Los imprescindibles de Fuerteventura: playas, dunas y salinas

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12.04.2024

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Qué ver en Fuerteventura
Qué ver en Fuerteventura: playa de Corralejo. Por Juergen Wallstabe

En esta Reserva de la Biosfera por la UNESCO las barcas de pesca continúan llegando a las playas, las cabras siguen pastando en las laderas y la paz de sus paisajes volcánicos solo se ve interrumpida por algún que otro autobús turístico. Estos son los lugares imprescindibles que ver en Fuerteventura, la isla de la calma.

Parque Natural de las Dunas de Corralejo

Dunas de Corralejo
Dunas de Corralejo, uno de los imprescindibles que ver en Fuerteventura. Por stylefoto24

“Y he aquí cómo este pedazo de África sahárica lanzado al Atlántico” decía Miguel de Unamuno, quien en su exilio forzado encontró a sus musas en la solitaria y bella Fuerteventura. Este parque natural de perfiles ondulantes es el paradigma de aquellos parajes que describía el maestro bilbaíno: un desierto en estado primario solo interrumpido por la carretera que hace de cordón umbilical entre el norte y el sur de la isla.

A un lado del asfalto el mayor campo de dunas de Canarias, al otro, la ringlera de playas del Perchel, del Moro, de los Matos y Bajo Negro, siempre teñidas por la colorista estética de los surfers que las frecuentan.

Imprescindible: la excursión a pie hasta el volcán Montaña Roja, desde cuyo alto a 300 metros de altitud se pueden contemplar las vecinas Lanzarote y La Graciosa.

Isla de Lobos

Destinos rurales: Islote de Lobos
Qué ver en Fuerteventura: el islote de Lobos. Por vallefrias

Justo frente al Parque Natural Dunas de Corralejo un perfil oscuro surge del mar, es la isla de Lobos a la que se puede llegar en ferry desde el puerto de Corralejo. No fueron los lobos ibéricos, sino los marinos —las focas monje— quienes dieron nombre a este islote antes de desaparecer definitivamente debido, como tantas otras veces, a la presencia del ser humano.

Este enclave, que hasta hace poco era de propiedad privada, es hoy un refugio ornitológico frecuentado por pardelas cenicientas (Calonectris diomedea), paiños comunes (Hydrobates pelagicus), petreles de Bulwer (Bulweria bulwerii) y un sinfín de aves marinas. Además de los habitantes plumíferos, las inmediaciones de Lobos son hogar para un extenso catálogo de especies acuáticas que viven al amparo de la reserva submarina del Parque Natural del Islote de Lobos.

Con tal despliegue de medios no es de extrañar que este pequeño islote sea una mina para los naturalistas y los aficionados al buceo, así como uno de los lugares imprescindibles que ver en Fuerteventura.

Imprescindible: recorrer el camino del Faro que permite dar la vuelta a pie a la isla en apenas dos horas pasando por el emblemático faro de Punta Martiño. 

Pueblos de interior

Betancuria
Betancuria, uno de los pueblos más bonitos de Fuerteventura. Por pkazmierczak

Hubo un tiempo en que los poderes políticos y administrativos insulares se repartían entre dos poblaciones. Betancuria, fundada en 1404 por el aventurero normando Jean de Bethencourt fue, hasta comienzos del siglo XIX, la capital de la isla. Entre sus casas de paredes encaladas sobresale la iglesia de Santa María, en cuyo interior se guarda celosamente el pendón que llevaba Bethencourt cuando llegó a Fuerteventura. 

La más norteña localidad de La Oliva era el feudo militar ocupado por los grandes Gobernadores de Armas. De su pasado esplendor conserva la iglesia mudéjar de Nuestra Señora de la Candelaria, con su característica torre de piedra volcánica. La localidad, tan sobria en cuanto al paisaje que la rodea, se halla salpicada por otros grandes edificios de estilo colonial como la pintoresca casa de los Coroneles.

Imprescindible: la ruta senderista (o para running) que parte de Betancuria y pasa por el barranco de las Peñitas y el palmeral del barranco de Buen Paso.

Las Salinas

Salinas del Carmen
Salinas del Carmen. Por Klaus Eppele

Moneda de cambio entre fenicios, celtas o romanos, objeto de supersticiones, mitos y hasta símbolo de purificación de lugares sacros… La sal ha tenido tantos usos y ha pasado por tantos estatus que su historia podría ocupar varios tomos de una enciclopedia.

En Fuerteventura, las Salinas del Carmen —construidas en 1801 y que aún se explotan siguiendo métodos ancestrales— acogen el Museo de la Sal, donde se explican numerosas curiosidades sobre ese elemento que vive en nuestros saleros. Una de las visitas imprescindibles que ver en Fuerteventura.

Imprescindible: En las salinas hay un esqueleto de ballena que forma parte de la senda de los Cetáceos, un proyecto que ha recuperado los esqueletos de varios de estos animales que por distintos motivos quedaron varados en el litoral insular. Los convirtieron en esculturas al aire libre para concienciar sobre su conservación.

Península de Jandía

Cofete
Cofete. Por Martina

En la áspera y pedregosa Jandía la presencia humana es tan solo una anécdota. Sus ocho municipios acogen a una población de apenas 500 almas que se concentran principalmente en Casas de Esquinzo y Punta Jandía. Al paisaje le dan carácter los extensos arenales protegidos por acantilados y un interior polvoriento salpicado de caminos de tierra y matas de cardones.

Por cierto, estos paisajes sobrecogedores fueron los elegidos por Vázquez-Figueroa para situar la acción de su novela inspirada en la Segunda Guerra Mundial, Fuerteventura

Imprescindible: Pasear por algunas de las playas más bonitas de la isla: Cofete y Sotavento de Jandía y el Matorral; y subir hasta miradores de impacto como el de los Canarios o la Degollada Agua Oveja.

Museos y más museos

A simple vista uno podría pensar que el interior de esta isla canaria sólo ofrece paisajes desérticos. Pero los majoreros —muy orgullosos de sus tradiciones— han dotado estos páramos tierra adentro con numerosos museos que nos hablan de sus costumbres más arraigadas.

Entre ellos destacan el Ecomuseo de La Alcogida, en Tefía y el Centro de Interpretación de Los Molinos, en Tiscamanita. Ya junto al mar tenemos el Museo de la Pesca Tradicional, en El Cotillo. 

Para aprender sobre los primeros habitantes de la isla —los «mahos» o «majos»— conviene visitar el Museo Arqueológico de Betancuria y el poblado La Atalayita, en Antigua.

Centinelas de piedra

Faro El Tostón Fuerteventura
Faro El Tostón Fuerteventura. Por Francesco

Apostado en la punta de la Ballena y acariciado con pasión por el mar, el faro del Tostón protege el estrecho de la Bocayna, la lengua de agua que separa Fuerteventura de Lanzarote. Es un faro que en realidad son tres: el primero se levantó en 1897 y a éste —tras una retahíla de desastres marítimos— le siguió otro de mayor altura construido en 1963. Hasta un tercero hizo falta para evitar los constantes naufragios, en 1985, esta vez sí, de proporciones considerables y excelente luminosidad que desde entonces continúa en activo. 

Imprescindible: También pintorescos y poseedores de historias peculiares son el faro de la Punta de Jandía (que alberga un Centro de Interpretación) y el de La Entallada.

Kris Ubach

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