O Barqueiro, el pueblo marinero de la ría más pequeña de Galicia
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21.08.2023
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“Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas, no pagan dinero, yo no soy bonita, ni lo quiero ser”, es una canción infantil popular que bien podría ser el himno de algunas localidades pesqueras. Mismamente de O Barqueiro, un pequeñísimo y alegre pueblo de A Coruña, donde termina el río salmonero Sor y que forma un estuario en una de las rías más pequeñas de Galicia. Se trata de un lugar muy atractivo por sus casas de colores colocadas como si de un anfiteatro se tratase con su imagen reflejándose en su tranquilo puerto resguardado de los envites del mar.
El nombre de este rincón, perteneciente al municipio de Mañón, se debe a la actividad de los barqueros que transportaban a los vecinos desde este punto al otro lado de la ría. En 1901, se inauguró el puente metálico que comunica ambas orillas y que fue idea de Juan Fernández Latorre, fundador del medio La Voz de Galicia y por aquel entonces diputado por Ortigueira. Tiene 152 metros de largo y también se le conoce como A Vella Ponte. Actualmente su uso es exclusivamente peatonal y hay otros dos puentes: uno para el tráfico de vehículos y otro para el tren.
En O Barqueiro hay tres cosas que hacer principalmente: maravillarse con el paisaje, comer pescado fresco y darse un chapuzón en su zona de baño, lo que no está nada mal. Pero yendo un poco más allá de sus límites estrictos, las opciones se amplían. Por ejemplo, las rutas en kayak de mar son muy populares y pueden realizarse durante todo el año con reserva previa. Con este transporte se puede conocer la ría, remontar el río Sor y conocer playas cercanas como Caolín o Fabriquín, entre otras.
También se pueden conocer los alrededores a pie siguiendo alguna de las rutas disponibles. Una de ellas es la que atraviesa el puente metálico y que lleva a la playa Arealonga, en O Vicedo, desde el puerto. El camino, con grutas y agrupaciones rocosas, lleva a este rincón de arena blanca que mide casi dos kilómetros y en su perímetro se pueden ver unas cuevas que la hacen aún más llamativa (los visitantes no dudan en señalarla como ‘paraíso’ en cuanto llegan). En esa misma orilla está el mirador de Coitelo, que permite observar uno de los paisajes más importantes de todo el Estado.
El abrazo del océano y el mar en O Barqueiro
Muy cerca de O Barqueiro se encuentra el cabo de la Estaca de Bares, el punto geográfico más septentrional de la península ibérica. Es en ese lugar donde comienza el mar Cantábrico o donde, de forma más lírica, suele decirse que el Atlántico y el Cantábrico se abrazan (o chocan, todo depende del punto de vista o de lo agitada que esté la mar). En su extremo hay un faro que, además de ser un mirador excepcional, es todo un anzuelo para los amantes de la ornitología. El sitio está declarado Bien de Interés Nacional.
El puerto del pueblo que lleva el mismo nombre, Bares, fue construido por los fenicios en el siglo VII a.C. según el arqueólogo Federico Maciñeira. Pero en 2007, un proyecto de investigación coordinado por el grupo Puertos y Costas de la Universidade da Coruña (UDC) concluyó que, en realidad, el espigón no era tan antiguo y que sus responsables fueron los romanos e incluso podría haberse elaborado en la Edad Media. Los investigadores señalaron unos recipientes y un mosaico romano en la Igrexa Vella de Bares como pruebas de su teoría.
La playa de Bares también merece una visita, por supuesto. Mide poco más de kilómetro y medio y el paisaje de los tonos azules cristalinos de su agua en contraste con la vegetación de la Serra da Faladoira de fondo es difícil de superar. Eso sí, hay que tener cuidado a la hora de zambullirse porque la temperatura del mar no suele ser alta precisamente.
Muy cerca está también la playa de Vilela, junto a la punta de la Estaca de Bares. Se trata de una cala de apenas 300 metros de largo y 30 de ancho y para acceder a ella hay que bajar unas escaleras con barandilla. Su arena es fina y se siguen realizando labores de marisqueo. Afortunadamente, no suele estar muy ocupada (dependiendo del momento del año y del clima, claro).
En el mismo municipio de Mañón también está la playa de Esteiro, que sí suele tener más gente aunque es más grande: su longitud llega al kilómetro y su anchura a los 65 metros. Tiene dunas de arena y el estado del mar puede estar más agitado que en las anteriores ya que en un extremo está menos recogida y ya se sabe que por el norte de la península las olas son un elemento habitual del entorno.
Carmen López
El océano Atlántico y el Mar Cantábrico se unen, abrazan o chocan, en EL CABO ORTEGAL y NOOO en Estaca de Bares.