Paisajes clonados: 7 formaciones geológicas más que impresionantes 

El territorio español lo tiene casi todo. Desde playas paradisíacas que nos transportan al mismísimo Caribe, hasta dunas que parecen sacadas del desierto del Sahara o formaciones geológicas que nos recuerdan al Gran Cañón del Colorado. Por supuesto, hay formaciones rocosas que son tremendamente conocidas como las Bardenas Reales, pero hay otras que quizás no han sido foco de tantos anuncios o visitas. Hablamos de las montañas de Courel, Geoparque Mundial de la UNESCO, en Galicia o las Barrancas de Burujón, en Toledo. 

Por fortuna, son demasiadas las formaciones geológicas españolas y muchas las que destacaríamos. La verdad es que daría para mil artículos. Es por ello que hoy nos queremos centrar en esas que son impresionantes y que no son tan conocidas. Esas formaciones que pasan desapercibidas, como si tuvieran activado el modo incógnito, pero que curiosamente tienen muchas similitudes con otras formaciones que encontramos por el mundo. Dicen que las comparaciones son odiosas pero no puedo evitar comparar y ver qué otros conjuntos hay repartidos por el mundo.  

Geoparque de la Costa Vasca, País Vasco

Comenzamos fuerte. El Geoparque de la Costa Vasca está dentro de la lista de los 100 lugares de interés geológico del mundo, según la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS). Y es que estos estratos rocosos tienen un gran valor científico y guardan miles de años de historia. Quizás te suenen más bajo el nombre de flysch y lo más curioso es que no son tan comunes como podemos llegar a pensar. 

Estas formaciones geológicas las podemos encontrar en el litoral vasco, municipios de Deva, Mutriku y Zumaia, pero también en los Cárpatos o algunas regiones tectónicamente similares como en Baixo Alentejo, Portugal. Estas maravillas naturales se pueden visitar gracias a varias rutas, visitas guiadas a pie o incluso mediante paseos en barco. Si decides acercarte a visitarlas recomendamos recorrer los pueblos, acantilados y playas que rodean la zona para así acabar de comprender cómo son estas secuencias de capas rocosas tan emblemáticas. 

Montañas Do Courel, Galicia

Geoparque que pasa algo desapercibido en tierras gallegas pero que deja con la boca abierta a todo aquel que se acerca a visitarlo. Hablamos de una zona que abarca aproximadamente 578 kilómetros cuadrados y unos 97 geositios. ¿Qué son los geositios? Son puntos de interés geológico y dentro de ellos encontramos incluso aldeas paleozóicas y varias rutas para descubrir esta arquitectura tradicional en piedra. La ruta es de carácter circular y pasa por Moreiras de Abaixo, Campodola, Froxán, Seceda, Céramo y A Seara. 

La oferta de este Geoparque reconocido por la Unesco resulta inmensa pero, si disponemos de un par de días, recomendamos priorizar y visitar el conocido meandro de A Covela. Una espectacular curva protagonizada por el río Sil que bien nos recuerda al fotogénico Horseshoe Bend (Arizona), o el vecino meandro del Melero. Este último está en el límite entre Extremadura y Castilla y León y tiene la fama de ser uno de los más bonitos de nuestro territorio. 

Pero la cosa no termina aquí. Las Montañas Do Courel también salvaguardan el Pliegue Tumbado, joya geológica que se considera un libro abierto sobre la historia del planeta. Se dice que se originó hace 380-280 millones de años durante la Orogenia Varisca debido a la colisión de dos grandes continentes (que luego formarían parte de Pangea). Resulta fascinante ya que su afloramiento natural más visible es justo en Courel y es el primer efecto reconocible de la primera etapa geológica de Galicia. Otro pliegue fascinante sería el de Apoplystra, Grecia o el de Sideling Hill, en Maryland, Estados Unidos. 

Geoparque Molina Alto Tajo, Castilla-La Mancha

Comprende un patrimonio geológico que engloba desde el valle de los Milagros y la cueva de los Casares, hasta los edificios tobáceos del Puente de San Pedro o el bosque fósil de la sierra de Aragoncillo. Una muy buena forma de conocer gran cantidad de estratos geológicos creados hace millones de años y así saber más de su historia actual sería seguir las 11 georutas. Estas están diseñadas para adentrarse en los paisajes, valles y secretos mejor guardados de la comarca Señorío de Molina-Alto Tajo, en Molina de Aragón.

