Estar situada en el corazón de la Península es una de las grandes ventajas de la capital española. A pocos kilómetros de la vibrante Madrid se localizan pueblos medievales, refugios de la naturaleza, ciudades Patrimonio de la Humanidad o Monumentos naturales que dibujan el escenario perfecto para desconectar y relajarse.
¿Aún no tienes plan para el próximo finde? Pues aquí te traemos 10 posibles escapadas cerca de Madrid. ¡A disfrutar!
1. Hayedo de Montejo (Madrid)
La Sierra Norte de Madrid es una «fábrica» de increíbles paraísos naturales. El Hayedo de Montejo es una de sus mejores creaciones. Un espacio natural de belleza mayúscula perteneciente a la Sierra del Rincón y Reserva de la Biosfera desde 2005.
Pero además de ser un lugar de cuento, la importancia del Hayedo de Montejo radica en que es el hayedo situado más al Sur de la Península ibérica y, en general, de Europa. Y es que, esta zona de la sierra madrileña le aporta lo que más necesita, un clima húmedo y una buena dosis de sombra.
La entrada es gratuita pero ha de hacerse en el marco de algunas de las muchas visitas guiadas que se organizan. Además de online, la entrada puede recogerse físicamente en el Centro de Información de Montejo de la Sierra. Eso sí, tendrás que hacerlo con bastante antelación porque los pases se suelen agotar fácilmente.
2. Arenas de San Pedro (Ávila)
El pueblo abulense de Arenas de San Pedro es una de las puertas de entrada a la frondosa y espectacular Sierra de Gredos, destino excepcional para la Observación Astronómica por la limpieza de sus cielos. Situado en pleno Valle del Tiétar, esta localidad histórica cuenta con un amplísimo patrimonio pues, dado su buen clima, era el lugar elegido para vivir de numerosas personalidades del clero y la nobleza de antaño.
Uno de sus joyas medievales es el Puente Aquelcabos, el cual podría haberse construido entre los siglos XIV y XV y, entre sus valores naturales, además del entorno en el que se emplaza, destacan las Grutas del Águila, unas cuevas de formación caliza cristalina cuya formación, hace más de 50 millones de años, parece ser marina.
3. Hoces del Río Duratón (Segovia)
En poco más de hora y media desde Madrid, la naturaleza segoviana regala el espectáculo natural del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Un espacio que tiene como protagonista al Duratón encajonado entre las paredes del cañón que él mismo ha esculpido con los años y donde pueden visitarse dos vestigios históricos de gran relevancia: La Ermita de San Frutos y el Monasterio de Hoz.
Buitres, alimoches y halcones peregrinos sobrevuelan este paraje cada día observando desde las alturas cómo las piraguas recorren de arriba a abajo las tranquilas aguas de este importante afluente del Río Duero.
4. Belmonte (Cuenca)
Si por algo es conocido Belmonte es por su imponente castillo, la mejor y mejor conservada huella de su pasado medieval. Un pasado que, desde hace unos años, se recrea en el cada vez más conocido Torneo Nacional de Combate Medieval – Desafío de Belmonte, el cual, tiene lugar en el interior de los 70.000 metros cuadrados del recinto amurallado y en el que participan varios clubes nacionales e internacionales. Todo un espectáculo.
Pero Belmonte no sólo es su castillo. Esta localidad que ha servido de escenario en películas como El Cid o El Señor de los Anillos, también se define por sus molinos de viento, su centro histórico y, como buen pueblo conquense, por una exquisita gastronomía manchega con el contundente y tradicional Morteruelo como protagonista.
5. Campos de lavanda de Brihuega (Guadalajara)
Tan sólo 85 kilómetros separan los campos púrpuras de lavanda de Brihuega -una tranquila localidad de la provincia de Guadalajara– de la capital española. 480 hectáreas de cultivo que perfuman y pintan de morado la alcarria manchega cada primavera gracias al meticuloso trabajo del agricultor Andrés Corral.
