Borjaanimal

De todas esta idas y venidas, de aquella importancia visigoda, quedan hoy rastros muy notables en este yacimiento de Recópolis. Por ejemplo, el palacio, el punto más importante de la ciudad en tiempos de Leovigildo y Recaredo. Lo componían varios edificios en torno a una plaza, en la parte más alta de la ciudad. Allí se ejercía el gobierno de la ciudad y de su territorio. Como era de esperar, una muralla rodeaba todo el conjunto, ya que así no sólo se defendía la ciudad, sino que mostraba el poder de sus gobernantes y habitantes.

En el yacimiento también podemos ver restos de la puerta monumental, de edificios comerciales, como un taller de orfebrería, de un acueducto y de casas, que van trazando las calles. Y, por supuesto, del templo. De este último quedan en pie todavía algunos arcos.

Recópolis, Guadalajara.
Recópolis, Guadalajara. Por Iker

Tan importante fue la ciudad, que siglos después de su apogeo, a finales del XIX, el arqueólogo Juan Catalina García López fue capaz de situarla a partir de los escritos en los que se la mencionaba y describía. Decíamos al comienzo que esta ciudad era vital para el rey visigodo, tanto para gobernar como para mostrar su poder. Una muestra de esto es la ceca que tenía la ciudad. Esto es, el lugar donde se labraban y creaban las monedas. También se han encontrado elementos que apuntan a su actividad comercial con el Mediterráneo.

El yacimiento de Recópolis se puede visitar y tiene un centro de interpretación que ayuda a comprender la importancia del lugar en el que nos encontramos. Más allá de este centro, como siempre que visitamos un yacimiento arqueológico como este, basta soltar un poco la imaginación para visualizar cómo era la ciudad original y casi viajar en el tiempo.

Manuel Jesús Prieto

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