Son muchas las sorpresas que guarda como la sima de Alcorón, con una profundidad de 62 metros, una parada interesante a realizar. El récord de la sima más profunda se lo lleva la región de Abjasia, Georgia, con más de 2 kilómetros de longitud. 

Monumento Natural Las Tuerces, Palencia

Estas formaciones geológica son el resultado de la erosión del agua y el viento sobre la roca caliza. Estos agentes han ido creando a su paso todo tipo de formas dando lugar a un fascinante enclave conocido como el laberinto de las Tuerces. Cuenta con 50 hectáreas y está muy cerca de Aguilar de Campoo, en el Parque Natural Montaña Palentina. Es una muy buena zona para practicar senderismo, su dificultad es baja y se puede visitar durante todo el año, aunque en invierno el camino puede llegar a estar cubierto por la nieve.

Recuerda y nos transporta a Trona Pinnacles, uno de los paisajes más majestuosos en el desierto de California o Queen’s Head, Taiwan. En el caso de Queen’s Head, la erosión viene dada por la arena y la forma es casi idéntica a la silueta de una mujer. Se cree que tiene aproximadamente 4.000 años de antigüedad y ha ido cambiando considerablemente con el paso de los años debido a la constante erosión. Es por ello que todos los monumentos naturales están en constante cambio y cada año tienen proporciones distintas. 

Mallos de Riglos, Agüero, Vadiello, Murillo de Gállego y Salto de Roldán, Aragón

Paraje natural fascinante situado en la provincia de Huesca. Hablamos de paredes verticales de conglomerado que se alzan desde el suelo a más de 300 metros de altura. Estas moles son de color rojizo, monumento natural y curiosamente no son los únicos. Es cierto que los Mallos de Riglos son las formaciones geológicas más famosas pero Agüero, Vadiello, Murillo de Gállego y Salto de Roldán también son majestuosos aunque algo más desconocidos. 

Se recomienda visitarlos al atardecer y así ver cómo el sol va tiñendo sus torsos. Otras imponentes paredes verticales de roca pueden ser las colosales Torres y Cuernos del Paine o Las tres cimas de Lavaredo, cima de uno de los grupos montañosos más famosos de Los Alpes (la parte superior sería la que nos recordaría a los Mallos). 

Roque Bentayga en Caldera Tejeda, Gran Canaria

Sin duda, una de las formaciones geológicas más singulares. No solo por su grandeza, sino por todo lo que representa para el legado de la cultura aborigen al ser considerado un lugar sagrado y centro ceremonial. ¿Qué pasaba en Roque Bentayga? Era un lugar sagrado de reunión, donde se daba la bienvenida al sol, una especie de observatorio. Se dice que también se utilizó como granero colectivo y más tarde como fortaleza. 

Es de piedra basáltica, lo encontraremos en pleno corazón de la isla canaria y tiene algunas zonas con acceso restringido. Stone Garden Citatah, en Java, se le parece bastante y comparte el componente volcánico que tanto lo caracteriza. 

Órganos de La Gomera y Piedra de la Rosa, Santa Cruz de Tenerife

Es magma que nunca llegó a salir a la superficie y que se enfrió rápidamente, quebrándose en formas regulares. Deben su nombre a los tubos de un gran órgano ya que recuerda mucho a la estructura, tienen unos 200 metros de ancho por 80 de alto y solo se pueden visitar desde el mar o el aire, lo que los hace aún más especiales. 

Pero Los Órganos no son las únicas formaciones geológicas en el archipiélago, también destaca la Piedra de la Rosa, en Tenerife. En este caso, está alejada del mar y recuerda a esta flor, de allí su nombre. También fue creada por el enfriamiento de coladas de lava algo fracturadas y a diferencia de la anterior, es más sencillo llegar hasta ella ya que se encuentra en la carretera TF-21. 

¿Qué otras estructuras se parecen? Sin duda, la que primero nos viene a la mente sería el Cañón Studlagil, Islandia; o la Calzada del Gigante, en Irlanda. Aunque también hay en Alemania, Rhon; o las de Takachiho Gorge, en Japón.