Faros que siguen en pie y están llenos de historia
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03.05.2024
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Hay un lugar en La Coruña donde está el faro romano más antiguo del mundo, que además de seguir de pie es el único de esa época que sigue funcionando, pues sigue sirviendo a los marineros después de 20 siglos. Como ese lugar, hay otros en España, donde esas construcciones tan especiales que son los faros acumulan siglos de historia y siguen cumpliendo con su cometido.
Un faro tiene algo que nos fascina, un cierto encanto. En ocasiones por su localización, que siempre tiene que estar al borde del mar y, habitualmente, en un alto. También porque es un elemento presente en la ficción, en la narrativa de miles de relatos, y por ser una metáfora del destino o de aquello que nos guía.
En España hay casi 200 faros
Dicho esto, hay que tener en cuenta que un faro indica a los hombres del mar dónde está un determinado punto de la costa, y esta información puede ser valiosa para acercarse a tierra, o para huir justamente de ella en medio de un temporal y así evitar acabar chocando con las rocas.
En España hay casi 200 faros, lo que no es de extrañar por sus 8.000 kilómetros de costa. Entre ellos, muchos hoy se han convertido en monumentos o sitios turísticos. Este breve listado es sólo una muestra de algunos de los faros históricos más interesantes que hay por esos miles de kilómetros de costa de la península.
La gran explosión del número de faros llegó a mediados del siglo XIX. Antes de 1847 tan sólo existían 20 luces de señalización operativas en España. Por supuesto, habían existido muchos más en los siglos pasados, pero gran parte de ellos se habían ido perdiendo y tan sólo se conocen sus restos o, en algunos casos, planos y dibujos de cómo fueron. Pero unos pocos de esos más antiguos han aguantado en su lugar.
Esta es una lista de algunos faros de España con historia que aún siguen en pie.
La Torre de Hércules, en La Coruña
Entre los monumentos más antiguos de España está este faro romano, que, como hemos dicho, es el más antiguo del mundo que sigue funcionando. Data del siglo I y se ha ido reformando con el tiempo, sumando metros a su altura y cambiando algo su fisonomía.
El nombre proviene de su relación con historias mitológicas que lo relacionan con las leyendas de Hércules. Pero más allá de esos relatos, lo cierto es que en tiempos de Trajano ya estaba alumbrando los confines del mundo conocido y hay documentos del siglo V en los que ya se habla de él expresamente.
Como otros casos de los que vamos a ver, la función como faro y la función como torre de vigilancia o fortificación se han ido compartiendo en el tiempo. Así, la Torre de Hércules ha modificado su fisionomía y ha crecido en altura, hasta los 55 metros actuales. Sólo el faro de Chipiona y el de Maspalomas son más altos que el coruñés, lo que no es mal registro para sus años.
Es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 2009 y en una línea imaginaria muy estimulante que cruza el Atlántico, está hermanado con la Estatua de la Libertad y con el faro del Morro, en la Habana.
Faro de Portopí, en Palma de Mallorca
Este faro fue encendido por primera vez en 1607, en el lugar de Mallorca en el que está ahora, pero hay referencias a un faro en esta zona ya en el año 1300. Esto lo convierte en el segundo faro más antiguo de España, y en el tercero del mundo. En ese listado por antigüedad mundial, está detrás tan sólo de la Torre de Hércules y de la Linterna de Génova.
Antiguamente estaba en el terreno que hoy ocupa el fuerte de San Carlos, y estaba encendido durante parte del año, desde septiembre hasta el día de Pentecostés, que se celebra 50 días después de la Pascua. Es decir, podemos concluir que en verano descansaba y no prestaba servicio.
El faro se movió en el año 1612 porque los cañones del fuerte hacían temblar los cristales y los acaba rompiendo. Se colocó entonces en su emplazamiento actual si bien ha pasado por algunos cambios y mejoras.
El faro del cabo de Roche, en Cádiz
En Conil de la Frontera está este faro que fue una torre de vigilancia durante mucho tiempo, antes de cambiar función hace unas décadas. Fue creada en el siglo XVI como parte del sistema de defensa de las costas españolas que impulsó Felipe II, para evitar en la medida de lo posible los ataques de los berberiscos.
Desde la torre se controlaba la zona de costa cercana y, en caso de peligro, se encendían fuegos para avisar a otras torres y a las tropas cercanas para que acudieran a repeler el ataque.
La torre de Roche fue casi abandonada tras la Guerra de la Independencia, en el siglo XIX, pero en los años 80 del siglo pasado fue recuperada para el servicio público, en este caso como faro. Es decir, no es un faro antiguo, sino es un faro moderno que aprovecha una torre histórica.
No es un caso extraño, ya que las necesidades geográficas de un faro y de una torre de vigilancia de la costa son similares. Como decíamos, estar junto a la cosa, mejor si es un alto, y con buena visibilidad del entorno marítimo.
El faro de San Sebastián, en Cádiz
En uno de los extremos de la playa de La Caleta de Cádiz, hay una fortaleza en un pequeño islote. Este lugar tiene su propia historia, que alcanza incluso a la mitología, ya que se dice que ahí estaba el templo dedicado al dios Kronos.
En la Edad Media había allí un faro, del que hablan varios cronistas. En el siglo XV, unos marinos venecianos se refugiaron en el islote por una epidemia y en agradecimiento a la gente local que los ayudó levantaron una ermita dedica a San Sebastián. De ahí el nombre.
En 1706 se comenzó a levantar un recinto amurallado para proteger ese flanco de la ciudad y dentro de él quedó la estructura que se utilizaba como faro. El paso de los años fue mejorando su estructura y funcionamiento, por ejemplo, pasando de aceite a gas como combustible. En 1898 se decidió demolerlo y levantar uno completamente nuevo, que se inauguró en 1908.
El nuevo faro fue diseñado por Rafael de la Cerda para cumplir todos los requisitos que se habían impuesto, que no eran pocos ni sencillos, y ese es el motivo de su estructura de hierro, que es muy peculiar en este tipo de construcciones y muy atractiva.
Manuel Jesús Prieto