Los escenarios de Intimidad, la nueva serie de Netflix
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10.07.2022
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Un simple gesto como el de pulsar el botón de ‘enviar’ en un servicio de mensajería móvil cambia la vida de dos mujeres de manera drástica. Nada las une más allá de ser víctimas de dos episodios de ‘pornovenganza’ que hacen que su vida se tambalee de manera drástica. Una de ellas es la teniente de alcalde de Bilbao Malen Zubiri (interpretada por Itziar Ituño), que hasta ese momento tenía pensado presentarse a las elecciones. La otra es Ane (Verónica Echegui) una joven trabajadora de una fábrica que vive con su hermana.
Ese es el inicio de la trama de Intimidad, la serie de Netflix producida por Txintxua Films, que se estrenó el pasado 13 de junio y que rápidamente escaló al puesto de la producciones más vistas de habla no inglesa. La plataforma de streaming no es muy dada a facilitar datos, pero sí informó de que en seis días había acumulado 30 millones de reproducciones. Una cantidad nada desdeñable para una ficción de solo ocho capítulos de menos de una hora de duración.
El escenario principal de Intimidad es, sin duda, Bilbao. Muchas de las situaciones tienen lugar en la misma sede del Ayuntamiento, en lugares como el salón árabe, además de otras dependencias y despachos de uso habitual en la vida real, incluido el vestíbulo y las escaleras principales. Además, los espectadores que conozcan la ciudad identificarán partes del distrito de Abando, el centro cultural Azkuna Zentroa, el casco viejo y, por supuesto, el museo Guggenheim.
Pero no todas las escenas se rodaron en la capital de Vizcaya. El equipo también se desplazó a los alrededores rurales para desarrollar la historia y, de paso, mostrar las maravillas del País Vasco. Así, los espectadores pueden conocer cómo los paisajes verdes se extienden casi hasta el centro de la urbe y que convivir con la naturaleza es tan habitual como comerse un pintxo o pasear al lado de la ría.
Localizaciones rurales en los escenarios de Intimidad
La trama conduce a las protagonistas lejos del asfalto. La política es aficionada al surf, así que su ámbito en la naturaleza es la playa. La joven, por su parte, tiene una relación sentimental con Kepa, un quesero que vive en un caserío en las inmediaciones del Monte Anboto. Una casa típica de la zona rodeada por un verde apabullante, en el que lleva una vida tranquila e idílica, la que alguien imagina cuando fantasea con dejar la ciudad y mudarse al campo.
“Quedamos en Sope”, le dice en un momento el personaje de Malen Zubiri –la potencial edil de Bilbao antes del suceso– a uno de los sospechosos. Se refiere a la famosa playa de Sopelana, que se encuentra a media hora del centro de Bilbao, entre Getxo y Barrika. Otra de las orillas que aparecen en la serie –y que son de vital importancia para la historia– es la de la playa de Laga, en Ibarranguelua.
El rodaje también se desplazó hasta las localidades de Portugalete, Leioa, Górliz, Plentzia o Pedernales. Además, la Bilbao Bizkaia Film Commission indica que también se grabaron tomas en Atxondo, Basauri, Derio, Gordexola, Ibarrangelu, Sukarrieta y Zeanuri. En total, el rodaje de la serie se extendió durante 98 días.
Asimismo, visitaron el País Vasco francés para grabar algunas escenas ‘de pueblo’. Los lugares escogidos fueron San Juan de Cruz o Ziburu, además de otros municipios del país vecino como Vielle-Saint-Girons o Leon.
Euskadi: un territorio de cine
Por supuesto, Intimidad no es la primera ficción que se localiza en el País Vasco. De hecho, hasta allí se han desplazado grandes producciones como Juego de Tronos, que convirtió San Juan de Gaztelugatxe en un imán turístico. Los fans de la serie repartidos por el mundo quisieron peregrinar hasta esa ermita que se adentra en el mar y que en la ficción recibe el nombre de Rocadragón.
Para hacerse una idea en cifras, la Bilbao Bizkaia Film Commission expone que el año pasado se rodaron un total de 232 proyectos audiovisuales. De estos, 70 fueron anuncios de publicidad, 48 cortometrajes, 29 videoclips, 25 programas de televisión, 20 largometrajes, 19 documentales, 12 series, 8 sesiones fotográficas y una webserie. Algunas fueron las siguientes:
El director Álex de la Iglesia, nacido en Bilbao, llevó a Ernesto Alterio, Blanca Suárez, Alberto San Juan y a todo el equipo de rodaje hasta Vizcaya para grabar la película El cuarto pasajero. Se movieron por la ciudad natal del realizador pero también por Loiu, Alonsotegi y Erandio. El largometraje tiene previsto su estreno para el próximo mes de noviembre.
Las impresionantes cuevas de Pozalagua situadas en el Valle de Carranza, fueron uno de los escenarios de Irati, un filme de Paul Urkijo Alijo, que también movió a su equipo hasta el Pirineo navarro y Huesca. La Selva de Irati y el castillo de Loarre son otras dos localizaciones. El director, originario de Vitoria-Gasteiz, es un experto en filmar en su tierra, ya que su anterior película Handia –por la que ganó un premio Goya– está rodada en diferentes puntos de San Sebastián.
Además, Bilbao, Getxo y Mundaka fueron las tres localizaciones vascas de la película El comensal de Ángeles Gónzalez Sinde. La escritora y realizadora adaptó la novela homónima de Gabriela Ybarra, en la que cuenta la muerte de su abuelo a manos de ETA, para lo cual también se movió a Pamplona y otros puntos de Navarra como el puerto de Belate, que comunica el valle de Baztán y el valle de Ultzama.
Carmen López