Qué ver y hacer en Candeleda en un fin de semana
Escrito por
03.03.2023
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La lista de ‘casas más fotografiadas de España’ está bien nutrida. Varía cada año, en parte por el efecto llamada que provocan las redes sociales. De pronto, un hashtag que hace referencia a un edificio se viraliza y todos los aficionados a subir sus fotos a internet acuden a retratarse con las paredes del edificio detrás. En algunos casos, los dueños tienen que poner límites, como en el caso de la conocida como muralla roja de Calpe (en la que se inspiró la serie de Netflix El juego del calamar). El edificio construido por el arquitecto Ricardo Bofill se volvió un imán para turistas por su presencia en Instagram y los vecinos no están muy contentos ante la invasión de su intimidad.
En el pueblo asturiano de Tazones también se encuentra otra casa-golosina para los turistas que buscan edificios singulares: La casa de las conchas. Otra es la singular casa de La Julianeta, la más emblemática del ya de por sí singular pueblo turolense Albarracín y, por supuesto, La casa de las flores que se sitúa en Candeleda, uno de los lugares más atractivos de la provincia de Ávila, ya muy cerca de Extremadura y al sur de la Sierra de Gredos.
Ese edificio, que data de 1862 (aunque sus propietarios lo remodelaron en 1902), no solo tiene interés por su estética exterior, con sus ocho balcones de madera coloreados por los pétalos y el verde de las plantas. También su ubicación es ideal para los visitantes –y los vecinos que pueden observarlo cada día– ya que se encuentra en la Plaza Mayor del pueblo, uno de sus puntos neurálgicos.
Pero además guarda una sorpresa en el interior de su primera y planta baja. Es la sede del Museo de los Juguetes de Hojalata, en el que se puede ver la evolución de los utensilios que los niños han usado para divertirse desde principios del siglo XX. Está dividido en cuatro secciones, una de ellas es la llamada ‘Los juguetes de Kike y Nieves’, en la que se muestran objetos que datan desde 1984 hasta el mítico Tamagotchi que se hizo famoso a finales de la década de los 90.
Aunque la mencionada Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, sea uno de los puntos de actividad de la localidad, hay otra que le disputa la acción: la plaza del Castillo, con sus palmeras dándole personalidad. En su día, allí se ubicaba la fortaleza de los Condes de Miranda, pero el paso del tiempo la convirtió en historia y ahora ya no existe (pero el sitio sigue siendo digno de visitar).
Desde dicha plaza se puede emprender un paseo por la zona antigua del pueblo, que es la mejor manera de conocerlo. La calle del Moral –que tiene ese nombre porque antiguamente estaba llena de moreras– o la del Pozo son una buena muestra de la arquitectura ‘entramada’ típica de la zona del valle del Tiétar y de la Vera de Extremadura. Fueron edificadas entre los siglos XVI y XVII y a día de hoy se conservan como una maravilla característica de esa parte del país.
Otra de las edificaciones de las que se sienten orgullosos los candeledanos es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo origen se remonta a finales del siglo XIV o principios del XV. Fue nombrada Bien de Interés Cultural en 1991 y en su interior alberga obras interesantes como el retablo mayor y el retablo de cerámica, firmado por el pintor de azulejos de Talavera de la Reina Juan Fernández.
Un ‘monumento’ curioso de Candeleda es el homenaje a la cabra hispánica. Una estatua erigida en una rotonda que simboliza, sin ninguna duda, la figura de dicho animal ¿Por qué este reconocimiento? Pues porque, según la página web de turismo de Ávila: “En el siglo XX se le cedió al rey Alfonso XIII los derechos de la cabra hispánica, por parte del Ayuntamiento, creándose así el Coto Real de Gredos que ha propiciado la conservación de la cabra hispánica y su entorno”.
Hay otros dos puntos de referencia en el pueblo. Uno es la casa de la Judería, ubicada en la calle de la Amargura; y otro es El sequero, como se conoce al centro de interpretación del pimentón. Para los pocos que no lo sepan, Candeleda es un pueblo de referencia en lo correspondiente a la elaboración de este condimento.
Qué ver en los alrededores de Candeleda
Una de las actividades más populares que se pueden llevar a cabo cerca del pueblo es darse un buen baño en las piscinas naturales, también conocidas como charcos, como El carrera o El paloma, cuya agua procede de la garganta de Santa María. Por supuesto, la mejor estación para disfrutar de ellas es el verano pero cuidado, porque el agua suele estar muy, muy fría. Ideal para refrescarse, sin ninguna duda.
Cerca está también el embalse de Rosarito, que recoge las aguas del río Tiétar y desde el que se puede apreciar el Almanzor. La grulla común es uno de los animales que escoge este espacio para invernar.
El castro celta de El Raso es otro de los puntos señalados en la agenda de visitas de Candeleda. Se trata de un asentamiento vetón que tuvo vida desde el siglo III a.C hasta el I a.C y del cual se han reconstruido dos viviendas, en las que se cobija un centro de información sobre dicho yacimiento. Algunos de los descubrimientos arqueológicos que se hicieron en dicha zona se encuentran en el Museo de Ávila, en una zona propia conocida como El tesorillo de El Raso.
El senderismo, por supuesto, también tiene cabida en la agenda si se visita la zona. Un bonito camino es el que va desde el pueblo hasta el Puerto de Candeleda, aunque para llegar hasta la cumbre hay que estar en muy buena forma. Cada uno que se dé la vuelta cuando considere, pero lo recomendable es llegar hasta el Puente del Puerto, un paso de piedra creado por los romanos. Uno de los sitios preferidos por los aficionados a la fotografía para sacar sus instantáneas ( para comprobarlo solo hay que buscar en las redes sociales).
Dónde dormir en Candeleda
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Carmen López
Buen articulo, pero la foto que ponéis no es de Candeleda sino del Puente romano de Madrigal de la Vera, garganta de Alardos. Como bien decís la garganta de Candeleda es Santa Maria. Saludos