Qué ver en Setenil de las Bodegas: el pueblo gaditano incrustado bajo las rocas
Escrito por
03.08.2021
|
10min. de lectura
Incrustado en el tajo formado por el río Guadalporcún a su paso por la ciudad, Setenil de las Bodegas es una de las villas más singulares que se pueden visitar en la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz. Su belleza pintoresca debido a su fisionomía entre rocas y cuevas le ha valido que fuera declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1985.
Setenil de las Bodegas fue un antiguo poblado almohade de cuyo reinado nazarí aún conserva la fortaleza medieval construida en los siglos XIV y XV, en la que destacan la torre del Homenaje y el aljibe. Posteriormente, el pueblo fue conquistado por los cristianos, de ahí a su pequeñas ermitas con encanto e iglesias.
Mira nuestro plan de 48h para exprimir al máximo tu escapada y saber qué ver en Setenil de las Bodegas, uno de los pueblos más bonitos de Cádiz. Si lo visitas, cuéntanos a la vuelta qué te ha parecido.
Primera toma de contacto en Setenil de las Bodegas
Nada mejor para iniciar la visita que en la confluencia de las calles de la Cuevas del Sol y la Jabonería, en el mirador del Carmen, conocido así por encontrarse junto a la ermita de Nuestra Señora del Carmen, datada del siglo XVIII y una de las más emblemáticas de Setenil de las Bodegas.
Dada su ubicación sobre la peña en el margen derecho del río Trejo, es un balcón prodigioso para contemplar toda la belleza de la que hace gala Setenil de las Bodegas, con todo su graderío de casas blancas apiñadas, la torre del Homenaje, la iglesia de la Encarnación y el paisaje de la serranía alrededor.
Tal vez fuera aquí donde el escritor José Manuel Caballero Bonald se inspiró para describir el pueblo: “Setenil, un asombroso reducto urbano, una alianza inverosímil entre la arquitectura y la geología”. Eso sí, habrá que desayunar bien y coger fuerzas para subir las empinadas escaleras que llegan al barrio del Cerrillo.
Qué ver en Setenil de las Bodegas, el pueblo gaditano que no tiene bodegas
El epicentro patrimonial de Setenil de las Bodegas comienza junto a la calle Villa. Allí es donde se encuentra la antigua Casa Consistorial y la casa de La damita de Setenil. Dos imprescindibles en qué ver en Setenil de las Bodegas.
El primero es un inmueble construido a principios del siglo XVI que externamente no destacaría, pero que en su interior esconde un bello artesonado mudéjar de madera, único en toda la provincia. El segundo es el hogar de La damita de Setenil, una pequeña venus paleolítica encontrada durante los trabajos arqueológicos realizados en el municipio y que ya se ha convertido en todo un símbolo de Setenil de las Bodegas.
A un paso, también hay que visitar la torre del Homenaje, testimonio del antiguo pasado almohade, anterior a la conquista de los Reyes Católicos en 1484.
Junto a ella está el aljibe, una construcción subterránea excavada en la roca que servía para abastecer de agua a la fortaleza. Muy cerca, la visita prosigue con la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, construida sobre la mezquita mayor de la localidad. Su curiosa mezcla de estilos que va desde el mudéjar inicial al gótico, con alguna reminiscencia renacentista debido al largo periodo de construcción.
Las calles más instagrameables de Setenil de las Bodegas
Todos los que acuden a Setenil de las Bodegas lo hacen porque en algún momento u otro vieron alguna de las muchas fotografías que corren hoy en día por las redes sociales. Llega el momento de darse una vuelta por ellas: ¿Cómo se llama la calle más famosa de Setenil de las Bodegas?
De camino hacia las dos vías más fotogénicas de este pueblo gaditano, aparece Las Herrerías. Una hilera de casas, toda ella es prácticamente una calle-cueva. Escalonada y estrecha, era la antigua vía para descender hasta el río. Ahora es la calle con más besos del pueblo, desde que inauguraron el “Bésame en este rincón”, un coqueto espacio para selfies románticos. Las casas encaladas y los geranios estratégicamente colocados realzan la belleza pictórica del lugar.
Las calles por las que todo el mundo pide pasar nada más llegar son las calles Cuevas del Sol y Cuevas de la Sombra. No hay duda de que son las más típicas y un imprescindible que ver en Setenil de las Bodegas. Sus nombres son indicativos de la orientación que tienen las casas, unas abiertas al sur, recibiendo toda la luz y otras cubiertas totalmente por las rocas del cañón. En ninguna de las dos falla la ambientación.
Es un buen lugar donde hacerse con souvenirs. En la calle Cuevas de la Sombra nº 8 se verá el cartel: “La cueva del Ibérico, productos ibéricos y vinos de la tierra”; así que es fácil imaginar qué se encontrará en su interior: chorizos, jamones de todo tipo, vinos y quesos de la sierra, así como otros productos gourmets. Al tratarse de una casa-cueva, no hay duda de que tiene las mejores condiciones para conservar el género. El olor nada más entrar es de esos que por sí solos abren el apetito.
