Si hay algo en lo que dudo que algún país gane a España es en la originalidad, el humor y la libertad con la que sus gentes han ido bautizando cada uno de los pueblos a lo largo y ancho de la geografía. En este país podrás visitar Guarromán (Jaén), Cenicero (La Rioja), Santa María de Vilapene (Lugo), Melón (Ourense) o Correpoco (Cantabria), entre otros.
Sin embargo, el ingenio parece no tener límites. ¿Sabías que La Hija de Dios está en Ávila? Acompáñanos porque seguro que su historia te va a sorprender.
La Hija de Dios: una aldea que se convirtió en pueblo
Puede que te suene a la típica peli de sobremesa de los sábados, pero La Hija de Dios es un pueblo de origen medieval situado en el Valle Amblés (Ávila), que fue propiedad del monasterio femenino de San Clemente de Adaja, ya desaparecido.
Desde Turismo de la diputación de Ávila explican que se tiene constancia documental del lugar desde el año 1250, en el que aparece citada con el nombre de Filia Dei, formando parte del cabildo de Valle Amblés, uno de los territorios organizados por la diócesis de Ávila.
Sin embargo, hasta hace unos 170 años el pueblo de La Hija de Dios no existía como tal. Lo que había era unas 10 casas que formaban el desaparecido barrio del núcleo de Belmonte. Según indica el Diccionario geográfico e histórico de España y sus posesiones de ultramar, de Pascual Madoz, Belmonte estaba formado por 58 casas, una taberna, una casa consistorial y la ermita de San Miguel.
Y precisamente esa taberna habría tenido mucho que ver en el topónimo del pueblo que nos ocupa ya que, según cuenta la leyenda, estaba regentada por un hombre apellidado ‘Dios’ que al fallecer dejó a su hija como heredera del negocio. Desde entonces, los arrieros y transeúntes de la zona fijaron su punto de encuentro en la taberna. «Nos vemos donde la Hija de Dios».
Y de ahí salió el ingenioso nombre de esta localidad de Ávila, en la que actualmente viven unos 80 hijienses, según el Instituto Nacional de Estadística.
Restos de arquitectura tradicional del Valle Amblés
Una de las vecinas de La Hija de Dios cuenta con orgullo que en el lugar «hay cantidad de rincones y detalles por los que parece que no ha pasado el tiempo. Otros han envejecido peor por su abandono, pero también tienen su encanto, como reminiscencias de épocas pasadas».
Esos lugares, sostiene, «se han conservado y restaurado, llegando hasta nuestros días impecables y con la esencia de estas tierras, como es el caso de los enormes portalones, los detalles de ciertas chimeneas, las vigas de madera, los carros, callejones, bancos, portales y ventanas».
Una de las manifestaciones más llamativas de la arquitectura popular del Valle Amblés son las tinadas, reminiscencia de las antiguas cabañas prehistóricas donde se cobijaban los carros y algunas bestias.
Así, en las poblaciones como La Hija de Dios descubrirás los vestigios surgidos de los asentamientos del pastoreo, principal motor económico de la zona. También, por supuesto, del claro protagonismo de la piedra como base fundamental e insustituible de la singular arquitectura serrana.
Rutas saludables: disfruta de los elementos
En la Hija de Dios le dan mucha importancia a las costumbres saludables de sus vecinos. Por eso, el ayuntamiento de la localidad ha diseñado diversas rutas para que estos gocen de una salud de hierro que les permita vivir muchos años o, como dicen por allí, «que podamos hacer estas y otras rutas muchas veces».
Si decides descubrir la zona haciendo senderismo disfrutarás del silencio y de la paz en tu viaje. En la sierra de Paramera hallarás encinas centenarias, huertos cultivados de forma tradicional y pequeñas aldeas desconocidas en el paisaje, evocando lo que fue otro tiempo.
El camino te invitará a meditar, a caminar y a fotografiar cañadas antiguas que llevaron a gentes y ganados de un sitio para otro. También de yacimientos arqueológicos como la necrópolis de San Miguel, formada por tres sepulcros excavados que pudieron concebirse como panteón familiar de alguna pequeña comunidad ganadera dispersa por la sierra.
Y al caer la noche… un firmamento de lujo
Ya sea por influencia divina o por su situación geográfica a 1.200 m de altitud y la excelente calidad del cielo, La Hija de Dios cuenta con un cielo excepcional y, muestra de ello, es que fue sede del Centro Astronómico de Ávila entre los años 2006 y 2016.
EscapadaRural ha hablado con la entidad, desde donde afirman que «la astronomía en Ávila empezó en la zona de la Hija de Dios, en un paisaje granítico donde concurren el Valle Amblés y el Puerto de Menga. Ahí el primer telescopio de aficionados empezó buscando supernovas y objetos lejanos».
«Lo cortés no quita lo valiente»
¿Recuerdas aquél refrán de «lo cortés no quita lo valiente«? Este se refería a que la buena educación no se riñe con el carácter valiente y decidido. Y así, de la misma forma te decimos que llevar una vida saludable no está reñido con darse un buen caprichito de vez en cuando, así que no puedes irte de La Hija de Dios sin probar una de sus tradicionales ‘patatas meneonas, meneás o revolconas’, como las conocen los lugareños.
Y ya te avisamos que no se trata de una simple tapita de patatas. Esta delicia hijiense lleva ni más ni menos, que patata, torreznos, ajo, sal, chorizo, lomo, pimentón y laurel. Buen apetito viajero.