El puente del Dragón inspirado en Gaudí
Escrito por
22.11.2022
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Cuando a principios del siglo XXI, el doctor Ingeniero de caminos, canales y puertos José Luis Manzanares se enfrentó al reto de construir un puente en Alcalá de Guadaíra, Sevilla, tuvo una idea con la que sorteó las dificultades del proyecto. No solo las referidas a la infraestructura, sino a las que planteaban los vecinos. Tanto los grupos ecologistas como los que no rechazaban un viaducto en la zona en la que estaba planificado: el parque de Guadaíra en el que se ubica el castillo Almohade.
Manzanares imaginó la construcción como un elemento más del parque. Una incorporación que enriqueciera el lugar en vez de atacarlo y sin que los habitantes lo percibieran como un atentado contra uno de los pulmones de la ciudad. De ese pensamiento nació el puente del Dragón de Alcalá de Guadaíra, que tiene 123 metros de longitud y su figura se parece a la del animal mitológico que le da nombre. Se trata del primer y único ‘puente figurativo’ de Europa. También se le conoce como ‘el guardián del castillo’ por su cercanía con dicha construcción de origen árabe.
Además de su forma, el puente tiene otra característica: el ingeniero recurrió al trencadís para darle color a las escamas del dragón y ‘ponerle cara’. Esta técnica, propia del modernismo que salió de la mente de Antonio Gaudí, consiste en utilizar trozos de azulejos de diferentes colores para elaborar un mosaico. Se puede ver, entre otros sitios, en la finca Güell y en el Parque Güell ubicados en Barcelona.
Según explicó Manzanares –que sostiene que el trencadís es propio del imperio Almohade– en una entrevista: “el castillo del Guadaira era Almohade, era el año centenario de Gaudí y del parque Güell, que me encantaba. Era un genial ejemplo de parque para inspirar a los niños. Por tanto, me decidí hacer un puente inspirado en Gaudí y así, de paso, recuperar el trencadís para Sevilla. Para ello recurrí al concepto de ‘estructura épica’”.
El ingeniero sostiene que ese tipo de construcción “procura que la estructura tenga una imagen, que inspire o comunique al espectador una historia. Una historia que debe estar vinculada con el lugar donde se encuentra la obra”. En este caso la de un dragón que vigila y protege el castillo.
La Junta de Andalucía organizó un concurso de ideas para la construcción del puente y la propuesta de Manzanares ganó gracias a la votación popular que organizó el ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra. Con su inauguración en 2007 pasó a formar parte del conjunto de puentes importantes de Sevilla. Uno de ellos es el de Isabel II, conocido también como puente de Triana, que se construyó en el siglo XIX y que en 1976 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Su diseño está inspirado en el puente del Carrousel de París y fue construido por Gustavo Steinacher y Ferdinand Bennetot, dos ingenieros franceses.
El otro es el del Alamillo, que pasa por encima del río Guadalquivir desde 1992, cuando se construyó para comunicar la ciudad con la isla de la Cartuja con motivo de la celebración de la Expo 92’. Está firmado por el arquitecto Santiago Calatrava y como todas sus obras, tiene tres características: el color blanco registrado por el autor, el gasto superior al previsto para su construcción y un contratiempo, en este caso un incendio a los pocos días de su apertura al público.
Otros atractivos de Alcalá de Guadaira más allá del puente del Dragón
Esta localidad también posee el sobrenombre de ‘Alcalá de los panaderos’ debido a la importancia que dicho negocio tuvo históricamente allí. Esto explica que todavía se puedan visitar algunos molinos que hace años se utilizaban para fabricar la harina. Aunque llegó a haber 40, actualmente se han recuperado ocho que conforman una ruta llamada, lógicamente, ‘de los molinos’. Estos son el molino de la Aceña, el de Benarosa, el de San Juan, el de Oromana, el del Algarrobo, el de La Tapada, el de San Francisco o de las Eras, el de Vadalejos y el del Realaje.
Asimismo, es interesante visitar el recinto fortificado donde se originó el municipio. Según informa Turismo de Alcalá de Guadaira, se trata de “Un conjunto amurallado de algo más de 20 hectáreas de extensión, el tercero más grande de Andalucía”. Está compuesto por distintos elementos relevantes, que son “el castillo, el recinto amurallado, la iglesia de Santa María del Águila, la alcazaba de la Torre Mocha y el barrio de San Miguel”, sostienen.
Además, es sorprendente el número de leyendas propias del sitio. Por ejemplo, se dice que en las galerías romanas por las que fluye el agua en el subsuelo de Alcalá hay peces que han sufrido mutaciones por las condiciones del entorno y tienen ojos atrofiados y piel blanca. Otra es la que dice que el castillo estuvo habitado por una princesa llamada Aira –a la que Guadaíra debería la mitad de su nombre– cuyo espíritu se pasea por las noches por los patios del edificio llorando por un mal de amores (como la mayoría de los espíritus de princesas y otras mujeres que campan por los castillos del país).
En el libro del escritor local Francisco García Riveiro titulado Crónicas y memorias de Alcalá de Guadaíra, se recoge otra historia. Dice que en los años 40 del siglo XX los vecinos decían que en una casa de la calle Coracha residía un fantasma que tiraba piedras al patio de la vivienda. No había manera de encontrar a una persona que pudiese ser responsable del ataque, así que la única explicación era la de un espíritu con ganas de apedrear al prójimo.
Carmen López