Llívia, la villa española que está en Francia
Escrito por
12.03.2023
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Hay un lugar en Girona que, a pesar de ser español, está en territorio francés. Esto es, rodeado completamente de territorio galo, como si fuera una isla terrenal. Esto se debe a un detalle técnico que España aprovechó en la negociación del Tratado de los Pirineos, y que ha dado lugar a alguna situación curiosa.
Tras la Guerra de los Treinta Años muchos territorios cambiaron de mano
La frontera entre España y Francia tiene algo más de 600 kilómetros, y entre ellos hay que contar todo el contorno del pueblo español de Llívia. No es extraño que compartiendo tal longitud de frontera y siendo vecinos ambos países, se hayan producido unas cuantas situaciones extrañas a lo largo del tiempo en las relaciones bilaterales. Por ejemplo, ese acuerdo por el que los franceses dan 3 vacas cada año a los navarros, o una isla que es medio año francesa y medio año española. Llívia es otro caso extraño.
Podríamos decir que Llívia es un enclave, una isla española en Francia. Pero una isla terrenal, ya que está lejos del mar. La situación viene de un acuerdo: el Tratado de los Pirineos, firmado a mediados del siglo XVII. Un tratado que, por cierto, se firmó en la isla de los Faisanes, que es esa que mencionábamos antes y que, estando en medio del río Bidasoa, es medio año española y medio año francesa.
Ese tratado de los Pirineos fue firmado por Luis De Haro, en representación del país del sur, y el cardenal Mazarino (sucesor del cardenal Richelieu), en representación del país del norte. Con él acaba un enfrentamiento entre los países vecinos iniciado en 1635. Fueron 24 años de enfrentamiento, que parecen muchos, pero que tienen relación con la Guerra de los Treinta Años, así que tampoco son tantos si se comparan ambos casos. En esa Guerra de los Treinta Años participaron decenas de países, ducados, principados… En realidad no fue una guerra sino varias.
La Guerra de los Treinta Años acabó con la Paz de Westfalia, en 1648, y ahí Francia anexionaba a su mapa territorios en el este que hacían que el conocido como Camino español quedara cerrado. Ese camino unía las posesiones del Imperio español en Italia con las de Flandes, y por él iban y venían tropas. Así este fin de una guerra acentuó el conflicto entre España y Francia, por estos cambios territoriales.
Los pueblos pasaban a ser de Francia, pero Llívia no era un pueblo
Cuando en 1659 fueron capaces de encontrar un acuerdo de paz para acabar con ese conflicto bilateral, de nuevo hubo un intercambio de territorios entre ambos países. Un trozo de Flandes para Francia, un trozo de Francia para España… Y entre esos cambios está el tema que nos ocupa, la situación e Llívia.
El acuerdo o tratado concreto que afectó a Llívia se firmó al año siguiente, en noviembre de 1660, y se cerraba así una negociación que afectaba a más de 30 localidades del valle de Querol y Capcir. Llívia quedaba del lado español a pesar de estar completamente rodeada por territorio francés por un detalle técnico en el que España puso empeño y consiguió ganar.
Llívia acumulaba ya entonces muchos años de historia, en realidad varios miles de años, y por su situación había sido relevante en muchos momentos, como en los tiempos romanos o en la Edad Media. La importancia de la localidad hizo que Carlos I le concediera la calidad de villa en el año 1528, que sin ser en un primer momento más que un título honorífico, sería un elemento clave para que se quedara fuera de los dominios que cambiaron de corona en el tratado de los Pirineos. Esto es, para que acabara siendo española, aunque dentro del territorio francés.
La cuestión es que los documentos que se firmaron en la isla de los Faisanes hablaban de la anexión a Francia de los pueblos de la Cerdeña. Como Llívia era técnicamente villa y no pueblo, al año siguiente del tratado, en 1660, España consiguió que Francia aceptara que no podía ser traspasada, aunque estuviera rodeada por territorio galo. Por supuesto, junto con eso se consiguió un derecho de comunicación y pastoreo que hacía que la situación fuera sostenible y no un infierno para sus habitantes.
La Guerra de los stop
Esta situación ha traído consecuencias curiosas. Por ejemplo, en la Guerra Civil Española, la localidad gerundense se mantuvo republicana hasta febrero de 1939. Y cuando el bando franquista quiso acceder a ella tuvo que pedir permiso a Francia para atravesar el territorio francés que la rodea.
Otro hecho curioso fue la conocida como Guerra de los stop, que tuvo lugar en los años 1970 y 1980. Un siglo antes, en el año 1866, se estableció que el camino que unía Llívia con Puigcerdá, también española, era un camino de libre circulación. Esto estaba consignado en otro tratado firmado por Francia y España. Ese camino acabó siendo con el paso del tiempo una carretera que unía las dos localidades, pero seguía siendo de libre circulación.
En los años 70 del siglo XX Francia construyó dos carreteras que se cruzaban con la de Llívia a Puigcerdá, y colocó un stop en esta para que la prioridad de paso la tuvieran los que circularan por las nuevas carreteras francesas. Los llivienses no se tomaron esto muy bien y alegando que su carretera era de libre circulación, y por lo tanto no podía tener un stop, arrancaron estas señales recurrentemente.
Durante toda la década lo estuvieron haciendo, hasta que en los años 80 se solucionó el problema cuando España construyó un puente en uno de los cruces, que mantiene Francia, y en el otro cruce el gobierno francés cambió la señalización. Ahora se cede el paso a los que circulan por la N-154, por lo que la carretera de Llívia de Puigcerdá tiene preferencia.
Manuel Jesús Prieto
Hay un error en la fecha de la firma de la Paz de Wesfalia(1648,pero aparece 1948)