El senderista que se hizo asceta durante una excursión dominguera
Escrito por
28.12.2015
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Actualización 29-12-2015: Miguel Ángel no existe, es tan sólo una pequeña broma del día de los Inocentes 😉 No descartamos que alguien se enamorara de Urederra tanto como para decidir pasar allí el resto de su vida. Felices fiestas
Miguel Ángel Ochoa Verne ha pasado a la historia del senderismo por una decisión infrecuente. La Federación Española de Senderistas emitió un tweet en el que aseguraban que Miguel Ángel caminaba por Urederra, en Navarra, cuando vio una cueva y tomó la decisión.
«La vi y dije: ‘aquí me quedo a vivir yo como que me llamo Miguel Ángel'», señaló el protagonista cuando nos vio aparecer. Ofrece un té con agua de roca y continúa: «vine a dar una vuelta, porque el entorno es precioso y yo tenía un mal día. Nunca pensé que esta vocación se me despertara a mí un domingo cualquiera. Voy a dedicar mi vida a la contemplación de este lugar».
«Me gustaría que mi mujer lo entendiera», dice de pronto Miguel Ángel, mientras apaña algunas ascuas en el interior de la cavidad. «Se enterará cuando publiquéis la noticia. No sé cómo le sentará». Sonríe Miguel Ángel, como un enamorado.
Sobre su modo de vida asegura que es tan sencillo que no necesitará ni dinero. El agua, según se aprecia, mana del techo. «Es un milagro», dice Miguel Ángel señalando el goteo.
Miguel Ángel Ochoa ya ha comenzado a cultivar algunas hortalizas en el entorno y acaba de diseñar una pequeña cerbatana con la que cazará «animalillos con las enseñanzas que me dio mi padre en su día».
Desconoce si puede apropiarse de una cueva en calidad de senderista ascético, como él se llama, y se ha comprometido a explicar su decisión y su firmeza a las autoridades competentes.
«Dejaré mis bastones senderista a la entrada de la cueva, por si alguien quiere tocarlos y pasear con ellos», dice, místico, a modo de despedida.
Escapada Rural
Qué duda cabe que, contada de esa manera concreta, tiene su aquel de poco verosímil, pero me temo que más de uno y más de dos lo hemos pensado algo más que en broma, y no apostaría una mano negando que haya quienes lo hayan hecho.