Valles y foces, cascadas y cuevas pirenaicas, campos de cereal y viñedos, llanuras y huertas, paisajes desérticos. Navarra es uno de esos destinos que lo tienen todo y, al mismo tiempo, se libra de las masificaciones de otros lugares. Perfecto para desconectar y huir del mundanal ruido.
Y si algo define esta comunidad autónoma es su hospitalidad, alojamientos con mucho encanto y una gastronomía afamada y con opciones para todos. Ah, y lidera la calidad de vida en España desde hace 15 años. ¡Por algo será!
Esta primavera te invitamos a conocer sus atractivos turísticos con planes por la Navarra medieval que te acercarán a castillos y santuarios históricos, pueblos de ensueño y parajes de gran belleza natural. ¿Te animas a descubrir un destino mágico?
De castillos por Navarra
Si hay un sitio en Navarra que nos sumergirá en la Edad Media de lleno es Olite. Es un pueblo con calles empedradas, caserones nobles, galerías medievales e iglesias góticas y renacentistas. En un entorno así, casi podréis escuchar a los comerciantes de la época cantando las mercancías que traían y a los pobladores charlando animadamente en un día de mercado.
Por encima de todo, sobresale el impresionante castillo gótico de Olite, el Palacio Real, con su muralla y sus torres. Una parada obligatoria. Para hacer que sea más divertida y realista, especialmente si vais con peques, ¿por qué no hacéis una visita teatralizada? Son recorridos de unos 90 minutos en los que Doña Leonor de Trastámara y Carlos III cobran vida y os tratan como huéspedes.
No dejéis Olite sin conocer a fondo uno de sus líquidos más preciados en Enozentrum. Tres plantas que nos explican la evolución histórica del caldo navarro con Denominación de Origen, su contexto universal, los mitos y rituales vinculados a él, el trabajo del viticultor en el campo, el mundo de la enología y la elaboración del vino en la bodega… y hasta descubrir la teoría práctica que se hace en las catas o degustaciones. Así, la próxima vez que pidáis un vino, os podréis hacer los interesantes.
A menos de 20 kilómetros hacia el este se encuentra Ujué, un pueblo de postal con callejuelas de piedra, antiguas casonas y que está presidido, en lo alto del monte, por el santuario-fortaleza de Santa María de Ujué. Después de pasear por su núcleo histórico, no podéis iros sin probar sus exquisitas y auténticas migas de pastor servidas en brasero; algunos restaurantes típicos para probarlas son el Mesón Las Torres, el Asador Uxue y Casa Urrutia. Hablar de gastronomía en la Zona Media navarra quiere decir, también, degustar sus deliciosas garrapiñadas, sus tortas de txantxigorri o sus afamados espárragos blancos. ¡Deliciosos!
Hacia el Pirineo con más castillos, foces y monasterios
Vamos a oxigenarnos a la naturaleza más salvaje de los valles prepirenaicos del este de Navarra con actividades para toda la familia y parajes espectaculares. Te proponemos conocer la Foz de Arbaiun y la Foz de Lumbier, que son dos gargantas que han sido esculpidas por los ríos Salazar e Irati con el paso de los siglos. También son los mayores santuarios navarros de aves rapaces, así que levantad la mirada hacia el cielo de vez en cuando.
Si no tenéis ganas de caminar, podéis acercarte al mirador de Iso en coche, en la carretera NA-2160, para tener una panorámica de la Foz de Arbaiun que os dejará mudos. Es la más extensa e imponente de todas las que hay en Navarra, una gran garganta modelada por el sinuoso río Salazar con casi 6 kilómetros de paredes de hasta 400 metros de altura. Es Reserva Natural y Zona de Especial Protección de las Aves y, para conocer a fondo todo lo que puedes divisar, os recomendamos acercaros antes al Centro de Interpretación, que está en el pueblo de Lumbier.
Seguimos con planes de naturaleza. Nos vamos a la Reserva Natural de la Foz de Lumbier para vivir una aventura a pie o en bicicleta sencilla, apta para toda la familia, con la Vía Verde del Irati: sigue el trazado del tren que conectaba Pamplona, Aoiz y Sangüesa a través de 6,4 kilómetros con poco desnivel, zigzagueando entre Liédena y Lumbier y cruzando un cañón con espectaculares paredes de más de 100 metros. Mirad hacia arriba de vez en cuando, porque no es difícil toparse durante la ruta con algún ejemplar de uno de los habitantes estrella del lugar: los buitres leonados.
El Castillo de Javier y el Monasterio de Leyre
Hacia el este, no muy lejos de Lumbier y Liédena, podéis seguir con la inmersión por la Navarra medieval. El Castillo de Javier es una construcción muy querida por los navarros porque es el hogar de su patrón, San Francisco Javier. Se puede visitar la habitación del Santo, la capilla de San Miguel, el museo… y los más jóvenes de la familia podrán entretenerse con dioramas pedagógicos de la fortaleza. Uno de los puntos que más interés suscita es la Torre del Homenaje y el puente levadizo.
Una mención especial merece el Monasterio de Leyre, del siglo IX. Es uno de los conjuntos arquitectónicos más relevantes de Navarra, cerca del municipio de Yesa y junto a la frontera con Aragón. De hecho, está declarado Monumento Nacional por ser una de las muestras más representativas y antiguas del arte románico en la Península Ibérica.
En la actualidad está habitado por una Comunidad Benedictina y, si queréis tener una experiencia mística excepcional, podéis alojaros en su hotel de 32 habitaciones. También hay restaurante y bar con terraza y vistas al embalse de Yesa y a las cumbres pirenaicas. Y si algo destaca de este templo son sus misas y cantos gregorianos que entonan los monjes benedictinos.
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1 comentario
que hermoso esta el pais de mis abuelos !!
no ESTA:, mejor de decir ES