Qué ver en Nalda en un fin de semana: restos medievales con vistas a la sierra
Escrito por
09.06.2023
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Situada a las faldas de la sierra del Moncalvillo, en La Rioja, Nalda ofrece unas imponentes vistas a las montañas, al valle y a los viñedos que cubren sus campos. En su interior encontramos un rico patrimonio histórico y cultural, como los restos del castillo que se ubica en lo alto del pueblo y cuyos orígenes datan del siglo XII. Un conjunto de edificaciones medievales que nos permiten hacernos una idea de cómo era Nalda en el pasado y de toda su riqueza que tampoco ha pasado desapercibida para la gran pantalla.
La nueva cinta de la directora Isabel Coixet, titulada Un amor fue rodada en Nalda, igual que en otras localidades de la zona como Villalobar y Ribafrecha, también en La Rioja. El film, protagonizado por Laia Costa (Cinco Lobitos) es una adaptación de la novela homónima de Sara Mesa y cuenta la historia de Nat, una mujer en la treintena que se ha mudado a un pueblo rural llamado La Escapa.
Todo el equipo de rodaje que se desplazó hasta Nalda (municipio formado por Nalda e Islallana) tuvo la oportunidad de ver algunas de sus joyas que recomendamos ver en una escapada de fin de semana.
Viernes tarde en Nalda
El primer día en Nalda lo podemos dedicar a dar un paseo por el centro del pueblo. Podemos comenzar por visitar una de sus mayores joyas: los restos del castillo que parecen salir de las entrañas de la propia montaña. Está encajado en la piedra, en el centro de la localidad. La historia de la fortaleza es larga y se considera que fue construida antes del siglo XII. A lo largo de la historia ha ido sometiéndose a remodelaciones según el uso que se le fue dando. Según el ayuntamiento de la localidad, la última fue hace dos siglos.
“A partir de principios del siglo XIX, se produce el paulatino pero inexorable fin de la edificación, con el expolio de la misma, utilizada a modo de cantera por parte de los vecinos de la localidad y el acondicionamiento de la zona como era de trilla, además de la construcción de un pajar en la estructura abovedada. El grueso de la estratigrafía excavada se corresponde con este periodo de destrucción”.
Si callejeamos hasta el centro del pueblo encontraremos otro edificio medieval, en este caso religioso. Se trata de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, erigida en el siglo XVI, aunque la portada y la parte alta de la torre son del siglo XVIII. Para su construcción se utilizaron sillares procedentes de la muralla, porque el casco antiguo del pueblo corresponde al periodo medieval.
El pueblo de Nalda también tiene maravillas como la ermita de Nuestra Señora de Villavieja, que los lectores de un medio regional escogieron como ‘la más bonita de La Rioja’. Data de los siglos XVI y XVII y está situada a las afueras del pueblo, desde donde se pueden ver unas vistas privilegiadas de los alrededores como la Puerta de Cameros.
Sábado en Nalda
Otra de las construcciones que han hecho famoso al pueblo son las Cuevas de los Palomares. Se trata del mayor conjunto de cuevas del valle del Iregua, ya que su interior está dividido en varios niveles unidos por escaleras y su recorrido abarca decenas de metros. Construidas en la Edad Media, primero se utilizaron como alojamiento y más tarde, según las hornacinas que se pueden ver en la actualidad, para lo que su propio nombre indica: el cobijo y cría de palomas (también se aventura que se usaron como relicarios). Pero, además de por su morfología, este espacio de espacios llama la atención por el color rojizo de la roca que los acoge.
Los atractivos de Nalda no solo se circunscriben a su núcleo urbanizado, sino que a su alrededor hay multitud de opciones para disfrutar de la naturaleza. Un ejemplo es el Chorrón de San Marcos, donde se encuentra la ermita que lleva el mismo nombre.
Allí se pueden realizar varias rutas de senderismo para ver el salto de agua –de ahí lo de ‘chorrón’– y cruzar el puente colgante que se inauguró hace unos años. Asimismo, los aficionados a la escalada encontrarán varias vías para practicar dicha actividad.
Domingo en Nalda
Otra ruta destacada es la de los ‘Senderos con historia’. Se trata de un recorrido circular de 11,84 kilómetros de longitud (el tiempo estimado para completarlo es de 4 horas y 11 minutos) que pasa por ‘sitios que hay que ver’ como las Peñas de Berrendo y las Peñas de la Cruz, el manantial de la fuente del Arca, el monolito de la Peña del Fraile, la cima del Rodalillo, la Nevera de la Campana y los Palomares. Aunque no se trata de una caminata difícil, sí es recomendable estar en buena forma física porque hay subidas (y lógicamente bajadas).
Los apasionados del fruiturismo pueden marcar Nalda como punto de interés porque también se conoce a la zona como ‘el valle del Jerte riojano’. Cada primavera se celebra la Fiesta del Ciruelo en Flor ya que los campos del Bajo Iregua se tiñen de blanco y rosa pálido gracias a la floración de dicho árbol frutal. El turismo de floración es una tradición en Japón –donde se conoce como hanami– y en España ha ganado muchísima fuerza en los últimos años.
Qué comer en Nalda
Las actividades al aire libre suelen despertar el hambre y afortunadamente en La Rioja tienen buenos remedios para acabar con la sensación de estómago vacío. Entre sus platos típicos destacan las patatas a la riojana, las chuletillas de cordero al sarmiento, el guiso de caparrones (un tipo de legumbre), el bacalao y, por supuesto, el vino. Una curiosidad es el ponche llamado zurracapote, que se elabora con azúcar, canela, melocotón y, por supuesto, vino ¡A brindar!
Carmen López
Donde se aloja en Nada