Muchas han sido las mujeres que han hecho historia, aunque pocas de ellas son hoy recordadas. En la ciudad de La Coruña nunca han querido olvidar a uno de sus personajes más ilustres: Mayor Fernández de la Cámara, conocida popularmente como María Pita (1556), una de las coruñesas que se enfrentaron a las tropas inglesas cuando invadieron la ciudad en 1589.
El homenaje a María Pita lo encontramos en su homónima plaza, donde se ubica la escultura diseñada en bronce por el artista Xosé Castiñeiras. En ella, la mujer fue inmortalizada en su pose más conocida: empuñando una lanza y con actitud desafiante.
El ataque inglés
El 3 de mayo de 1589, desde la costa atlántica gallega se podía atisbar la llegada de numerosos navíos con bandera inglesa. Era la Contra Armada, las tropas dirigidas por Sir John Norris, general de la Corona inglesa, y el corsario Francis Drake, el hombre elegido por la reina Isabel I para vengarse de los españoles.
Justo un año antes, bajo las órdenes de Felipe II, la Grande y Felicísima Armada había intentado atacar la costa inglesa. Las malas condiciones climatológicas provocaron que veintiocho buques naufragasen, mientras que los 102 que sobrevivieron tuvieron que regresar a España para ser restaurados. Este fracaso fue el que provocó que la armada fuese llamada por los ingleses de forma irónica como la “invencible”.
El grueso de la flota española regresó al puerto de Santander y Vizcaya. También a Galicia pues, según un diario de viaje del capitán Juan Varela guardado en el Archivo General de Simancas y mencionado en el libro María Pita y la defensa de La Coruña en 1589, de María del Carmen Saavedra Vázquez, en el puerto de La Coruña había seis navíos de la armada.
Aunque el plan original de Isabel I era atacar Santander, Drake desobedeció sus órdenes y se dirigió directamente a la costa coruñesa. Un objetivo que, en un primer momento, sería más fácil de conquistar y que estaba de camino hacia Portugal, el segundo país que debía atacar para quitar a Felipe II del trono – por aquel entonces, Portugal estaba unido a España – antes de llegar a las Azores para evitar el comercio español marítimo con América.
El 4 de mayo, unos 180 buques y más de 25.000 soldados ingleses llegaron a la costa gallega. El número de los combatientes españoles era muy inferior, la cifra no está del todo clara. Algunos documentos del Archivo General de Simancas hablan de poco más de 1.000: 600 soldados más las cuatro compañías de la milicia, a las que se unieron numerosos ciudadanos.
Después de 15 días de conflicto y de varias ofensivas en los alrededores de la ciudad, las tropas inglesas intentaron traspasar la muralla en la zona del convento de Santo Domingo utilizando explosivos. No consiguieron derribarla, aunque los daños causados les ayudarían a que la pudiesen trepar con facilidad para llegar a un enfrentamiento cara a cara con el enemigo.
El papel de las mujeres y María Pita
Con la entrada de los ingleses en la ciudad vieja, más de 1.000 mujeres –que hasta ese momento se encargaban de alimentar, reparar la muralla y proporcionar armas y piedras a los hombres – entraron en acción.
María Pita fue una de ellas. “Fuera de La Coruña poco se sabe sobre ella”, me comenta Luis Gorrochategui, historiador y autor del libro Contra Armada: La mayor catástrofe naval de la historia de Inglaterra. “Su hazaña tuvo gran transcendencia, pues la derrota del ejército inglés evitó la caída del imperio español y hoy se puede hablar de Iberoamérica”, añade.
Tras haber visto cómo asesinaban a su marido, María Pita arremetió contra un alférez inglés y lo tiró por la muralla, lo que hizo que todo el mundo la viera y fuera fácilmente recordada, por encima de otras mujeres que también estaban luchando contra los ingleses.
“Fue una pieza clave en la resistencia de La Coruña. Aunque en aquel conflicto murieron muchas mujeres, ella fue la que mató al abanderado. Existen documentos donde se registra”, explica Luis Gorrochategui. La fuerza femenina hizo que los atacantes reculasen y volvieran al mar. Ahora era la flota inglesa la que había fracasado.
Otro de los nombres que suenan en bajito en la historia es el de Inés de Ben que, aunque no tuvo los reconocimientos de Pita, también luchó por su ciudad.
Según el diario gallego Sermos Galiza, en los documentos del Arquivo do Reino de Galiza (Archivo del Reino de Galicia), que forman parte desde 1915 de la Real Academia Galega, hay unas declaraciones de la propia Inés de Ben que narra cómo tras perder a su marido huye con sus hijos detrás de las murallas de la ciudad y entrega a los soldados pólvora y cuerdas por valor de 800 ducados.
Inés de Ben ofreció toda su mercancía. También participó en las tareas de reconstrucción de la muralla y cuidó a varios heridos hasta que, en una de las cargas, fue alcanzada por una bala en la cabeza y, aunque sobrevivió, se quedó ciega.
La diferencia con la conocida María Pita es que, posteriormente, Inés no obtuvo ningún tipo de ayudas y acabó mendigando por las calles hasta su muerte. “Después del ataque, la parte baja de La Coruña quedó arrasada. Muchos hombres y mujeres que sobrevivieron al conflicto quedaron completamente arruinados”, explica Luis Gorrochategui.
Los reconocimientos a María Pita
Tras el ataque de La Coruña, María Pita recibió una pensión de Felipe II equivalente al sueldo de un alférez, más cinco escudos mensuales. También se le otorgó un permiso de exportación de mulas de España a Portugal hasta su muerte, en 1643.
Dos siglos después, en el centro de La Coruña se le dedicaba a María Pita una de las plazas más importantes. Rodeada de edificios porticados, que siguen la arquitectura típica coruñesa, en ella se ubica actualmente el Palacio municipal, la iglesia de San Jorge y la escultura de la heroína.
No muy lejos de la plaza, en el número 28 de la calle Herrerías, se halla la casa-museo de María Pita. El edificio corresponde a la antigua vivienda del siglo XVI que pertenecía a su primer ex marido.
En la parte inferior se recrea cómo era la casa original donde vivía la mujer; en la sala 1 y 2 se muestra la morfología de La Coruña y de Galicia entre los siglos XVI y XVII; y la tercera planta está dedicada al ataque inglés.
Laura Fernández
Soy descendiente de gallegos, especificamente de la Coruña, y como llevo el mismo apellido que la ilustre María Pita, me gustaría contactar con el ayuntamiento de la Coruña para revisar el árbol genealógico de mi padre y abuelo, pues sería un honor ser pariente de esa heroína de la resistencia gallega contra la invasión inglesa.
Favor de contactarme a los email : esp-ml1@dlg.pri.minag.gob.cu y rpita82@vega.inf.cu
Prof. Dr. C. Alfredo Pita Hernández
Pinar del Río. Cuba