Qué ver y hacer en Zerain, País Vasco

¿Cuántas escenas que suceden en una bolera se pueden contar en la historia del cine? Hay algunas tan potentes que ya forman parte del imaginario cultural, como la de John Turturro en El gran Lebowski (solo hay que buscar en Google las palabras “escena bolera” para comprobarlo, porque el buscador dirige directamente a dicho filme).

Casi todas pertenecen a la industria americana y por eso los locales para practicar dicha actividad que se han abierto en los últimos años en España tienen su estética. Pero puede que mucha gente no sepa que en algunos lugares de la Península ibérica esta práctica es centenaria y ha levantado grandes pasiones aunque con el tiempo haya ido perdiendo adeptos.

Hay sitios en los que se conserva la tradición y sobre todo, las instalaciones. Uno de ellos es Zerain, un pueblo del interior de Gipúzcoa, en concreto en la comarca del Goierri. En él se conserva una de las nueve boleras que tuvo el municipio y en la que aún se puede jugar (previamente hay que gestionar la actividad con la oficina de turismo). Las normas de los bolos en el País Vasco se parecen a las americanas, aunque con particularidades que cambian incluso entre los pueblos vecinos.

Otro sitio en el que también hay tradición ‘bolera’ es Asturias y, de hecho, en el conocido Museo del Pueblo de Asturias situado en Gijón también hay una representación de una bolera tradicional.

Los visitantes de Zerain pueden conocer más acerca de cómo era la vida del lugar en el pasado porque han hecho un importante trabajo de recuperación del patrimonio. Además de la mencionada bolera, se puede ver el Parque Cultural de Zerain, que está compuesto por la antigua cárcel, que data de principios del siglo XVIII; las minas de Aizpea; la serrería hidráulica de Larraondo y el Museo Etnográfico.

En este último se reúnen más de 200 piezas que los vecinos del pueblo donaron a los jóvenes voluntarios que pusieron en marcha el proyecto, que se inauguró en 1993. La exposición se divide en diferentes secciones que van desde los juegos hasta útiles de trabajo. Asimismo también hay instalado un diaporama acerca de la localidad.

La serrería de Larraondo recibe su nombre por la familia que la construyó artesanalmente en 1890. La utilizaron para llevar a cabo su trabajo aprovechando el impulso del agua del río Lasurtegi hasta 1960. Ahora ya solo funciona para enseñar a los visitantes cómo se llevaba a cabo esa labor en el pueblo. El complejo minero de Aizpea, también conocido como la montaña del Hierro, tiene el título de Conjunto Monumental del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco. En la visita se puede entender cómo funcionaba la extracción del mineral, que empezó a funcionar en el siglo XI y también entrar en una galería. 

El cuarto elemento del parque es la cárcel, que se erigió en 1711. Tiene una particularidad que llama mucho la atención a aquellos que entran en ella y es que las paredes están cubiertas de madera. ¿La razón? Evitar la fuga de los presos, porque sin ese refuerzo tenían demasiado sencilla la fuga, ya que era fácil excavar los muros de piedra y barro. 

Otros puntos de interés en Zerain

Para experimentar de nuevo la sensación de libertad después de salir de las mazmorras, es recomendable dar un paseo por el centro de la localidad y visitar los templos religiosos pueden ser una buena opción. En Zerain destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XV (aunque fue reformada en el siglo XVII) y en cuyo interior hay una pila bautismal de estilo gótico y algunos retablos románicos.

Asimismo es remarcable la ermita de San Blas, que está un poco alejada del centro pero no demasiado. Entre sus edificios laicos destaca el palacio Jauregi que tiene muros de sillería, un arco gótico y el escudo más antiguo del pueblo. En él vivieron los nobles del municipio durante años. 

Para aprovechar aún más la visita, también se puede hacer una escapada a las localidades de alrededor. Los más interesados en la gastronomía se alegrarán al saber que Idiazábal, el lugar donde se elabora uno de los mejores quesos de la península, se encuentra muy cerca. También está el municipio de Mutiloa y ojo a los ‘medievalistas’ porque también destaca la villa medieval de Segura.

Fue el rey de Castilla Alfonso X El Sabio quien fundó esta ciudad en la Edad Media, en concreto en 1256. Era un punto de paso importante entre la meseta y Francia y el monarca quería protegerlo. Hoy en día se puede visitar el Centro de Interpretación Medieval instalado en el palacio Ardixarra o el Ayuntamiento, que reside en el palacio Lardizábal.

No es el único enclave medieval de Goierri, ya que también está la villa de Ordizia, conocida por su mercado de productos de proximidad creado en 1512 después de un gran incendio que arrasó el lugar. En uno de sus palacios, en el de Barrena, se encuentra el Centro d’Elikatuz: Centro de Interpretación del Goierri y Centro de Interpretación de la Alimentación y la Gastronomía.

Y quienes tengan ganas de disfrutar del ‘verde’ de la ciudad pueden visitar el santuario de Arantzazu, enclavado en el Parque Natural de Aizkorri-Aratz donde están la cueva de Arrikrutz y la cima más alta del País Vasco, el Aitxuri (1.551 m). Se podría seguir, porque la lista de lugares visitables de Gipuzkoa es casi interminable, pero conocer Zerain ya da para una escapada más que completa.