Las Calderas de Neila: marmitas de gigante escondidas en la naturaleza

La provincia de Burgos alberga un rincón espectacular y original a partes iguales. Nos referimos a la Las Calderas en la sierra de la Demanda.

Pero, ¿qué son las calderas? El término calderas en este contexto se le atribuye a un peculiar relieve que presenta un desfile de formaciones rocosas, las cuales han sido esculpidas pacientemente por el agua y el viento, creando figuras de piedra de formas caprichosas, marmitas de gigante muy profundas e intrincados callejones.

Pues bien, en la provincia de Burgos, esta fiesta natural de belleza mayúscula tiene nombre propio: Las Calderas y es un lugar que sobrecoge y entusiasma a todo aquel que lo visita. Si te gusta la fotografía, aquí disfrutarás como un niño.

Para llegar hasta ellas existen dos rutas principales. La primera, muy exigente, parte desde el mismo centro del pueblo de Palacios de la Sierra y alcanza este bello lugar tras seis horas de dura caminata y gran desnivel. La segunda alternativa, el trayecto circular desde las lagunas de Neila, es más asequible en esfuerzo, pero no por ello trivial. Hoy os hablaremos de esta segunda opción puesto que, además de las propias calderas, permite disfrutar de este otro maravilloso enclave protagonizado por un conjunto de lagunas glaciares.

Las Calderas desde las lagunas de Neila

Las lagunas de Neila descansan a 1.700 metros de altitud, en la conocida como sierra de la Demanda. Seis formaciones de origen glaciar abrazadas por cumbres de más de 2.000 metros componen este lienzo natural de altura que nos acerca a la que quizás es una de las zonas más salvajes de Burgos. Llegar hasta ellas es sencillo, pues tienen varios aparcamientos habilitados.

Nosotros dejamos el coche en el último aparcamiento accesible y comenzamos a caminar aproximándonos a la laguna Larga para, posteriormente, tomar el sendero que llega hasta la laguna Negra. Es en este sendero donde encontramos el desvío hasta el paraje de Las Calderas. En poco más de media hora, hemos alcanzado los 2.049 metros. Estamos frente al punto geodésico situado en el pico de la Campiña. Desde aquí comenzaremos a descender.

Esta zona es el nacimiento del arroyo del Palazuelo, cuyo cauce nos ayuda a guiarnos hasta nuestro destino, pues no vemos un camino trazado como tal. Para orientarnos seguimos los diferentes hitos que encontramos dejando el cauce a la derecha. Tras hora y media de andadura, y varias paradas para recobrar el aliento, llegamos a la parte más enrevesada del desfiladero. Estamos en Las Calderas y prestamos especial atención a los hitos que nos muestran cuáles son los mejores pasos para avanzar en nuestro camino. Más de un tramo nos obliga a hacer malabarismos y a trepar por lo que debemos extremar las precauciones al máximo.

Dada la naturaleza de la ruta, es muy recomendable llevar buena provisión de agua y botas de senderismo que protejan bien los tobillos. Asimismo, aunque la ruta son doce kilómetros y se completa en unas cuatro horas y media, es aconsejable dedicarle el día entero para tomársela con la calma que merece un lugar de tal extraordinaria belleza y tan complejo recorrido como el que nos da acceso a Las Caldera.