Peñaranda de Duero, el pueblo medieval más bonito de la Ribera del Duero
Escrito por
20.02.2024
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Las mejores vistas de Peñaranda del Duero, en Burgos, las obtenemos desde la plaza Mayor. No está elevada, no es un mirador, pero si nos colocamos en el centro y giramos en torno a nosotros mismos podremos ver una de las joyas de esta villa medieval: su arquitectura. Cada edificio merece ser contemplado con detenimiento, ya que hay ejemplos de arquitectura popular castellana, casas blasonadas, palacios, etc.
No sé a vosotros, pero a mí muchos de estos inmuebles me recordaron a la antigua posada-taberna medieval de Playmobil. O bueno, a toda su colección de aquella época. Fue como, de repente, estar dentro del juego. Una pasada.
Las casas con entramados de madera oscura contrastan con los palacios renacentistas de fachadas platerescas (muy decoradas con medallones, escudos, etc.) y, en lo alto, a escasos metros, un imponente castillo que parece querer abrazar la villa.
Uno de los rollos de justicia mejor conservados de Burgos
Pero, antes de subir hasta él, quédate un rato más en la plaza. Peñaranda de Duero tiene hasta cinco monumentos declarados Bien de Interés Cultural y algunos de ellos están aquí mismo. Uno de los más importantes es la columna de piedra que se encuentra a nuestro lado. Se trata del rollo de justicia que en su día reconocía a Peñaranda como una villa señorial con jurisdicción propia.
Peñaranda de Duero tiene hasta cinco monumentos declarados Bien de Interés Cultural
Fue encargado por el conde de Miranda hacía el siglo XV, como aviso a los foráneos de que allí había una autoridad señorial con autonomía judicial y fiscal. El conde, Pedro Zúñiga y Avellaneda lo logró tras casarse con la hija de los condestables de Castilla y participar con otros nobles y con los Reyes Católicos en la conquista de Granada.
El rollo tiene casi 15 metros de altura y es de estilo gótico-isabelino. En sus orígenes estaba fuera de las murallas, aunque en 1960 con la reforma de la plaza Mayor se reubicó donde está actualmente. Aunque sufrió destrozos en el siglo XIX, cuando se ordenó destruir los rollos por ser símbolo de dominación feudal, se conserva en bastante buen estado.
El palacio del conde de Miranda está justo enfrente de la plaza, y ocupa casi en su totalidad uno de los laterales. Se trata del palacio de Avellaneda o los Zúñiga (ambos son la misma persona). Es renacentista, del siglo XVI y, cómo no, en su fachada se puede ver el escudo de los condes. Sus interiores se pueden visitar de martes a domingo. La entrada general son unos 4 euros (2024). Como curiosidad: el palacio estuvo en manos de la casa de Alba, aunque ahora es del Estado.
Por último, antes de subir al castillo, si miramos juntos enfrente del palacio encontraremos la ex-colegiata de Santa Ana, donde también está el escudo familiar. En ella se puede apreciar la mezcla de estilos gótico, barroco y neoclásico. Actualmente es un museo y en él se puede encontrar, entre otras reliquias, un altar portátil de campaña que se llevaba a las guerras.
El castillo de Peñaranda de Duero
En lo alto de la villa, sobre una colina que domina el paisaje, encontramos el castillo que, desde el siglo XVI, vigila Peñaranda de Duero. Ya anteriormente hay constancia de que en ese mismo lugar hubo construcciones defensivas desde el siglo XI, aunque su aspecto actual se debe a la familia Zúñiga.
Hoy, en él se conservan murallas, torreones almenados y la torre del Homenaje, donde está el centro de interpretación de los castillos fronterizos. Si subes hasta su mirador podrás obtener las segundas mejores vistas de la villa. Y digo segundas porque, aunque se ve toda la villa, desde el castillo no se ve el castillo (obviedad).
No obstante, la torre del Homenaje es un excelente sitio para ser conscientes de la dimensión del pueblo y para viajar a aquella época en la que fue clave para defender sus tierras durante la Edad Media. La entrada general a la torre cuesta unos 3 euros.
El castillo de Peñaranda de Duero está considerado uno de los castillos mejor conservados de la Ribera del Duero y de la provincia de Burgos. Después de su visita podemos seguir los restos de la muralla que nos llevan hasta la puerta de las Monjas, también de la época.
Para finalizar el día, nada como disfrutar de los afamados vinos de la Ribera del Duero. En la villa podemos acercarnos a la bodega Castillo de Peñaranda o realizar una visita a la bodega subterránea La Cárcel. En los bares del pueblo, además, podemos acompañar la copa de vino con una rica morcilla o, si tenemos hambre, lechazo.
Una de las farmacias más antigua de España aún en funcionamiento
Fue fundada en el siglo XVIII y, para sorpresa de todos, esta vez no fue por la familia Zúñiga, sino por los Ximeno, quienes la han ido heredando entre generaciones (según fuentes del Ayuntamiento de Peñaranda de Duero, 8 generaciones). El primero de ellos fue Andrés Ximeno Camarero, quien la abrió para regalársela a su hijo Lucas Ximeno, nombre que aún se mantiene hoy en día.
En su interior, a pesar del paso de los años, la familia ha logrado conservar la botica, rebotica, laboratorio y plantas medicinales. Hay estanterías repletas de reliquias, como recipientes de vidrio y de cerámica de Talavera de la Reina, morteros, alambiques, libros, etc.
Sin embargo, hay que tener en cuenta de que se trata de una farmacia de pueblo, donde los vecinos aún van allí a buscar sus medicinas. En ocasiones hacen visitas (mejor preguntar en la Oficina de Turismo).
Ruta del Vino Ribera del Duero
Nuestra visita a Peñaranda de Duero coincidió con el viaje que realizamos a la Ruta del Vino Ribera del Duero. En total, la Ribera del Duero se extiende unos 115 kilómetros entre Burgos, Soria, Segovia y Valladolid, aunque en nuestro caso estuvimos en las dos primeras.
La ruta cuenta con 8 Conjuntos Histórico-Artísticos, entre los que se encuentran Peñaranda de Duero, Langa de Duero, Haza, Gumiel de Izán, Peñafiel, Rejas de San Esteban, Vadocondes y San Esteban de Gormaz.
Y, por supuesto, también hay vino. Estamos en una tierra llena de campos de vid en la que se elaboran algunos de los mejores caldos de España. Algunas de las más populares son las de Pradorey, tierras que fueron antiguamente de Isabel La Católica; Dominio de Atauta, que tiene algunos de los viñedos más antiguos del país; o la viña Arnáiz, cuya nave sigue la estética de la clásica arquitectura castellana medieval. Aunque hay muchas más.
Para descubrir esta zona de España os recomiendo que le dediquéis tiempo, ya que hay mucho de lo que a todos nos fascinan en los viajes: torres, castillos, torreznos, morcillas, lechazo, vino y, sobre todo, mucha historia. ¡Ah! Y una gente estupenda muy orgullosa de su tierra. No es para menos.
Laura Fernández
Informacion excelente .
Me interesaria obtener de Vds.información sobre pueblos que por su interes historico ,artistico,costumbrista ,se pueden visitar sobre un territorio concentrado en torno a las provincias de Soría,Burgos,,Segóvia,Valladolid,Salamanca ,tal vez Zamora.
También Casas rurales estratégicas desde las que radiar haciendo excursiones .
Proyectamos un viaje para finales de mayo
Somos un grupo de Cinco parejas ,mayores ,nos situamos entre los 79 y 69 años,jubilados todos.