La abrumadora belleza del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas

En el extremo oriental de Andalucía, al noreste de la provincia de Jaén, se emplaza el espacio natural protegido más extenso de España y el segundo de Europa. Estamos hablando del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.

Un privilegiado manto de naturaleza cuya amplísima diversidad de flora y fauna, tantas veces referenciada en los documentales del apasionado Félix Rodríguez de la Fuente, se entremezcla con la destacada riqueza patrimonial de los pueblos que la componen. Un más que apetecible escenario que no deja de sumar admiradores por su capacidad de hipnotizar a quien lo visita.

Al estar situado en la provincia jiennense, el protagonista indiscutible no podía ser otro que el olivo. Cualquier punto es idóneo para fijar la mirada y contemplar los infinitos lienzos de olivares que continúan más allá de donde la vista es capaz de alcanzar. Sin embargo, éste no es el único elemento predominante: el agua, bien sea en forma de ríos, afluentes, embalses, cascadas o piscinas naturales, también está muy presente.

Sin ir más lejos, dos de los ríos más importantes de la Península Ibérica, el Segura y el Guadalquivir, nacen en este espacio natural. El Camping Puente de las Herrerías –a 20 kilómetros de Cazorla– es el punto de partida del sencillo sendero que lleva directamente a la génesis de la vértebra acuífera de Andalucía, el Guadalquivir.

Precisamente de sus aguas se alimenta el embalse más importante del parque natural y de los más grandes que existen en España, el conocido como Embalse del Tranco o Tranco de Beas. Inaugurado en 1944, este pantano se ha convertido en una fabulosa área recreativa por su elevado valor paisajístico y su espectacular entorno natural. Desde hace unos años, se puede navegar por él gracias a un barco solar.

¿Rutas de senderismo? Todas y más. La red de senderos es casi inagotable. Entre las rutas de senderismo más sobresalientes se encuentran el Sendero Las Acebeas – Navalperal, de enorme singularidad botánica por su especial microclima fresco y húmedo. La Ruta Féliz Rodríguez de la Fuente -RFRF-, todo un referente para rememorar los momentos clave de la serie televisiva El hombre y la Tierra; la Senda del Río Borosa, de extraordinaria fotogenia; y la travesía que sube hasta la Peña del Cambrón, cuya cima -1.552 metros- brinda una abrumadora visión del relieve del parque natural en su conjunto, siendo posible avistar las cumbres de Sierra Nevada en días claros.

La elegida es indiferente, cualquiera de las rutas tiene el don de inundar la retina con imágenes y paisajes que perduran para siempre en la memoria visual.

Dos lugares muy interesantes para conocer en profundidad los tesoros que guarda el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, son el Centro de Visitantes Torre del Vinagre y el Parque Cinegético Collado del Almendral.

Éste último  ofrece la posibilidad de realizar una visita guiada en tren turístico de unos cinco kilómetros –45 minutos de trayecto– para contemplar, en su propio hábitat, algunas de las especies animales endémicas de la zona, como gamos, ciervos, cabras montesas o buitres leonados, entre otros. El coste para un adulto es de 9€ y de 7€ para los niños.

Ambos lugares cuentan con un amplio parking gratuito. Aún así, en temporada alta es muy recomendable ir a primera hora, pues las plazas libres se agotan con rapidez.

23 son los municipios que salpican esta frondosa masa verde, destacando, por su singular emplazamiento, historia y vestigios históricos, las localidades de Segura de la Sierra, Hornos del Segura, Cazorla y Santiago-Pontones.

La Villa de Segura de la Sierra, corazón del parque natural y cuna del poeta Jorge Manrique, sobresale en la colina gracias a su estratégico y bien conservado castillo; Hornos del Segura, cuyo baluarte defensivo acoge el Cosmolarium –se realizan actividades astrológicas todo el año– hace las veces de excepcional balcón al Embalse del Tranco y buena parte de la Sierra; la bonita Cazorla, con su singular Catedral inacabada sobre las aguas del río Cerezuelo y su imponente Castillo de la Yedra, ofrece una imagen de postal con sus características fachadas blancas encalada en las rocas; y Santiago-Pontones, ocupando ella sola la tercera parte del parque, puede presumir de albergar infinidad de yacimientos, cuevas y charcas naturales.

Numerosas puertas de entrada a uno de los paraísos naturales más asombrosos de este planeta.