5 joyas medievales en la Ribera del Duero

Hay muchas cosas interesantes que destacar del interior de la península ibérica, pero puede que una de las más atractivas sea su pasado medieval. Los aficionados a esa fase de la historia encontrarán en dicho territorio un buen número de restos de aquella época que tanto les fascina. Y lo cierto es que subir a lo alto de una torre del homenaje o cruzar una de las puertas de lo que un día fue una muralla protectora de una ciudad tiene un encanto del que no escapa nadie. 

La Ruta del Vino de Ribera del Duero ofrece la posibilidad de conocer sus bodegas y probar sus caldos a la vez que se conocen los vestigios de la Edad Media que aún se conservan. Enoturismo histórico, podría decirse. Estos son algunos de los ejemplos medievales que se pueden conocer en la zona que abarca Soria, Burgos y Valladolid. 

Torreón de Haza

Es uno de los Museos Vivos de Castilla y León. De hecho, en 2022 recibió a 4.003 personas, con lo que se convirtió en el más visitado de esta red en la provincia de Burgos. Esta iniciativa permite, como su nombre indica, dar vida a monumentos a los que no se podía acceder al carecer de personal que gestionase las visitas. Ahora, quienes lo deseen solo tienen que escoger día y hora en la web e introducir el código que reciban en la máquina de apertura para entrar cuando lleguen. 

El ‘Haza medieval’ no solo está integrado por el torreón, sino que también conserva una muralla urbana y el castillo. Juntos componen el conjunto fortificado que se construyó entre los siglos X y XV. Aunque el que se ha convertido en espacio expositivo es el torreón, que está dividido en tres partes que cuentan la historia de estas edificaciones. El recorrido termina en la parte más alta del edificio, a la que se puede acceder para disfrutar de las vistas panorámicas.  

Peñaranda de Duero

Peñaranda de Duero es el pueblo perfecto para imaginarse cómo podía ser la vida en la Edad Media. No es porque esté llena de actores representando escenas de la época, sino por la arquitectura cuidada que se conserva entre la que destaca, por supuesto, su castillo. Aunque sus inicios se sitúan en el siglo XI, como fortificación ante el avance de los árabes, fue en el siglo XV con el Conde de Miranda cuando alcanzó su máximo esplendor.

En la actualidad, lo que más llama la atención es su torre del homenaje, que se encuentra en buen estado y acoge en su interior un Centro de Interpretación de los Castillos. En el pueblo también se puede admirar el palacio de los Zúñiga, la excolegiata abacial de Santa Ana y la botica de Ximeno, que se considera la farmacia más antigua de España en activo. Funciona desde el siglo XVIII y su gestión ha ido pasando de generación en generación de la misma familia.

Peñaranda de Suero está considerado como uno de los más bonitos pueblos medievales en Burgos.

Torre de Langa de Duero

Declarada monumento en 1949, la torre de Langa de Duero también es conocida como ‘Torre del cubo’ por su forma cuadrada. Mide 20 metros de alto y 12 de lado y sus muros tienen 2 metros de grosor. No era fácil escapar de su interior, como pudo comprobar Enrique Enríquez, duque de Medina Sidonia y hermano bastardo de Leonor de Castilla, que estuvo preso allí durante dos años. Finalmente pudo huir gracias a una cuerda que le proporcionaron los habitantes del pueblo. 

Hoy en día, la torre de Langa de Duero acoge el Centro de interpretación Ruta de las Atalayas, donde se puede conocer más acerca de otros ejemplos como el suyo y fortificaciones cercanas al río Duero. En el año 2007 la localidad fue declarada Conjunto Histórico Artístico. 

Castillo de Peñafiel

El castillo de Peñafiel uno de los más imponentes de los que existen en la península ibérica, en parte por su buen estado de conservación. Los comienzos de su construcción datan del siglo X, pero el aspecto que luce ahora es fruto de las renovaciones a las que lo sometieron en los siglos XIV y XV.  Su arquitectura se adaptó a la orografía del cerro sobre el que se asienta y hay quien dice que tiene forma de barco. Mide 210 metros de largo, 20 metros de ancho y su torre del homenaje 34 metros de altura y está situada en el centro de la fortificación. 

En 1917, recibió el título de Monumento Nacional y es la sede del Museo Provincial del Vino desde 1999. En él se explican los procesos de fabricación de los caldos, su historia y también se organizan catas profesionales y cursos. Recibe una media de 100.000 visitas al año.

San Esteban de Gormaz

Una de las joyas y uno de los monumentos medievales en la Ribera del Duero es el puente de piedra de San Esteban de Gormaz. Tiene 16 arcos u ojos, está construido en sillería caliza y posiblemente se construyese sobre otro de origen romano, aunque se ha sometido a constantes acciones de conservación. En su momento fue el único paso que había sobre el río Duero que servía como frontera entre los reinos cristianos y musulmanes. Mide 200 metros de largo y ocho de ancho y tiene mucho tránsito, ya que une las dos partes del pueblo separadas por el agua.

Pero la localidad tiene muchos más puntos de interés: por algo fue nombrada Conjunto Histórico-Artístico en 1995. Entre ellos está el castillo situado en lo alto de la localidad, cuyos orígenes se sitúan en el siglo X. Su forma es alargada y estrecha, parecida a la del de Peñafiel, y sale mencionado en El cantar de mío Cid. Además, también destacan la iglesia de Santa María del Rivero y la iglesia de San Miguel, que están muy cerca y son románicas. 

También muy importante es que el municipio tiene el prestigio de acoger el barrio con más bodegas subterráneas (298) de la Ribera del Duero. El lugar ideal para degustar alguno de los famosos caldos que se producen en la zona después de un recorrido por la historia que, como se puede comprobar, aún sigue viva.