La ciudadela de Jaca, la enorme estrella de 5 puntas
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28.02.2022
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Cualquiera que observe desde arriba el castillo de San Pedro de Jaca –un avión, un globo, una fotografía–, podrá ver que tiene forma de estrella de cinco puntas. O al menos es el dibujo que conforman los jardines y el foso que le rodean. Porque, pese a su actual aspecto idílico, esta ciudadela se construyó pensando en la guerra, aunque ahora parezca el escenario de una película de príncipes y princesas. Su arquitectura no tiene que ver con la estética, sino con la estrategia.
Así lo explica Francisco Rubio Damián, el director del consorcio –conformado por el Ministerio de Defensa, la Diputación Provincial de Huesca y el Ayuntamiento de Jaca– que gestiona el castillo. Experto en la materia, aclara que más que de estrella “la ciudadela tiene forma pentagonal. En el siglo XVI, con el invento de la pólvora y las armas de fuego se desarrollaron cañones. Así que los castillos típicos medievales, con muros altos y torres del homenaje, no eran aptos para la defensa”.
Se necesitaban otro tipo de construcciones adaptadas a las necesidades y de ahí surgió la fortaleza de la época moderna, también conocida como ‘traza italiana’ –el constructor de la de Jaca fue Tiburcio Spanochi– que sustituye las torres y murallas altas por los baluartes. Rubio Damián aclara que: “Los muros se hacen muy grandes pero más bajos, enterrados en un foso. Aunque se dispare artillería, como el muro es tan grande y está relleno de arena, el impacto se diluye. Además, desde los baluartes se pueden hacer fuegos cruzados, ya que el atacante tiene que bajar al foso y desde dos puntas se puede disparar”.
El uso bélico de estas construcciones quedó en el pasado y ahora solo forman parte del patrimonio del país, que sirve para recordar qué sucedió en tiempos anteriores. De hecho, la ciudadela de Jaca está considerada Bien de Interés Cultural gracias a su buen estado de conservación. No es la única de estas características en España, ya que en Pamplona hay otra. “Aunque en los años 60 del siglo pasado, para hacer una ampliación de la ciudad se cortó uno de los baluartes y parte del foso, por lo que no está completa. Pero desde una foto aérea se ve que es pentagonal”, confirma el entrevistado. La de Huesca es la más importante de Europa porque conserva todos sus elementos originales.
Qué hay dentro de los muros
Ahora la fortificación se ha convertido en un centro cultural en el que los visitantes pueden conocer la historia del edificio, ver exposiciones temporales o incluso degustar cenas temáticas. Según indica el director, la mejor forma de conocer lo que es y lo que fue esa estructura es dejándose guiar y activando la imaginación.
Además, el director comenta que la oferta cultural que ofrecen, a través de sus museos y salas expositivas, es muy diversa. “Tenemos el Museo de Miniaturas Militares, donde se explica la evolución de los ejércitos a lo largo de la historia. También está abierta al público una sala con cuadros de batalla, que alberga una donación hecha por Don Pedro Ramón y Cajal, y el museo de la Escuela Militar de Montaña Operaciones Especiales”.
Este último será especialmente interesante para aquellos amantes de la montaña, ya que podrán ver, entre otras cosas: “La evolución del esquí, que aunque sea desde un punto de vista militar indica también cómo han ido cambiando los materiales de los equipos para esquiar y las expediciones que hemos hecho al Everest o al Polo Norte”.
E incluso hay una sala dedicada a las tropas de montaña por una razón más que de peso. Como comenta el responsable de la ciudadela “Jaca es la cuna de las unidades de montaña de nuestro ejército. Hay una tropa de montaña, que lleva más de cien años en esta pequeña ciudad y en esta sala se exponen materiales desde la época de los tercios hasta nuestros días a través de unas fotos modernas hechas por Jordi Buro, que es un fotógrafo muy reconocido de recreaciones históricas. En su trabajo, a base de recreaciones, desarrolla un discurso de la historia de este ejército”.
Como se ha dicho, la oferta es diversa y no solo está relacionada con el ejército. Organizan exposiciones temporales de fotografía, escultura o incluso de Playmobil, actividades relacionadas con la naturaleza como Ecociudadela y Animalandia. En esta última los participantes –el público es principalmente infantil– pueden acercarse a los ciervos (otro dato interesante) que viven en el recinto, darles de comer y conocer detalles de su existencia.
La historia en miniatura
Uno de los elementos más curiosos de todos los que se encuentran en esta ciudadela pentagonal es el Museo de las Miniaturas. Su origen es una donación de 32.000 figuras que Carlos Royo-Villanova, un amante de este arte, hizo al Ayuntamiento. Cuando se formó el consorcio responsable del castillo de San Pedro, se decidió que ese regalo residiría en la fortaleza.
“Se tardaron unos años en restaurar las figuras y elaborar un discurso temporal, fabricar los dioramas, pintar los fondos, poner los paisajes y colocar las miniaturas”, dice Francisco Rubio. “La colección se ha ido ampliando con dioramas, el último lo incluimos en 2019 y ahora estamos haciendo uno que inauguraremos pronto y que está dedicado a la Guardia Civil. Además, en el museo tenemos depositados los Premios Ejército de Miniatura, que es un concurso anual que convoca el Ejército de Tierra: las premiadas pasan a ser propiedad del ejército y se exponen aquí. Son obras maestras”.
Para mantener la colección en buen estado se requiere de manos expertas en la materia, porque no es un trabajo sencillo. Muchas piezas proceden de aportaciones particulares, pero gran parte del museo es obra de un miniaturista militar destinado en Jaca. Asimismo, “muchos fondos de los dioramas, por ejemplo, están pintados por Topete, que ya ha fallecido. Fue un pintor de paisajes de Jaca muy afamado, que expuso en muchos sitios, más allá de Huesca”.
“Nuestra política es no solamente mostrar el patrimonio histórico sino también hacer de este castillo un dinamizador de la cultura de la zona”, sintetiza el director. Una fortaleza militar convertida en memoria pero también en epicentro cultural, pocos usos mejores se le podrían dar.
Carmen López