Lanuza, ¿el pueblo más bonito de Huesca?

Es verdad: diréis que tan bonito como Lanuza podría ser Alquézar y Aínsa, también en Huesca. Diréis más: que Lanuza no estaba en aquella lista de pueblos preciosos. Y tendréis razón. Pero ante algo bonito, ¿tiene el enamorado que justificar su preferencia?

Lanuza está en el valle del Tena, municipio de Sallent de Gállego, y, tal y como le pasó a Jánovas, es uno de esos pueblos hundidos que, años después, fue levantado por el tesón de su gente.

Lanuza, el pueblo que se resistió a morir

Lo que hoy vemos de Lanuza son los restos rehabilitados en los 90 de la población que no se resignó al olvido. Tuvieron que desalojar el lugar en 1978. El pueblo original está bajo las aguas del embalse, que recoge las aguas del río Gállego. Sobre sus techos sumergidos, alzados desde el s. XIII, hoy se navega en piragua y se refrescan los vecinos y visitantes.

La tarea de los antiguos vecinos continúa activa. El pueblo de Lanuza de hoy, encaramado sobre la ladera, lleva recuperándose desde hace 20 años.

También se recuperan las tradiciones: «La representación del Palotiau, un baile masculino entre pastoril y guerrero en el que los danzantes hacen chocar entre sí cayados de madera».

Cada verano se celebra en Lanuza el Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur. Durante dos semanas, el pueblo levanta un escenario flotante sobre el pantano, un graderío sobre la ladera y se organizan conciertos, talleres, pasacalles y exposiciones.

La Arendelle española

Aunque es ficticio, se dice que Arendelle podría estar inspirado en el pequeño pueblo alemán de Hallstatt. Al igual que el de la película de Disney, también está rodeado de montañas y a los pies de un lago. Igual que Lanuza, que bien podría ser la versión española de ambos.

En Lanuza, las montañas son tan imponentes como las de Arendelle, pero en lugar de un castillo majestuoso, lo que podemos encontrar son cabañas acogedoras que parecen salidas de un cuento de hadas español. Mientras que Arendelle tiene una reina de hielo, Lanuza podría tener una abuela que te ofrece chocolate caliente y consejos sabios para mantener el calor.

Qué ver en Lanuza

Embalse de Lanuza: Este embalse es una de las principales atracciones. Ofrece un hermoso entorno natural con vistas espectaculares a las montañas circundantes. Puedes dar un paseo tranquilo a lo largo del embalse y disfrutar de la serenidad del lugar.

Festival Internacional en el Camino de Santiago: Si visitas en el momento adecuado, podrías tener la suerte de presenciar este festival que combina música y naturaleza. La música en vivo se realiza al aire libre, aprovechando el hermoso entorno como escenario.

Arquitectura local: Aunque es un pueblo pequeño, Lanuza podría tener arquitectura local encantadora. Pasea por las calles y descubre la arquitectura tradicional de la zona, que puede incluir casas de piedra y detalles rústicos.

Gastronomía: Prueba la comida local en los restaurantes del pueblo. La gastronomía española es conocida por su diversidad y deliciosos sabores, así que aprovecha la oportunidad para probar platos regionales.

Rutas de senderismo: Lanuza se encuentra en una región montañosa, lo que lo convierte en un lugar perfecto para los amantes del senderismo. Algunas de sus rutas más populares son la que rodea el propio embalse, que tiene poca dificultad; la ruta de las ermitas, que nos lleva hasta la de Santa Ana o San Juan Bautista; o seguir el sendero que llega hasta Sallent de Gállego.

Cómo llegar a Lanuza

Lanuza se encuentra a unos 160 kilómetros de Huesca capital por carretera. La mejor forma para llegar hasta el pueblo es en coche. No obstante, también es posible viajar en tren hasta Canfranc y, desde allí, tomar un taxi o un autobús.