Luis Zueco: “Todas mis novelas están escritas desde los castillos de Grisel y Bulbuente”
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28.10.2021
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El popular escritor aragonés alquila sus dos fortalezas como alojamiento rural
Los castillos, la literatura y el misterio son los ingredientes del éxito del escritor aragonés Luis Zueco. Aunque también son los elementos que han marcado su vida. El autor de la afamada trilogía medieval El castillo, La ciudad y El monasterio, y de obras como El mercader de libros, creció entre paredes fortificadas. Murallas que le han despertado fascinación por la época medieval y que le han servido de inspiración en sus trabajos.
Es lunes, la una y diez de la tarde, y suena el teléfono. Es Luis Zueco. Me devuelve la llamada después de que yo hiciera varios intentos sin éxito. Su nueva novela El cirujano de almas lo tiene inmerso en una gira por España repleta de presentaciones. A pesar de ello, quiere regalarnos un pedacito de su tiempo para hablarnos de lo que más le gusta.
“Yo crecí entre castillos”, me dice con naturalidad, como si fuera algo común. “Mi tío compró el castillo de Grisel cuando yo tenía 8 años. Desde pequeño he estado en castillos y jugaba en ellos sin ser muy consciente de lo que eran. Subía y bajaba por sus torres, y me montaba mis películas. Con mi familia visitaba otros castillos, hacíamos la ruta de los torreones de Soria…”
El castillo de Grisel es una fortaleza militar amurallada del siglo XIV situada en Tarazona y El Moncayo. Antiguamente aquí es donde estaba la frontera entre Castilla, Navarra y Aragón, por lo que en sus orígenes tuvo función defensiva. Fue militar hasta la época de los Reyes Católicos, momento en el que se juntaron los reinos y pasó a ser propiedad de la catedral de Tarazona, con la que comparte historia. No fue hasta el siglo XIX cuando pasó a manos privadas, aunque estaba abandonado cuando fue comprado por Manuel Giménez, el tío de Luis Zueco. Les llevó 30 años rehabilitarlo.
“Lo abrimos al público en 2014 y funciona muy bien. Es un referente, ha recibido muchos premios (en 2019 fue galardonado como Mejor Experiencia Turística de Aragón). Dormir en un castillo es algo diferente y la gente lo valora mucho. Los que han leído mis novelas, además, vienen para conocerme”, dice Zueco.
Sí, me pueden ver en él. Hay días que el 80% de los que se alojan han leído alguna de mis novelas
Luis Zueco
Su residencia habitual, no obstante, está en su segundo castillo, el de Bulbuente. Cuando lo adquirieron también estaba en muy malas condiciones pero, después de 8 años de trabajo, Zueco presume orgulloso de tenerlo ya abierto al público como alojamiento rural. Allí es donde él pasó su confinamiento, entre gruesas paredes de piedra y amplios jardines, y es donde se le puede encontrar trabajando.
“Sí, me pueden ver en él. Hay días que el 80% de los que se alojan han leído alguna de mis novelas. Aunque también viene gente que se ha leído los libros y no saben que yo soy el escritor. Y eso es más divertido”, cuenta Zueco. “Esta semana vino una señora y de la que se iba, en recepción, me dijo: «Oye te devuelvo el libro que cogí en la librería. Lo estaba leyendo en casa pero lo olvidé. Qué bien que aquí lo tuvieras porque he podido seguir con la lectura». Estuve hablando con ella un buen rato y no sabía que yo era el autor hasta que se fue. No sé qué pasó, pero cuando ya estaba en el coche volvió y me preguntó: “¿No serás tú el escritor?”, cuenta con tono sonriente.
El castillo de Grisel y el de Bulbuente están repletos de libros, otra de las grandes pasiones de Zueco que le ha llevado a ser un novelista de éxito y a ser considerado como el Ken Follett español. “Ahora se está leyendo mucho. La gente ha valorado los libros y la literatura está de moda”. Por ello, en todas las habitaciones hay una biblioteca, aunque sea pequeña, donde podemos encontrar títulos de muy distintos géneros. Si no sabes por cuál decantarte, él mismo disfruta haciendo recomendaciones. Por supuesto, también están sus novelas. Y es que, según Zueco, siempre ha querido dar a sus castillos un ambiente literario.
“Todas mis novelas están escritas desde los castillos de Grisel y Bulbuente, aunque voy cambiando de salas. No es premeditado, me sale así. Necesito mucho espacio para escribir, por eso estar en un castillo me viene muy bien”, se ríe. “Tenía todo lleno de pizarras, papeles en el suelo, libros por todas partes… Si vienes en fin de semana encontrarás todo ordenado, pero ahora por semana está todo lleno de papeles”.
La mayor parte de sus obras, así como la trilogía medieval, fueron escritas en el castillo de Grisel. Su zona favorita es la capilla, pues no hace mucho había una mesa muy grande y antigua donde el escritor de Borja se ponía a escribir. Dice que tiene muchas fotos allí trabajando.
