Ventano del Diablo: una cueva con vistas al Júcar
Escrito por
15.06.2023
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Muchas son las panorámicas que vigilan el río Júcar, pero ninguna como la que se obtiene desde el impresionante Ventano del Diablo. Desde esta ventana se contempla el zigzagueante curso del río en su camino a la bonita Cuenca desde la nada despreciable altura de 200 metros. Un privilegiado balcón, no apto para personas con vértigo, para vivir un momento único en la serranía conquense.
En lo que respecta al tan peculiar nombre, según la leyenda se llama Ventano del Diablo porque el demonio hacía acto de presencia aquí cuando se celebraban sesiones de brujería. Uno de los cometidos era tirar por el precipicio a todo aquel que se asomara por él. Una leyenda con tintes siniestros que nada tiene que ver con la experiencia casi celestial que realmente se vive.
Leyendas a un lado, lo cierto es que el Ventano del Diablo es una parada imprescindible si te encuentras visitando la zona. Las vistas del barranco del Júcar son excepcionales.
Cómo llegar al Ventano del Diablo
De origen prácticamente natural, el Ventano del Diablo es en realidad una especie de cueva con forma de bóveda que presenta dos aberturas de gran tamaño en las que se ha habilitado una serie de barandillas para dotarlo de mayor seguridad.
¿Y dónde se encuentra exactamente este lugar tan especial? Su acceso es muy sencillo. Al mismo pie de la carretera CM-2105 que une la localidad conquense de Villalba de la Sierra con Cuenca, apenas se abandona el municipio, se ve un parking gratuito donde poder dejar el coche.
Desde ahí, en apenas 150 metros caminando, se llega a este balcón de privilegiadas vistas. Eso sí, si tienes la ocasión, sobre todo en fin de semana, intenta madrugar, pues dadas las reducidas dimensiones del aparcamiento suele llenarse con facilidad.
Qué hacer en los alrededores del Ventano del Diablo
Pero los atractivos de la zona no terminan en el Ventano del Diablo. Justo en sus faldas se ubican algunas de las pozas y piscinas naturales más bonitas de la provincia manchega. Un lugar tan bello como tranquilo -salvo en los meses de verano que aumentan los visitantes ávidos de encontrar donde aliviar las altas temperaturas- que rebosa fotogenia.
Si estás buscando descargar adrenalina, el mismo Ventano del Diablo cuenta con su propia vía ferrata de niveles K3 y K4 para disfrutar de este rincón de la serranía de Cuenca desde otro punto de vista. El barranquismo es otra de las frenéticas actividades que puedes practicar en los alrededores pues la zona lo tiene todo: un barranco, pozas de aguas cristalinas, cascadas y toboganes naturales. En definitiva, un verdadero paraíso para los amantes del turismo activo.
Como no podía ser de otra forma, la zona es el hábitat de numerosas especies de aves rapaces y carroñeros por lo que, si te apasiona el avistamiento de aves, aquí disfrutarás como un niño. No olvides llevar contigo unos buenos prismáticos para no perder detalle.
Cuenca está repleta de lugares salvajes donde disfrutar de la naturaleza a pleno pulmón y el Ventano del Diablo y sus alrededores es uno de los más completos para pasar un estupendo día en familia o con amigos.
Elísabet García