La pirámide olvidada en el norte de España
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28.07.2021
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Abandonada en una zona alpestre, junto a la carretera general que sube hasta el puerto del Escudo, en el límite entre Cantabria y Burgos, se erige una pirámide de hormigón escalonada. La única de estas características en España. Está prácticamente en ruinas y vandalizada, aunque en ella todavía se puede apreciar su estilo art decó, militar y sombrío.
Su arquitectura, que sube como una escalera al cielo, se asemeja a la de las antiguas pirámides de Meroe, en Sudán. Son más pequeñas que las del Antiguo Egipto, pues tienen unos 30 metros, aunque en ellas también descansaron reyes, reinas y los altos funcionarios del reino histórico de Kush, en Nubia.
En la pirámide del puerto del Escudo no hay faraones ni realeza enterrados, aunque hasta 1975 en ella reposaban los cuerpos de más de 380 legionarios italianos del Corpo di Truppe Volontarie (Cuerpo de Tropas Voluntarias) que perecieron en la batalla de Santander, en 1936. Durante la guerra civil se estima que Mussolini envió a unos 30.000 legionarios para unirse a las tropas franquistas, alrededor de unos 3.500 murieron.
El peculiar mausoleo de inspiración egipcia, conocido como la pirámide de Mussolini, fue creado en honor a los italianos caídos en el Escudo. Y, según los estudios que Miguel Ángel Muñoz, historiador del arte, publicó en Sautuola /XXI en el 2016 y que nos envió a EscapadaRural, se enmarca dentro del movimiento constructivo italiano del siglo XX. Cuando el régimen totalitario levantó grandes cementerios conmemorativos en homenaje a los caídos de la Gran Guerra, así como de las guerras civiles de España y Etiopía.
Este no es el único camposanto italiano que hay en nuestro país. En Zaragoza, anexo al convento de San Antonio de los frailes capuchinos, fueron enterrados más de 2.000 militares del Corpo di Truppe Volontarie (CTV). Aunque sí es la única pirámide.
Su construcción se adelantó a los deseos de Franco de levantar su propio camposanto. La pirámide de Mussolini fue inaugurada en 1939, mientras que el decreto de construcción del Valle de los Caídos no fue firmado hasta los años 40.
Según la documentación publicada por Miguel Ángel Muñoz en la revista Atrio, en sus orígenes el recinto estaba compuesto por el mausoleo, una explanada cubierta de tumbas y una entrada monumental. De hecho, durante 30 años estuvo custodiado por un guardia: “Que lo cuidaba, y que atendía a los visitantes explicándoles detalles del mausoleo”. Aunque en 1975, después de un accidente, hizo que fuera abandonado para siempre, de ahí a su aspecto actual.
El accidente que llevó al olvido la pirámide de Mussolini
Hace 50 años, en mayo de 1971, medio centenar de excombatientes italianos y familiares de los legionarios enterrados en el puerto del Escudo viajaron a España para visitar sus tumbas. Tal y como publicó el Diario de Burgos, allí hicieron una ofrenda floral y rezaron a sus muertos hasta el atardecer.
Una vez terminado el homenaje, ya de camino a Santander donde pasarían la noche, en una de los tramos de descenso de la carretera del puerto (hoy conocida como la curva de los italianos), el autobús perdió el control y se salió del camino. Muchos de los vecinos de la zona, de Luena (Cantabria) y Cabañas de Virtus (Burgos), salieron a auxiliar a los heridos. Sin embargo, era de noche y había niebla, por lo que los equipos de emergencias vivieron momentos muy tensos y las tareas de rescate fueron complicadas. En total, el accidente dejó 12 muertos y 23 heridos.
En Italia el suceso provocó una gran conmoción, por lo que en 1975 el Gobierno italiano decidió exhumar los cuerpos que yacían en la pirámide de Mussolini. La gran mayoría de ellos fueron repatriados a su país, para que los familiares los tuvieran más cerca; unos pocos fueron trasladados al osario de San Antonio, en Zaragoza.
El pilono en forma de M y la simbología fascista
En el Antiguo Egipto, los mausoleos tenían una gran importancia, pues eran concebidos como residencias para los difuntos. Los faraones le ponían más empeño a la construcción de sus sepulcros que a sus palacios, pues la vida era algo efímero y la muerte eterna.