El mercader de libros, en cambio, la escribió a caballo entre Grisel y Bulbuente; mientras que su última obra, El cirujano de almas, fue escrita en su totalidad en Bulbuente.
“En Bulbuente me gustan las torres, porque están muy aisladas, subes arriba que son 20 metros y no hay ni cobertura móvil, por lo que es ideal para escribir. Hay 3-4 plantas y es difícil que nadie aparezca por ahí a molestarte. También la capilla, que es peculiar”, dice con orgullo. Recientemente, aquí es donde presentó a sus seguidores su última novela.
Bulbuente es escenario de El Monasterio
El castillo de Bulbuente aparece como ubicación en la obra El monasterio, el último título de su trilogía medieval con el que Luis Zueco nos invita a adentrarnos en su tierra natal: El Moncayo, donde se desarrolla la trama.
La historia está ambientada en el siglo XIV y nos ofrece una visión de cómo era la vida en los monasterios en aquella época. Su protagonista, Bizén de Ayerbe, deberá resolver un misterioso asesinato que ha tenido lugar en el monasterio de Santa María de Veruela, muy cerca del castillo. De hecho, desde el propio castillo siguiendo los Caminos del Alma se puede llegar hasta el monasterio por el mismo sendero que antaño utilizaban los monjes.
“El castillo de Bulbuente es peculiar porque es musulmán. Luego pasó a manos de los cristianos y con el tiempo fue comprado por el monasterio. Se trata de un monasterio cisterciense, el primero de Aragón y de los más importantes de España. Entonces el castillo dejó de ser militar y en él los monjes comenzaron a elaborar vino, azulejos, hielo… En él había una nevera”, explica.
Bulbuente también cuenta con su propia leyenda, la de La mora encantada. Una historia que, cada mes de julio, los lugareños recrean en las inmediaciones del castillo. Hay representaciones, pasacalles, trovadores, ceremonias y combates medievales. Y es que, según la tradición, en Bulbuente una joven musulmana se enamoró de un cristiano. Su padre intentó impedir el noviazgo, pero ni con sus poderes de hechicero pudo romper aquella relación. Enfadado, acabó convirtiendo a su hija en una losa de piedra.
Estas historias, más la del castillo, podemos conocerlas a través de las visitas guiadas que Luis Zueco y su tío ofrecen gratis a sus huéspedes. “Si la hago yo dura una hora. Si la hace mi tío es más larga, se enrolla mucho más”, dice entre risas. También el castillo de Grisel cuenta con estas rutas y con actividades culturales. En él se hacen conciertos, exposiciones de arte, cenas y bodas medievales, etc. “Viene un grupo de teatro de 20 personas, caballos, cetrería… Hay de todo”. Además, disponen de 200 trajes medievales que se pueden alquilar.
España, el país de los castillos
En España se calcula que puede haber unos 20.000 castillos, aunque de algunos apenas quedan los restos, según la Fundación Hispano Británica. La Asociación Española de Amigos de los Castillos, de la que Luis Zueco es miembro, ha hecho el inventario de más de 10.300.
Además de crear sus correspondientes fichas, la asociación tiene por objetivo concienciar sobre la importancia de los castillos en nuestro país.
La tierra de los castillos es España
Luis Zueco
“Cuando se habla de castillos siempre piensas en Escocia, el Loira, el Rin, la Bretaña francesa… Eso es porque nos hemos dejado comer terreno. La tierra de los castillos es España. La cantidad de castillos que hay en Jaén, Soria, Cuenca, en la frontera de Aragón con Castilla… El problema es que hace mucho tiempo que se han abandonado y ahora hay que ponerlos en valor e intervenir en ellos”, dice Zueco.
La gente visita castillos, solo hace falta echarle un ojo los números. Según el autor, el castillo de Loarre (Huesca), en el que se basa su novela El Castillo, tiene 100.000 visitas al año.
“A nosotros nos visita mucha gente porque quieren dormir en un castillo. Gente de todos los lugares del mundo: Australia, Tailandia, China… Tienen un gran potencial turístico, sobre todo para las zonas rurales de España, y eso hay que ponerlo en valor”.
Tras la reciente inauguración de Bulbuente, Luis Zueco no tiene pensado adquirir más castillos aunque: “No puedes decir nunca”, dice entre risas. “Animamos a la gente a que lo haga, nosotros los podemos poner en contacto con aquellos que tienen castillos en venta”. Quién mejor que él para asesorarnos.
De momento, los que no podamos hacernos con ninguno podemos experimentar cómo es vivir en una fortaleza y viajar a la Edad Media alojándonos en Grisel o Bulbuente. Pocos castillos hay en el mundo -a mí no se me ocurre ninguno- en el que su anfitrión sea un best seller.
Laura Fernández
Siento dejar este comentario, pero todo el entramado de las almas y su peso, ya fueron relatadas y bien escritas por el excelente escrito André Maurois en 1932, en su novela “ El pesador de almas”. Es una pena pero parece que han coincidido en el tema y en su desarrollo. Hay otros aspectos, pero no carecen de la importancia de lo que he señalado. Un saludo