Las mejores iglesias visigodas para visitar en España
Escrito por
10.04.2023
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Uno de los pueblos que aprovecharon la decadencia del Imperio romano, a principios del siglo V, para invadir la península ibérica fueron los visigodos, de origen germano. Entraron por los Pirineos y, tras su conversión al catolicismo, comenzaron a mezclarse con la población autóctona.
Dejaron un legado en diferentes campos que perdura hasta la actualidad: en el léxico (¿sabías que palabras como «falda», «orgullo» o «blanco» vienen de la lengua germánica?), en topónimos y, también, en construcciones como los templos visigodos.
Si algo define las iglesias visigodas es su austeridad. Algunas características comunes a todas ellas son:
- Que los edificios se construyen mediante perfecta sillería, con grandes bloques colocados sin unión
- Predominan las bóvedas de medio cañón
- Tiene gran presencia el arco de herradura con doble dovela, apoyado en columna y pilar
- El espacio de los templos tiende a estar muy compartimentado
- La cabecera es abovedada
- Apenas entra la luz en los templos visigodos, exceptuando pequeños vanos en naves y ábside
- Los muros suelen tener una decoración rica en frisos con elementos repetitivos geométricos, florales, agrícolas o de animales.
Hoy quedan pocos elementos representativos del arte visigodo y escasas iglesias visigodas. Hay dos motivos fundamentales que lo explican: primero, por el tiempo que ha pasado (¡las erigieron en el siglo VII!); segundo, porque las construyeron apenas un siglo antes de la invasión de un pueblo vecino, el musulmán.
Esta época de conquistas y reconquistas ha hecho que apenas quede nada de la influencia visigoda en las ciudades que poblaron, como Tarragona, Toledo, Mérida o Sevilla, en los que apenas se pueden apreciar algunas columnas y pilastras de aquella época.
Pero aún queda algún tesoro para rescatar ese trozo de la historia de la península. Estas son algunas iglesias visigodas en España que podemos visitar.
1. Basílica de Santa Lucía del Trampal, en Extremadura
Una originaria iglesia monacal visigoda que encontraremos en el pequeño pueblo de Alcuéscar, en Cáceres. Lo que queda del pueblo germano es la cabecera con tres capillas; el resto, el cuerpo del templo, data de entre los siglos XIV y XV. Tiene un centro de interpretación en el que podremos conocer todos los detalles sobre la construcción. Aprovecha la oportunidad para visitar otros puntos de interés en los alrededores como el conjunto de molinos de Arroyomolinos y Montánchez.
2. Iglesia de Santa María de Melque, en Toledo
En el municipio de San Martín de Montalbán, en la provincia de Toledo, podemos visitar este conjunto monástico erigido entre los siglos VII y VIII, sobre los restos de una villa romana. Tiene forma de cruz latina y una fachada bastante austera. La torre, que está parcialmente derruida, es de una época posterior: la hicieron los musulmanes hacia el siglo X. Por dentro, esta iglesia nos sorprende con una curiosa superposición de arcos de herradura con efecto de luz, gracias a la que entra por la ventana del ábside. Tiene centro de interpretación.
3. Iglesia de Santa Comba de Bande, en Galicia
Nos acercaremos hasta el valle de Ourense para conocerla, cerca de la frontera portuguesa. Está en el pueblo de Santa Comba y se construyó para el año 675. Fue reconstruida 200 años más tarde, obras en las que se le añadieron y sustituyeron elementos de estilo prerrománico. Esta iglesia de origen visigodo tiene forma de cruz griega y es, tanto por dentro como por fuera, de gran sencillez. Lo que más destaca en su interior son las pinturas al fresco del ábside, originarias de la Edad Media y recientemente restauradas.
4. Iglesia de San Pedro de la Nave, en Zamora
Como todos los templos visigodos que se conservan en la península, fue construida en el siglo VII. Está en el pequeño pueblo de El Campillo, en Zamora, pero no se trata de su ubicación original. ¿Por qué? Básicamente porque originalmente estaba en lo que hoy es el pantano de Ricobayo.
Por casualidad, el historiador y arqueólogo Manuel Gómez Moreno apreció la importancia del templo en 1906 y eso propició que, entre 1930 y 1932, se desmontara piedra a piedra y se volviera a construir en su emplazamiento actual. Y no hay mal que por bien no venga: ese proceso de deshacer y volver a hacer ayudó mucho a conocer las técnicas de construcción de los visigodos.
Hoy esta iglesia está considerada una de las grandes joyas visigodas de España, con una planta rectangular con forma de cruz griega.
5. Iglesia de San Juan de Baños, en Palencia
La localidad de Baños de Cerrato, en Palencia, alberga la única iglesia visigoda de la que se conoce con exactitud su fecha de construcción, ya que el resto son aproximaciones: en el año 699, algo que sabemos gracias a una inscripción en latín. Está en un auténtico lugar de culto de la época romana, ya que cerca está la fuente-manantial de San Juan, que también se la conoce como fuente de Recesvinto.
Por cierto, ya en la ciudad de Palencia podemos visitar, en su catedral, la cripta de San Antolín, de origen visigodo, y donde anteriormente pudo haber existido un templo pagano de origen romano y una basílica paleocristiana.
6. Ermita de Santa María, en Burgos
En la bonita comarca Tierra de Lara, concretamente en el pueblo de Quintanilla de Viñas, podemos visitar este pequeño templo visigodo del que se sospecha que formó parte de un conjunto más grande, de un monasterio.
En el exterior descubriremos unos frisos que rodean todo el edificio, con motivos de aves, leopardos, grifos y uvas, así como monogramas de estilo bizantino que todavía hoy no se han sabido interpretar. El interior es muy modesto y estrecho y tiene inscripciones relacionadas con representaciones astrales.
7. Templos de Sant Pere de Terrassa
Viajamos a un conjunto monumental único en Europa como es La Seu d’Egara. Aquí se construyeron tres iglesias visigodas en el año 450 para que fueran la sede del obispado. Egara era un municipio de la Hispania romana que acabó dando origen al pueblo de Sant Pere, que hoy es un distrito de Terrassa y una de las joyas del románico catalán. Aquí se encuentran: la iglesia de Santa María, la iglesia de Sant Pere y la iglesia de Sant Miquel.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Colaboradora en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. En mi mochila nunca falta saco ni esterilla. Ah, también soy un intento de baserritarra.
Mi gran afán por conocer nuestra bellísima España se me ha terminado. Mi marido tan amantes como yo de los viajes padece Alzheimer…
MUCHAS GRACIAS, MUY INTERESANTE
siempre interesante