La primera pirámide que se construyó en el país del Nilo, y que supuso una revolución para la época, fue la pirámide escalonada de Zoser (2650 a. C.), en Saqqara. Su arquitecto, Imhotep, fue sobreponiendo mastabas hasta alcanzar los 60 metros de altura. La idea era que, después de la muerte del faraón, cuando Anubis viniera a buscarlo y tras pasar el juicio de Osiris, pudiera subir hasta el paraíso.
Los egipcios llegaron a dominar la zona del bajo Nilo hasta Nubia, donde se levantaron réplicas de aquella primera pirámide a menor escala, como las de Meroe. Aunque tenían una particularidad, los nubios añaderon a su entrada un pilono: una puerta grande compuesta de dos pirámides truncadas que, vista desde fuera, parece una H.
La pirámide de Mussolini, con 20 metros de altura, parece seguir la estética de los antiguos nubios. Según José Miguel Muñoz, “La presencia de los italianos desde principios del siglo XIX en esa región [se refiere a Sudán], vecina de Abisinia, facilitaría el conocimiento de aquellas tumbas en Italia”.
El diseño fue obra del arquitecto dálmata Attilio Radic (1898-1967), que en 1938 ofreció al régimen de Mussolini, de forma gratuita, un grandioso proyecto de monumento-osario para la exaltación de los italianos caídos en España. Aunque, según Muñoz (revista Sautuola /XXI. Año 2016), no hay constancia de que hubiera pisado suelo español para realizarla. Por ello, quien llevaría adelante la obra sería el capellán militar y fraile Pietro Bergamini. Los capellanes militares eran quienes daban sepultura a los caídos en combate.
La principal diferencia entre la pirámide de Radic con las nubias está en su pilono: en la del Escudo, en vez de una H, se puede leer una M. “Es una “M” brutalista que alberga la única puerta de ingreso”, escribió Muñoz. “Casi todos los comentaristas del monumento afirman que hace alusión al apellido del Duce fascista (…), si bien su valor polisémico admitiría también una característica alusión a la Morte, o a los Morti, cuyo heroísmo contribuyó a la exaltación de la Patria nacionalista”.
Bajo la M, en el dintel, originariamente había un epitafio con “Ai caduti legionari” (A los legionarios caídos), además de un cartel que decía: “L´Italia a suoi cadutti in Spagna” (Italia a sus caídos en España). En su cara sur también se escribió en latín: «SCUTUM ENSE FRACTUM IBI CONFREGIT POTENTIA SARTUUM SCUTUM GLADIUM ET BELLUM» (En el escudo se rompió en pedazos el poder con su espada rota, allí el escudo en buen estado con su espada alcanzamos la guerra). Respecto a su interior, junto a la colmena de nichos aún se puede leer: “Presente, presente, presente”.
Otros elementos desaparecidos son el grabado de un haz a modo de proa de un navío, que había en uno de los laterales de la pirámide. Según publicó Muñoz en la revista Sautuola /XXI. Año 2016: “Los símbolos parlantes epigráficos y escultóricos se acompañaron en la arquitectura fascista de la época con la exaltación continua del haz, atadura de palos con un hacha de acero que resume la ideología nacionalista mussoliniana. Aquí, en el Escudo, los fasces se utilizaron en pareja a ambos lados de la gran puerta monumental del recinto junto a la carretera. Hoy están totalmente recortados, irreconocibles”.
Como curiosidad, según los bocetos originales de la pirámide, Radic había incorporado también una estatua de la Victoria que coronaría su cúspide. Sin embargo, la escultura no es que se perdiera, sino que nunca llegó a España. En su lugar se construyó una semiesfera, por donde entra la luz al espacio interior y circular que antaño servía de capilla.
La pirámide de Mussolini es propiedad del Estado italiano y, desde la exhumación de los cuerpos, está completamente abandonada. Hoy yace como un fantasma en el medio de la nada.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
El ‘fascio’ era el emblema de la policía judicial romana, hato de varas para apalear, hacha para decapitar, eso mismo está en el emblema de la guardia cerril, siempre por los cerros de Ubeda, cuerpo cogotero de ocupación. El ‘fascio’, ‘haz de lictores’, lo lleva la policía de algún cantón suizo, y cierta república sudaca. Los social-fascistas se guarecen tras la hoz o el hexagrama de Saturno, el martillo de Thor o Efestos, el clásico pentalfa satánico. ‘Dime con quién andas y te diré quien eres’ Agur