Bañarse sin pisar la playa en las Islas Canarias: sus piscinas naturales

Que la costa canaria es interminable y es uno de los grandes atractivos turísticos de ese archipiélago de origen volcánico llamado Islas Canarias ya lo sabemos. Tiene 1.500 kilómetros de costa, en los que podemos encontrar arena de todos los colores, también rocas en pequeñas y recónditas playas vírgenes. Lo que quizás no conozcas tanto son las impresionantes piscinas naturales de aguas transparentes.

Si buscas espacios más tranquilos y eres de los que prefiere un entorno más salvaje, aquí te dejamos una lista con las pozas más sorprendentes para refrescarte este verano en las Islas Canarias. Un destino estival donde las temperaturas son bastante agradables, con mínimas que rara vez bajan de los 22 grados y máximas que no suelen pasar de los 30 grados.

Las mejores piscinas naturales de las Islas Canarias

Coge la toalla, el traje de baño y las chanclas cangrejeras de toda la vida porque nos vamos a los 10 rincones más refrescantes y sorprendentes de las Islas Canarias. Son espacios cerrados en los que se cuela el agua salada del océano Atlántico sin apenas intervención humana.

Charco Azul, en El Hierro

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Pues bien, como puedes ver, el Charco Azul de El Hierro es un gran ejemplo de ello. Solo vamos a “gastar” un poco más de “tinta” para explicarte que está en El Golfo, un valle ubicado en una sorprendente costa escarpada, y que el mar se ha encargado de excavar en la lava esta espectacular zona de baño de aguas turquesas. Uno de esos lugares de los que no te querrás ir nunca.

Puertito de Lobos, en Fuerteventura

Una piscina natural que te dejará sin habla y que, además de ofrecer unas espectaculares aguas cristalinas que contrastan con el fondo marino volcánico, nos permite apreciar una preciosa panorámica de la isla. Puertito de Lobos es frecuentada por pequeños barcos de pesca que le dan un aire tradicional encantador al lugar y gracias a su trabajo, después, podrás saborear deliciosos platos. Tendrás ganas de quedarte mucho tiempo en esta piscina salada junto al océano Atlántico.

El Caletón de Garachico, en Tenerife

Desde el precioso rincón familiar que es El Caletón de Garachico tendrás la oportunidad de bañarte en una zona de mar abierto y tranquilas pozas junto al Castillo de San Miguel y el famoso peñón. Las piscinas naturales se formaron con la erupción volcánica de 1706, que en su momento sepultó el viejo puerto para crear unas zonas que se han convertido en espacios de baño muy populares. El agua de las piscinas se renueva cuando sube la marea (a veces, incluso verás que se queda atrapado algún pez).

Charco Azul, en La Palma

Repetimos nombre en la lista, pero hablamos de una piscina natural diferente. En este caso, nos referimos a una que ha sido reconocida con la “bandera Ecoplaya”. Que no te engañe el premio: recibe el agua salada del océano, pero es una piscina natural. Está equipada con escalones, barandillas, vestuarios y otras medidas de seguridad. Es un área de baño ideal para ir con toda la familia.

Punta Mujeres, en Lanzarote

Es una gran zona de baño de más de dos kilómetros que está repleta de piscinas naturales equipadas con barandillas y escalones para acceder a ellas; al margen de estos elementos, nos encontramos en un entorno  natural, que la erosión se ha encargado de crear. La piscina más conocida es la de Punta de las Rosas, por estar bien protegida de las olas. Estas pozas son de lo más diversas y están en una preciosa villa de pescadores típica de casas blancas, uno de los pueblos más antiguos de la zona.

Roque Prieto, en Gran Canaria

Es un rincón bastante desconocido con dos piscinas. En este caso, sí que ha tenido que ver la mano del ser humano: son artificiales, pero eso no le quita encanto al lugar. Es una zona con oleaje fuerte, por lo que hay que ir con cuidado; en todo caso, normalmente el baño es agradable y tranquilo, ya que cuentan con rompeolas y accesos con barandillas. Están lejos del ruido urbano y nunca están masificadas, además de tener zonas de buceo.

Aguas Verdes, en Fuerteventura

Un tesoro virgen en Betancuria. Aquí nos esperan hasta 6 kilómetros de piscinas naturales y volcánicas en medio del océano Atlántico, repartidas a lo largo de la costa. Estas caprichosas y bellas formaciones en las que ahora nos podemos bañar se han ido formando a lo largo de miles de años  sobre  la lava por  la acción de las olas. Por cierto, es un enclave muy popular para los amantes del snorkel.

Charco del Conde, en La Gomera

Un precioso paraje en Valle Gran Rey donde la profundidad de la piscina natural depende de la marea, de manera que cuando esta baja es ideal para que los niños se lo pasen en grande. Una zona de baño tranquila y segura, protegida del mar abierto.

Charco del Viento, en Tenerife

No dejes de visitar la zona de baño más popular de La Guancha, en el norte de Tenerife. Es de una belleza que te impresionará por la fuerza del mar y los diferentes colores naturales del lugar. Se trata de cuatro coladas de lava bañadas por el océano, un espectáculo natural difícil de superar, con zonas de arenales y roquedos. Por si fuera poco, a tus espaldas tendrás el imponente Teide.

La Fajana, en La Palma

Nuestra última recomendación son estas tres pozas con agua de mar de Barlovento, que tienen una peculiaridad: podrás saltar fácilmente de una a otra, ya que están juntas, como si se tratara de un complejo acuático natural. Una zona de baño salada preciosa, sin los peligros del mar abierto, ideal para ir en familia. El entorno está muy cuidado y tiene duchas y aseos.

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