La primera evaluación a gran escala de las habilidades cognitivas de los cuervos sugiere que, a los cuatro meses de edad, estas criaturas asociadas tradicionalmente al mal agüero se desempeñan tan bien como los chimpancés y orangutanes adultos en pruebas de razonamiento causal, aprendizaje social o teoría de la mente, entre otras
Hasta la fecha, los estudios existentes sobre el desarrollo cognitivo en córvidos se han orientado principalmente a una de las habilidades sensoriomotrices tradicionales más estudiadas: el concepto de objeto o permanencia del objeto (que implica la capacidad de representar objetos que están fuera de la vista). Pero este estudio ha tenido en cuenta la inteligencia desde diversas facetas.
Una criatura muy social
Estudios recientes han sugerido que los miembros de una familia de pájaros cantores, los córvidos, poseían habilidades cognitivas complejas, pero hasta ahora no existía una comprensión detallada del alcance completo de su cognición. Además, siempre se ha sabido relativamente poco sobre su desarrollo cognitivo.
En el estudio citado, sin embargo, se ha ido mucho más allá. Así, las pruebas físicas midieron las habilidades de las aves para rastrear objetos en el espacio y comprender los números. Por ejemplo, los investigadores colocaron una recompensa debajo de una taza determinada y luego movieron esa taza con varias otras, al estilo trilero, para comprobar si los cuervos podían rastrear cuál contenía la recompensa. Entonces, los investigadores midieron qué tan bien las aves podían seguir las señales dadas por un experimentador: el humano señaló qué taza contenía una recompensa al mirarla o señalarla, por ejemplo, o les mostró a los cuervos cómo acceder a una recompensa y luego observó si podían aplicar lo que observaron.
Los autores repitieron de este modo 33 tareas para cada cuervo a los cuatro, ocho, doce y dieciséis meses de edad. Para sorpresa de todos, con solo cuatro meses de edad las aves habían dominado la mayoría de las tareas hasta el punto de que, casi en general, los resultados de los cuervos jóvenes se compararon de manera similar a los de los chimpancés y orangutanes adultos.
Si recuerdas caras, confeccionas herramientas, dispones de rasgos culturales… estamos hablando de animales ciertamente emparentados con los primates. No en vano, aunque córvidos y simios divergieron en la línea evolutiva hace más de trescientos millones de años, ambos han desarrollado capacidades cognitivas complejas al vivir bajo presiones sociales similares. Por eso no debe resultar tan sorprendente que, por ejemplo, sean capaces de identificar a personas o cuervos que anteriormente supusieron una amenaza para ellos.
Hasta el punto de que un cuervo nunca olvida la cara de un enemigo: reconoce quién lo ha molestado y pasa la información a terceros. Como si se dedicara a chismorrear. Lo deberemos tener en cuenta la próxima vez que leamos la obra de Edgar Allan Poe.
¿Dónde podemos ver cuervos en España?
Venerado como un dios o un símbolo espiritual en varias culturas, a través de las diferentes épocas de la historia el cuervo ha sido ampliamente representado en el arte y la literatura. Sin embargo, más allá de las representaciones, ¿dónde podemos contemplarlos?
El lugar donde viven los cuervos es permanente ya que no son aves migratorias. Crean nidos en un único lugar y permanecen siempre en torno a él. Aunque en algunas regiones del mundo son considerados como una plaga, sobre todo para los agricultores, el cuervo no es una especie amenazada. De hecho se ha adaptado a diversos tipos de hábitats, así que podemos verlos en prácticamente todos los sitios del mundo.
Sin embargo, abundan en grandes áreas del hemisferio norte, sobre todo en los espacios abiertos en los que haya parques y bosques, así como la presencia de ganado. También podemos avistarlos en alta montaña, en los ríos y los terrenos bajo y llano que pueden ser inundados ante una eventual crecida de las aguas de una corriente fluvial cercana. Dada su predilección por los restos orgánicos y la carroña, los vertederos y los basureros también acostumbran a estar frecuentados por los cuervos.
En España, algunos de los lugares donde podemos ver mayor concentración de cuervos es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Un espacio natural protegido español ubicado en el Pirineo oscense, íntegramente en la comarca del Sobrarbe. Y es que esta zona es un paraíso natural para las aves rapaces carroñeras. Principalmente por su orografía montañosa, su clima y la ganadería extensiva.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es el segundo parque nacional más antiguo de España. Dado que, en 1988, recibió la protección de Zona de Especial Protección para las Aves, es un lugar idóneo para avistar muchas otras especies de aves. Para conocerlas con detalle podemos visitar el Pirineos Bird Center, que se localiza en el Eco Museo de la Fauna Pirenaica de Aínsa, donde informan sobre senderos, puntos de observación y comederos.
Los cuervos en España suelen presentar un carácter sedentario. Sin embargo, las poblaciones más norteñas se desplazan hacia el sur en periodos invernales. En el País Vasco el cuervo grande (Corvus corax), en general, es un córvido bastante escaso, y además los pocos que se avistan suelen confundirse la corneja negra (Corvus corone), en ocasiones conocida como «cuervo». También escasea en buena parte de la meseta sur y el valle del Guadalquivir, así como en los enclaves menos abruptos de Almería y Murcia. En Galicia resulta más común en las costas y aparece de forma irregular hacia el interior.
En otro espacio natural totalmente distinto, en las Islas Canarias, podemos contemplar también el cuervo canario, que estuvo a punto de extinguirse a principios de siglo. Finalmente logró resurgir sin ningún tipo de ayuda en menos de veinte años. La subespecie afincada en las islas (Corvus corax canariensis) es completamente negro, sin ningún detalle de otro color. Es un ave robusta, de unos 64 cm de longitud y aproximadamente 120-150 cm de envergadura que pesa alrededor de 1 kg. En Canarias habita en todas las islas, incluyendo los islotes orientales de La Graciosa, Montaña Clara, Alegranza y Lobos.
Avistarlos, ahora, no solo resulta interesante en sí mismo. Saber que en su comportamiento subyace una inteligencia amplia muy similar a la humana nos hace sentir que contemplamos algo extraordinario. Acaso una civilización negra como la brea que aletea y grazna.
Así es cómo los animales nos permiten pronosticar el tiempo
Los cambios en el tiempo meteorológico parecen influir en el comportamiento de muchos animales, como si todos ellos fueran como la app del tiempo de nuestro smartphone. Por ejemplo, el viento, la temperatura y la humedad afectan el comportamiento de muchas especies que nos permiten pronosticar el tiempo que hará.