Índice
Dar una segunda vida a la madera de los árboles no es algo nuevo, pero en algunos lugares esa reencarnación es especial por su originalidad. Es lo que ocurre en una zona de la península, donde un grupo de artistas decidieron hacer esculturas talladas en troncos de ejemplares fallecidos. Así se creó, poco a poco, la ruta de los árboles tallados en El Bierzo, un conjunto de 16 ejemplares que funcionan a modo de homenaje o recuerdo de tradiciones propias del lugar.
Por ejemplo, en la plaza de Borrenes, donde se asentaba la antigua picota, hay un negrillo (también conocido como olmo común) con dos representaciones de animales cuyo tallado corresponde al artista Domingo González Carocos. Él fue el artista que dio pie a esta iniciativa en 1992, después de que la grafiosis arrasase con muchos de esos ejemplares y les arrebatase la vida.
Fauna en los árboles tallados de El Bierzo
Hubo más artistas que se unieron a su iniciativa, algunos incluso con más de una escultura. Por ejemplo, en San Juan de Paluezas, se puede ver una figura en bajorelieve de castaño firmada por Rixo –uno de los artistas que más participó– llamada El águila con su presa, que incluye una luna que observa la escena que se describe en el nombre.
A la entrada del pueblo de Columbrianos se puede ver la talla Danza nupcial con cigüeñas, uno de los símbolos de El Bierzo, como protagonistas. Es obra de Rixo y el bajorrelieve está realizado en un negrillo. El tallado del árbol de Voces se llama Como el perro y el gato, en referencia a la histórica enemistad entre ambos animales. Firmada también por Rixo, esa escultura sobre castaño también se refiere a la desunión de la vecindad de un pueblo.
Curiosamente, en Vega de Valcarce Domingo González decidió que sería un mono tallado en un castaño la figura –más que llamativa– que representaría al pueblo en esta ruta de arte en la naturaleza. A los pies del castillo de Cornatel, que es Bien de Interés Cultural, descansa la representación Crítica a los incendios forestales que Rixo elaboró para dar una nueva vida a los árboles que perecieron en uno de esos lamentables sucesos. La obra está inacabada.
Presencia tallada de las tradiciones
En Priaranza, ese mismo escultor talló en un castaño la figura de un caballero templario –personaje esencial de la historia de la región– en posición de vigilancia. Los romanos también tienen presencia en esta ruta, ya que pasaron mucho tiempo por estas tierras para sacar todo el oro posible de sus entrañas (así acabaron las Médulas convertidas en un paisaje excepcional aunque horadado). Un escultor del que no se conoce el nombre dejó constancia de la presencia de dicho imperio en tierras bercianas en un castaño del pueblo de Orellán.
El Bierzo es un territorio que ha vivido –y en gran parte lo sigue haciendo– de la agricultura y la ganadería. De ahí que en el barrio de las Eras, en Páramo del Sil, Ovidio García haya tallado en un castaño su Homenaje al semador. La mujer campesina, cómo no, también tiene su representación en Columbrianos (mismo pueblo donde reside Danza nupcial) gracias al trabajo sobre castaño de Rixo. En San Pedro Castañero se rinde pleitesía, claro, a los recogedores de castañas en Recogida y vareado del fruto del castaño.
Ovidio García simbolizó a los entibadores en las minas que usaban la madera para asentar las galerías que abrían en las minas en un castaño de Santa Cruz del Sil en Homenaje al deporte, a la mina, la caza y el oso. En Villadepalos, Antonio Rodríguez quiso recordar a los pescadores que lanzaban (y lanzan) el cebo para atraer a los peces que residen en las muchas de las aguas que riegan y alimentan la comarca en una talla labrada en un negrillo.
El Camino de Santiago en los árboles tallados
En Ocero, en el segundo negrillo más relevante de Castilla y León después del de Boñar, Rixó talló un bajorrelieve que encarna a Santa Ana. Además, en Ponferrada hay otro homenaje a la tradición religiosa en el albergue de peregrinos: una columna jacobea de seis metros y un metro de diámetro obra de Juan Carlos Lizana y Loredana Stoleira. Con ella recuerdan que el Camino de Santiago cruza El Bierzo de este a oeste.
No es el único referente jacobeo de la ruta, porque en Molinaseca hay un árbol tallado –este, curiosamente, vivo– conocido como ‘el buda’ del pueblo. Su nombre oficial es La talla de Kannon (como se conoce a la representación femenina de Buda) y se encuentra en la antigua ermita de San Roque, que ahora es albergue de peregrinos. Su autor es Fumiaki Ogita y con ella vincula el camino que pasa por El Bierzo con la ruta de los 88 templos de Shikoku, una de las más populares de Japón.
Esta exposición artística y natural supone una manera original de conocer Ponferrada y los pueblos que la rodean. Gracias a este camino se puede tener una idea más completa de cómo es El Bierzo y sus tradiciones además de recordar que el arte no solo reside en los museos y, además, puede servir para dar una nueva vida a los elementos naturales que la habían perdido.
Carmen López