A lo Curro Jiménez
Por estas tierras de la sierra gaditana camparon antiguos bandoleros. Tiempos que se pueden recuperar ahora gracias a la Ruta de Los Bandoleros, con la que se puede revivir algo de las leyendas románticas que quedaron de aquel entonces y del paisaje rotundo de la sierra, lleno de encinas, alcornoques, matorrales de jara y aroma a tomillo constante.
Esta ruta es interesante para conocer el paisaje cultural de Setenil de las Bodegas y llega hasta las ruinas romanas de Acinipo, donde finaliza el recorrido. Allí sorprenderá encontrarse con un teatro en buen estado de conservación, testimonio de la etapa romana del s. I d. C. El sendero comienza a la espalda del colegio El Almendral. Es un recorrido lineal totalmente señalizado de dificultad media y que se puede realizar en unas 4 horas.
Visita a las bodegas y cata de vino
A unos 27 minutos desde Setenil de las Bodegas, en la pedanía del Llano de la Cruz, aguarda una de las mayores sorpresas de la zona: un vino ecológico resultado del sueño del austríaco Martin Kieninger.
Hace unos años se le ocurrió traerse cepas austriacas a ver qué sucedía. Lo que pasó es que comenzó a producir un vino que el primer año de comercialización (2008) ya se llevó algún que otro reconocimiento.
Tal como se puede comprobar en las visitas a la bodega, toda la producción sigue los máximos criterios de la agricultura más ecológica. Como representantes autóctonos tienen tintilla de Rota y garnacha tinta.
La visita a la bodega se realiza para grupos y dura una hora y media aproximadamente. Incluye un paseo con explicación por el viñedo, zona de elaboración y barricas, además de la degustación de cuatro de los vinos ecológicos acompañados con productos de la zona de calidad como queso, salchichón y aceitunas.
Dónde comer en Setenil de las Bodegas
Si tras la visita ibérica se despierta el hambre, lo mejor es pasarse por el bar La Escueva. Ya que estamos en el pueblo de las casas cueva, ésta es una buena opción: sus paredes y techos son de pura roca. Su carta de tapas es variada y las vistas de la terraza acompañan. Recomendadísimo el tomate con melva, las mini hamburguesas de buey y el secreto ibérico.
Si tras la visita ibérica se despierta el hambre, lo mejor es pasarse por el bar La Escueva. Ya que estamos en el pueblo de las casas cueva, ésta es una buena opción: sus paredes y techos son de pura roca. Su carta de tapas es variada y las vistas de la terraza acompañan. Recomendadísimo el tomate con melva, las mini hamburguesas de buey y el secreto ibérico.
Otra muy buena opción para comer en Setenil de las Bodegas es el bar Frasquito, en plena calle Cuevas del Sol. Cierto es que desde que se jubiló, Frasquito ya no regenta el local, pero dejó el nombre y el buen hacer, y eso se nota por la cantidad de gente que se arremolina en la entrada.
Este establecimiento destaca por sus carnes, chacinas ibéricas y otras especialidades de la tierra. Si es temporada, no sería mala idea pedir alcachofas con gambones, aceite de oliva y migas. Aunque si hay un plato típico de la villa son las sopas cortijeras, que están hechas con pan, espárragos, huevo escalfado y aceite de oliva. Tampoco pueden faltar las migas de Setenil de las Bodegas. Eso sí, mejor reservar.
INFO PRÁCTICA
- Toda la información en la web del municipio.
- Además visita la bodega Kieninger: Horario: de 9 a 16h, pero abiertos a disposición de los grupos. Pecio: depende del número de personas, hasta 4: 25€ por persona; de 5 a 9 personas, 20€; y a partir de 10, es de 15€.
- Bar Frasquito. Dirección: Calle Cuevas del Sol, 75, 11692 Setenil de las Bodegas, Cádiz. Horario: cierra de 17:00 a 19:00. Teléfono: 695 63 32 50.
- Tienda La Cueva: 956 13 46 94. Horario: lunes-viernes (10 h a 15 h); sábado (10 h a 18 h); domingo (11 h a 18 h)
- Restaurante La Escueva. Calle Cuevas del Sol 64, 11692 Setenil de las Bodegas. Teléfono: 633 74 19 16
No te pierdas todo lo que hay que ver en Setenil de las Bodegas, uno de los pueblos blancos que ha sido seleccionado como uno de los mejores pueblos para hacer turismo rural. Te recomendamos leer también el post de curiosidades sobre Setenil de las Bodegas.
¿Qué pueblos hay alrededor de Setenil de las Bodegas?
Setenil de las Bodegas está dentro de la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz. En total son 19 y, algunos de los que quedan más próximos al pueblo son Alcalá del valle, Olvera o Zahara de la Sierra. Otros lugares interesantes que también se pueden visitar cerca de la ruta son Ronda, Castellar de la Frontera, El Bosque o Vejer de la Frontera, entre muchos otros.
¿Cuánto tiempo se necesita para ver Setenil de las Bodegas?
Redacción ER