6 pueblos de cuento que visitar en un fin de semana

El aire fresco y crujiente del otoño ha llegado, pintando paisajes con tonalidades cálidas y preparando el escenario perfecto para una escapada de fin de semana. Esta época del año es ideal para descubrir pueblos de cuento y disfrutar de una estancia acogedora y tranquila junto a los tuyos.

El encanto de las calles empedradas, las plazas adoquinadas y las casas de fachadas encaladas se fusionan con la rica historia y cultura local. ¿Y qué mejor manera de disfrutar de esta magia otoñal que reservando un acogedor alojamiento rural? Las chimeneas crepitantes, las vistas panorámicas y la hospitalidad de los vecinos te esperan. ¿Vienes?

Santa Pau (Girona): Donde la historia cuenta su propia leyenda

En el corazón de la provincia de Girona encontramos un pueblo que parece haber sido sacado de un libro de cuentos. Sus calles adoquinadas serpentean entre construcciones de piedra, la villa parece estar congelada en el tiempo. Durante tu estancia podrás visitar el castillo y pasearse por la Plaza Mayor de Santa Pau.

Los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de diferentes rutas por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Disfruta de un paseo por la Fageda d’en Jordà o realiza la ruta por el volcán de Santa Margarida.

Para completar tu experiencia, disfruta de la tranquilidad del alojamiento de Mas La Costa, donde la comodidad y la autenticidad se encuentran en perfecta armonía.

Santillana del Mar (Cantabria): El pueblo de las tres mentiras

Dicen que Santillana del Mar es el pueblo de las tres mentiras: Ni es santa, ni es llana y ni tiene mar. En 2019, el municipio fue fue elegido como la Capital del Turismo Rural, premio organizado por EscapadaRural.

Sus calles adoquinadas te llevan a la Edad Media, donde la Colegiata de Santa Juliana y la Plaza Mayor revelan la riqueza arquitectónica del lugar. Además, durante tu estancia podrás visitar el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira y las cuevas.

¿Tu refugio ideal? La Fuentona de Santillana, un alojamiento que combina el encanto tradicional con las comodidades modernas, creando un ambiente perfecto para tu escapada.

Ochagavía (Navarra): La postal perfecta en los Pirineos

Ochagavía te recibe con sus casas de tejados puntiagudos y paisajes montañosos de ensueño. Este pueblo navarro, rodeado de bosques y ríos, es ideal para los amantes del senderismo y de la naturaleza. Las casas de piedra, su puente medieval y la ermita de Nuestra Señora de Muskilda con paradas imprescindibles.

Se encuentra entre altas cumbres y espesos bosques. Es, además, una de las cuatro puertas de entrada a la Selva de Irati. En época invernal, en los alrededores de Ochagavía, se podrá practicar esquí de fondo en el Centro de Montaña Irati-Abodi.

Para disfrutar de una experiencia completa , podrás alojarte en Mendibide. La casa cuenta con un ambiente acogedor y unas vistas panorámicas que te harán sentir en el paraíso.

Ezcaray (La Rioja): El vino y la historia se entrelazan

Ezcaray combina la tradición vinícola con la arquitectura de cuento. Y conserva un marcado carácter histórico en el que se puede apreciar en sus construcciones, tal como los palacios, los puentes medievales o la Real Fábrica de Paños de Santa Bárbara.

Si eres amante de la naturaleza, el pueblo es punto de partida de diferentes excursiones. Además, la estación de esquí de Valdezcaray está a pocos kilómetros.

Y después de explorar, sumérgete en la comodidad del Adosado Marblés, un alojamiento que fusiona la elegancia con el encanto rural.

Sepúlveda (Segovia): Donde la historia se respira en cada rincón

Situada a orillas del río Duratón, Sepúlveda te envuelve en su atmósfera medieval. Sus calles estrechas, la Iglesia de El Salvador y las murallas que rodean el pueblo tienen un encanto único. Desde 1951, el pueblo está declarado como Conjunto Histórico Artístico.

El Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, a tan sólo 16,5 kilómetros de Sepúlveda, ofrece la posibilidad de realizar rutas de senderismo con impresionantes vistas.

Alójate en El Escondite de los Duendes, un alojamiento que combina la tradición con el confort moderno.

Rute (Córdoba): Entre olivos y tradiciones andaluzas

Rute te enamorará con sus paisajes de olivares y su rica herencia cultural. Esta coqueta villa te recibirá con un olor de sus destillerías de anís y de sus sabrosos dulces de Navidad. El pueblo se encuentra dentro del Geoparque de las Sierras Subbéticas.

Durante tu paseo por la villa, podrás visitar algunos de los famosos patios cordobeses. Además, podrás ver el monumento al anís, la parroquia de Santa Catalina Mártir o la ermita de San Pedro.

Para tu estancia, la Casa La Ruteña ofrece un ambiente cálido y acogedor, donde podrás relajarte después de explorar los encantos de este pueblo andaluz.