Luis I en La vida breve. Cortesía de Movistar Plus+ y Zeta Studios.

Una obra audiovisual con la monarquía como protagonista necesita palacios, a no ser que se trate de unos reyes fuera de lo normativo. No fue el caso de Luis I, que pasó a la posteridad como el rey más fugaz que ha tenido España: solo ostentó el poder durante 229 días. Cristóbal Garrido y Adolfo Valor –autores de trabajos audiovisuales como Reyes de la noche, Fariña, Amor de madre o Lo dejo cuando quiera– han contado ese capítulo de la historia en La vida breve. Una serie que podría definirse como una comedia gamberra con gotas de dramatismo.
Los directores de esta producción de Movistar Plus+ y Zeta Studios han sido Diego Núñez Irigoyen y Alberto Valor, que trasladaron a todo su equipo al siglo XVIII. No fue de forma literal, porque aún no se ha inventado una máquina del tiempo (que se sepa). Gracias a su colaboración con Patrimonio Nacional, las localizaciones donde se rodó La vida breve hicieron ese trabajo de traslación temporal.
Luis I, ‘El breve’

Felipe V (Javier Gutiérrez), el primer monarca de la casa Borbón, se casó con María Luisa de Saboya (Pilar Bergés) y tuvieron cuatro hijos. Luis I (Carlos Scholz) fue el mayor de ellos. Tras la muerte prematura de esa primera esposa, el padre volvió a contraer matrimonio con Isabel Farnesio (Leonor Watling), con la que tuvo otros siete descendientes. Su reinado comenzó en 1700 pero, el 5 de septiembre de 1724, abdicó en su hijo mayor. Estaba harto de dirigir el país (y, según la serie, con una salud mental un tanto precaria).
Luis I, que solo tenía 15 años, se casó con la francesa Luisa Isabel de Orleans (Alicia Armenteros). Solo tenía 13 años y, además, era su prima segunda (es lo que tiene la endogamia de la aristocracia, que a veces hay que pasar por alto ciertos lazos de sangre). En su breve paso por el poder –siempre según la serie– intentó mejorar la vida de sus súbditos con ayuda de la reina consorte, a la que le gustaba desafiar los límites del protocolo. Sin embargo, la viruela se lo llevó por delante cuando solo tenía 17 años y su viuda regresó a Francia, cuando Felipe V volvió a erigirse como monarca.
Las localizaciones de La vida breve

Los realizadores jugaron con los palacios españoles para recrear el transcurso de este retazo de la historia del país. Cuando Luis I toma el relevo de la corona se queda a vivir con la reina consorte en la corte madrileña. Algunas de las escenas de su cotidianidad se rodaron en la Quinta Duque del Arco, en El Pardo, que es Monumento Nacional desde 1935.
Este edificio, que recuerda a la Zarzuela por su estilo arquitectónico, se comenzó a construir en 1717 por petición del Duque del Arco, que era caballerizo mayor de Felipe V. Cuando el caballerizo en cuestión falleció, su viuda lo donó a la Casa Real y pasó a formar parte del Real Sitio de El Pardo. El ingeniero Claude Truchet –muy famoso en su ámbito profesional– fue el encargado de diseñar el jardín, uno de sus principales atractivos. En él las influencias de otras casas europeas son evidentes.
El Palacio Real de Aranjuez

El Palacio Real de Aranjuez sirvió para escenificar la proclamación del nuevo Rey, y para grabar otros momentos de La vida breve que requerían de espectacularidad. Por ejemplo, el salón amarillo es uno de los interiores que se pueden ver en esta obra audiovisual (un detalle: esta sala se usó como salón de baile durante el reinado de Alfonso XII y el de Isabel II, a finales del siglo XIX).
Este palacio forma parte del Paisaje Cultural de Aranjuez y está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Más allá del uso que se le ha dado en esta ficción histórica, el palacio de Aranjuez ha sido la residencia de campo preferida por los reyes españoles desde el mandato de la reina Isabel, en el siglo XV. Sus jardines ocupan 111,23 hectáreas y también tienen influencias europeas, principalmente anglofrancesas, en su trazado.
Palacio Real de la Granja de San Ildefonso

Cuando Felipe V abdica en su hijo, se traslada con Isabel Farnesio al Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, en Segovia. Allí, él está encantado pero ella, que realmente tenía todas las ganas de gobernar que no tenía su marido, echa de menos Madrid.
Como explican desde Patrimonio Nacional, el monarca se enamoró de este lugar y “decidió levantar allí un palacio y unos jardines adornados con esculturas y fuentes que le recordaran su infancia en la corte francesa de su abuelo Luis XIV (…). Fue su gran obra personal”. Teodoro Ardemans fue el encargado del palacio y René Carlier de los jardines. En la serie se ve cómo traen las obras y la decoración una vez se mudan, tanto para los interiores de la residencia como para los exteriores.
Como curiosidad, el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso también fue utilizado como escenario en otras series de televisión como Los Bridgerton, una producción estadounidense.

Otros palacios donde se rodó La vida breve
Más allá de los grandes palacios gestionados por Patrimonio Nacional situados fuera de la ciudad, otras escenas de La vida breve se grabaron en mansiones del centro de la capital. Por ejemplo, en el palacio de Santoña, que funciona como una sala de Versalles; y en el de Fernán Núñez, que actualmente es la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. En la ficción, en cambio, es el espacio en el que se reúnen los mandatarios del país.

Asimismo, desde la productora también señalan la cartuja de Talamanca del Jarama, como localización en la que se rodaron las escenas correspondientes a la aparición de los súbditos paupérrimos. También la finca La Granjilla (El Escorial), que es el lugar en el que Luis I va a cazar (sin pericia alguna) y en el que encierran a su mujer por saltarse las normas.
El Museo del Prado es otro de los lugares en los que se rodó La vida breve y que casi podría ser uno de los protagonistas. En él reside el retrato del rey más breve de la historia de España. Y allí se pone el punto final de la serie (no hay spoilers en las obras basadas en hechos reales).
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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