Un buen momento para visitar este inspirador lugar es durante el Festival de la Lavanda que se celebra cada año coincidiendo con la recolección de la planta. Normalmente, a mediados-finales de julio.
6. Consuegra (Toledo)
«En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no puedo acordarme…». Sí, quizás Consuegra, tierra de hidalgos, gigantes y castillos, sea ese lugar que Cervantes no conseguía recordar.
Pero además del posible escenario de las andanzas de Don Quijote y Sancho Panza, Consuegra es una localidad amable, de materia prima de kilómetro cero -desde su producto estrella, el azafrán, hasta el ajo, pasando por las hortalizas y los tres productos de la triada mediterránea (vino, aceite y cebada)-; una villa levantada sobre las ruinas de Consabura, una de las ciudades romanas más prósperas del Imperio Romano que trabaja día a día por conservar y dar a conocer sus tradiciones y su rico folklore a través de celebraciones como la Fiesta Mundial de la Poesía, las Jornadas de las Tapas Medievales, la Fiesta del Azafrán o las Jornadas de la cebolleta.
7. Bosques de Valsaín (Segovia)
Ampliamente conocidos por madrileños y segovianos, los Bosques de Valsaín son un refugio para quien viene buscando tranquilidad y conexión con la naturaleza. Pasear por el hermoso pinar de Valsaín es hacerlo por el corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, un bálsamo para los sentidos que se disfruta en cualquier época del año pues todas aportan su mejor versión: El intenso verde de la primavera, el refrescante refugio para el verano, la explosión de colores del otoño y el límpido blanco del invierno.
Además, la ruta principal que permite conocer la belleza de este enclave apenas tiene dificultad y es apta para toda la familia. La distancia total son unos 14 kilómetros que se recorren en unas 4 o 5 horas.
Y para completar la escapada por tierras segovianas, nada mejor que visitar la histórica Granja de San Ildefonso y sus espectaculares jardines o la Real Fábrica de cristales donde se puede ver una demostración de cómo se trabaja el vidrio.
8. Chinchón (Madrid)
A escasa media hora de Madrid se despierta todas las mañanas Chinchón, uno de los pueblos más bonitos de la región madrileña y de la geografía española. Una localidad famosa en el mundo entero por su tradicional Anís de Chinchón, por su preciosa plaza medieval repleta de sotoportales y balconadas y por ser escenario de películas de tanto renombre como La vuelta al mundo en 80 días, Campanadas a medianoche de Orson Welles o el western El fabuloso mundo del circo.
Por supuesto, no puedes visitar Chinchón y no probar alguno de sus tradicionales dulces: Las tetas de novicia o las Pelotas de Fraíle. Ambos, además de tener estos nombres tan curiosos, están ¡exquisitos!
9. Hoz de Beteta (Cuenca)
La naturaleza de Cuenca no es muy conocida y, gracias a ello, a día de hoy podemos deleitarnos con enclaves naturales tan especiales como el que conforma el Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos. Un espacio natural que preserva uno de los últimos bosques eurosiberianos de tilos que tan comunes fueron en la Europa de la época glacial.
Un escenario variopinto de una enorme biodiversidad botánica, varias cuevas y simas, afiladas paredes rocosas, deliciosos espacios para hacer pícnic a orillas del Río Guadiela y asequibles rutas de senderismo. Y todo ello, a menos de dos horas de Madrid.
10. Aranda de Duero (Burgos)
Si una de las mejores gastronomías castellanas la aderezamos con los más exquisitos vinos DO Ribera del Duero y todo ello lo enclavamos en uno de los pueblos con más encanto e historia de Castilla y León, el resultado es Aranda de Duero; una escapada rural para disfrutar con los 5 sentidos -sobre todo, con el paladar-.
Estamos hablando de un destino para los amantes de la micología, el buen lechazo y la auténtica morcilla de burgos y, cómo no, para los apasionados de algunos de los mejores vinos tintos del planeta. Si nos permites una recomendación, el Mesón el Lagar de Isilla, una combinación perfecta de tradición -su decoración te hará viajar en el tiempo- y buen comer.
Elísabet García
Interesante trabajo