Estella, el pueblo medieval escondido en Navarra
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09.05.2022
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En el siglo XI la democracia no estaba demasiado de moda en la Península ibérica y básicamente se hacía lo que ordenaba el monarca de turno. Eso conllevaba bastantes enfrentamientos que pasaron a la historia como guerras y también algunas decisiones estratégicas que no por funcionales dejan de ser llamativas.
Sancho Ramírez, que después de la muerte de su hermano Sancho Garcés se convirtió en rey de aragoneses y pamploneses, creó el pueblo de Estella junto al poblado de Lizarra. Tenía el objetivo de que la localidad se convirtiese en un punto estratégico del Camino de Santiago así que decidió ‘modificar ligeramente’ la ruta para lograrlo.
Y lo hizo: actualmente es el final de la quinta etapa de la ruta del Camino de Santiago francés, que parte de la Puente la Reina (22,6 kilómetros). La actividad económica de la ciudad ha estado desde el principio orientada al comercio, por lo que el tránsito de personas contribuía (y lo sigue haciendo) a la bonanza de sus habitantes.
La capital del románico en Navarra
Construida en torno al río Ega y a las faldas del Montejurra, da nombre a la comarca de Tierra Estella y se encuentra en la zona media de Navarra, casi a la misma distancia de Logroño y de Pamplona. También se la conoce como Lizarra, Estella- Lizarra, “la Toledo del Norte”, “Estella la bella” o “capital del románico de Navarra”.
Si de algo está bien surtida es de monumentos. Casi cada dos pasos, el visitante puede pararse a admirar edificios con interés histórico, aunque hay algunos que se tienen que calificar como esenciales. La mayoría se encuentran dentro del casco urbano, así que es posible combinar el placer del paseo sin objetivo concreto con el de conocer las construcciones más relevantes.
Se puede pasar de un lado a otro del río por varios sitios, pero el más icónico es el puente de la Cárcel, que también recibe el nombre de puente picudo por su forma. Originalmente se construyó en el siglo XII, pero no sobrevivió a la III Guerra Carlista. Se reconstruyó en 1873, conservando la estructura primigenia. Tiene un cierto parecido con el puente de Cangas de Onís.
Una de ellas es la iglesia de San Pedro de la Rúa, la más antigua de Estella, ya que data del siglo XII. Situada sobre la ladera de un cerro, se accede a ella subiendo una escalinata y los aficionados al arte seguramente admiren su claustro, una de las joyas de mayor valor que se conservan del románico navarro. También destaca el pórtico del mismo estilo y su contundente torre situada a los pies de la nave.
Se encuentra enfrente del palacio de los Reyes de Navarra –también se conoce como el palacio de los Duques de Granada de Ega– que actualmente acoge el Museo Gustavo de Maeztu, dedicado al artista plástico que durante años fue vecino de Estella. Se trata del único edificio civil de arquitectura románica, data de finales del siglo XII y en 1931 fue declarado Monumento Nacional.
Al otro lado del río Ega, que divide la ciudad, está la iglesia de San Miguel se encuentra en el barrio homónimo que se construyó a finales del siglo XII en el alto de La Mota, al igual que el templo. Su principal atractivo es la portada norte, que supone una muestra del estilo tardo-románico. Se encuentra en muy buen estado ya que fue restaurada entre 1987 y 1992.
A cinco minutos caminando, está la iglesia de San Juan Bautista. Su fachada pertenece al neoclásico mientras que su portada es una muestra del románico de la zona, como el resto de los templos mencionados hasta ahora. El retablo en el que se representa a San Juan Evangelista y San Juan Bautista es renacentista y es de los mejores de esa época que se pueden encontrar en la región.
Pero, más allá del interés que despierte la iglesia por sus valores artísticos, hay otro factor que hace ‘forzosa’ su visita: se encuentra en uno de los puntos neurálgicos de Estella, la plaza de los Fueros.
Allí se baila la Era o danza de Larrain y todos los jueves acoge el mercado de alimentos de proximidad, como hortalizas, encurtidos o quesos de la tierra. Asimismo, los turistas también pueden dar una tregua a las piernas y tomar algo en alguna de las terrazas de los bares que rodean la plaza. Es uno de los puntos de encuentro de los habitantes de Estella- Lizarra, el corazón de la ciudad.
La patrona de Estella es la virgen del Puy, que fue coronada el 25 de mayo de 1958, fecha en la que se celebra la fiesta de la ciudad. Tiene su propia basílica, que está situada en lo alto de la ciudad. En su momento, el rey Sancho Ramírez erigió una ermita en su honor, que después se sustituyó por una iglesia barroca. El templo actual es obra del arquitecto Víctor Eusa, que comenzó las obras en 1929 y las terminó en 1951 (si a alguien le parece mucho tiempo, que piense en la Sagrada Familia).
Según la historia, en 1085 unos pastores de Abárzuza acudieron a lo alto de un cerro siguiendo el brillo de un conjunto de estrellas. Cuando llegaron al lugar encontraron una imagen de la Virgen con el niño en brazos, que recibió el nombre por su parecido con la francesa Nôtre Dame du Puy (‘puy’ significa colina, elevación).
Más allá de lo monumental –aunque en su perímetro está encajado el histórico convento de Santa Clara– es interesante el parque urbano de Los Llanos. Se estima que se creó en el siglo XVI, mucho antes de que la revolución industrial popularizase la habilitación de este tipo de espacios para mejorar la salud de los ciudadanos. Situado a la orilla del río, los estelleses acuden a practicar deporte, relajarse bajo los árboles o a pasar el rato a la fresca en verano.
La gran fiesta medieval
En una población con las características de Estella no es ninguna sorpresa que cada año celebre su Semana Medieval. La tradición empezó a mediados del siglo XX y suele coincidir con la Semana Internacional de Estudios Medievales que también tiene lugar en la ciudad. Se festeja en el mes de julio.
Durante esa semana temática, los comerciantes se visten con trajes propios de la época y en los mesones se sirven menús típicamente medievales. Además, se recrean hechos históricos (el rey Sancho Ramírez suele pasearse por las calles) y hay pasacalles, música, teatro en la calle y un mercado de Antaño, donde los artesanos venden sus productos.
Los amantes del dulce no se pueden ir sin probar dos de los productos representativos de Estella. Por un lado están Las alpargatas, unos dulces de hojaldre rellenos de pasta de almendra que nacieron en la pastelería La Ángela. Y por otro, unos bombones de avellanas tostadas recubiertas de chocolate (negro, con leche o blanco) llamados Rocas del Puy, en honor a la patrona de Estella. Las auténticas son de la tienda Bombones Torres. Mejor no ir a comprar con el estómago vacío o la gula hará de las suyas.
Carmen López
Que bonito
La q denomina Puerta de la Reina, ¿No se referirá a Puente la Reina? Lugar donde se junta el camino francés con el aragonés para continuar en uno solo hacia Santiago de Compostela.
Correcto, Mikel: ya lo hemos corregido. ¡Gracias!
Hay un error en una foto. En la que pone Iglesia de San Miguel. No es así. Esa foto corresponde a la Iglesia del Santo Sepulcro. La iglesia de San Miguel se puede apreciar en la primera foto de este artículo, al fondo y elevada. Es una iglesia fortificada.
Hola