La fauna salvaje sale a explorar las calles españolas
Escrito por
09.04.2020
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La crisis del Coronavirus ha parado gran parte del mundo. Como un efecto secundario, se nota un pequeño cambio en nuestro entorno. En el medio ambiente hay una disminución de la contaminación atmosférica –no es lo suficiente para combatir la crisis climática–. De acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente, en la primera semana del estado de alarma, en Madrid los niveles de dióxido de nitrógeno han bajado en un 56% y en Barcelona un 40%.
Con la cuarentena, otro cambio que se ha notado es en el comportamiento de algunos animales salvajes y semidomésticos. La fauna está saliendo de sus hábitats naturales para explorar las zonas urbanas. Cabras montesas en el centro de un pueblo en Albacete, jabalíes disfrutando de las calles vacías de Barcelona, pavos reales por Madrid y hasta un oso paseando por Ventanueva, en Asturias.
Para explicar este fenómeno, hemos hablado con la etóloga veterinaria de pequeños animales, Cristina Martínez. Según relata, se necesitarán estudios para tomar conclusiones de cómo la cuarentena puede afectar a medio y largo plazo el comportamiento de la fauna salvaje.
Con la crisis del coronavirus hemos visto diversas imágenes de animales salvajes y semidomésticos invadiendo las zonas urbanas. ¿A qué se debe este fenómeno?
Las zonas urbanas más cercanas al hábitat natural de ciertas especies salvajes se encuentran, como es lógico, habitadas por el ser humano y todo lo que ello conlleva: contaminación acústica, ambiental y por supuesto, una posible amenaza de estas especies por parte del hombre. El hecho de reducir tan significativamente la circulación humana en estas zonas hace que la naturaleza vuelva a adentrarse gradualmente, y que algunos individuos salgan a explorar estas zonas, por ejemplo para buscar alimento o explorar el territorio.
Con la prórroga del Estado de Alarma, ¿es posible que algunos de estos animales tengan a sus crías en las zonas urbanas?
En el caso de las especies semidomésticas, como pueden ser los pavos reales, los patos y otras aves de parques urbanos, podría ser posible que éstos pudieran llegar a reproducirse en el entorno urbano, aunque para ello tendrían que reunirse unas condiciones muy concretas y lo suficientemente prolongadas en el tiempo para llevar a cabo una actividad tan vulnerable como la reproducción. Aunque la naturaleza siempre puede sorprendernos, creo que estas condiciones de despoblación humana deberían de alargarse e intensificarse lo suficientemente en el tiempo como para ser ambientes seguros y confortables para ellos.
En el caso de especies salvajes como los osos, la reproducción en ambientes totalmente libres de la presencia del ser humano ya es mucho más compleja de producirse, por lo que se hace muchísimo más complicado en un ambiente urbano (y más teniendo en cuenta que aún hay tránsito de personas aún en menor medida en la mayor parte de lugares, por ejemplo para ir a trabajar o a realizar actividades esenciales).
Si todos seguimos en nuestras casas, ¿hay riesgos para estos animales estando fuera de sus hábitats?
Por el momento los animales avistados en estas zonas han sido con una finalidad meramente exploratoria, y por tanto la posibilidad de que se instalen a medio plazo en estos lugares y que puedan haber riesgos es incierta. Aunque por supuesto, el hecho de que se extravíen, se desorienten, sean atropellados, etc, supone un riesgo real para ellos, además del posible riesgo para el ser humano que puede suponer la cercanía de estos animales.
Y aves como las palomas, que ya están habituadas a ser alimentadas por los humanos, ¿cómo puede afectarles la falta de personas en las calles?
Existen asociaciones y particulares que se están movilizando para seguir proporcionando alimento a los animales que suelen alimentarse en colonias o colectividades urbanas. Un ejemplo son las palomas o los gatos de colonias controladas. La preocupación por estas colectividades es real y existe el riesgo de que algunos individuos puedan no adaptarse a esas nuevas condiciones del entorno.
La fauna salvaje por las calles españolas
Caroline Dalprá