El Caminito del Rey fue el «sendero más peligroso del mundo». Antes de eso fue un equipamiento que modernizó la España preindustrial, que llevó electricidad a los hogares, expandió el territorio de cultivo y permitió el primer ferrocarril que unió el interior de Andalucía con Málaga.
Casi nada. Hoy es un recorrido lineal turístico de 7,7 km: 4,8 km de accesos y 2,9 km de pasarelas. Las pasarelas aéreas están colgadas a 100 m de altura.
Recogemos los hitos del Caminito del Rey y su contexto histórico para entender mejor la importancia de lo que es hoy uno de los reclamos turísticos más importantes de Málaga.
1. La Sociedad Hidroeléctrica del Chorro
La electricidad no era un servicio básico a finales del s. XIX y principios del XX. La electricidad era un lujo.
Que la industria utilizara electricidad en lugar de carbón o gas fue una revolución. Revolucionó la industria, el transporte y la vida cotidiana.
Eso ocurrió en el entorno de Málaga: la revolución de la energía hidroeléctrica. La lluvia era determinante, pero los avances técnicos y el capital extranjero permitieron la construcción de presas para producir energía.
Fue el caso de La Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, que creó el itinerario por el Desfiladero de los Gaitanes entre 1903 y 1905. El objetivo del itinerario era mantener y vigilar las presas del Gaitanejo y El Chorro. El capital inicial de la Sociedad fue de 2.025.000 pesetas. La sede estaba en Madrid.
De manera colateral, el caminito simplificó la vida de los vecinos. Fue una excelente vía de comunicación: mejoró la vida cotidiana, el comercio y los niños llegaban antes a la escuela.
La construcción de la presa y la producción de energía hidroeléctrica a gran escala supuso reducir precios y llevar la electricidad a más casas y empresas.
Su importancia fue enorme. Lo que hoy es un atractivo turístico, fue una revolución.
2. La llegada del Ferrocarril
Con los beneficios, la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro compró la empresa de tranvías de Málaga, hasta entonces de capital belga. También financiaron la presa de Guadalhorce: los campos de cultivos pudieron extenderse por toda la comarca.
El rey Alfonso XIII, en 1921, nombró conde de Guadalhorce por ese motivo a Rafael Benjumea (1876-1952), ingeniero y creador del Salto Hidroeléctrico del Chorro.
Hacia 1845 comienza a plantearse la línea ferroviaria Córdoba-Málaga. Los trabajos empezaron en 1860 con capital de la burguesía nacional, francesa e inglesa.
Seis años después quedaban unidos los territorios y las reservas de carbón de Belmez y Espiel. El ferrocarril recorría 192 km. y atravesaba 17 túneles, 8 viaductos y 18 puentes.
La mayoría de puentes y túneles estaban en el Desfiladero de los Gaitanes. La dificultad y el riesgo fueron más que considerables. Hoy queda algo del patrimonio del antiguo tren, cuyos raíles atravesaban el desfiladero casi a la misma altura que el Caminito.
En El Chorro se construyó uno de los apeaderos. La energía eléctrica asequible y la mejora de las comunicaciones facilitaron enormemente la vida de los habitantes del lugar. Pasaron de una agricultura de subsistencia a la modernidad.
El desarrollo económico de la comarca despegó.
Hasta que llegó el AVE, el Desfiladero de los Gaitanes fue el único acceso a Málaga con ferrocarril desde el interior de Andalucía.
3. El rey Alfonso XIII y la presa de Guadalhorce
Alfonso XIII inauguró la presa del Conde de Guadalhorce (R. Benjumea) en 1921. Paseó por el itinerario y cuando lo terminó se le dio el nombre que hoy conocemos: El Caminito del Rey.
La presa fue un anhelo para todos. En 1907 Málaga sufrió una gran inundación. El caudal del río Guadalhorce era indomable y la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro dependía de las lluvias y la voluntad natural para desarrollar su actividad.
Alfonso XIII fue a Málaga tras la inundación (con Maura, presidente del Gobierno, y Gasset, Ministro de Fomento). Fue el inicio de lo que en 1921 sería la inauguración de la presa.
No fue fácil construir un embalse de 80 hectómetros cúbicos. Europa estaba en guerra y la maquinaria o respuestos necesarios eran difíciles de conseguir. El 21 de mayo de 1921, Alfonso XIII colocó la última piedra de la presa bajo una lluvia tronadora.
4. El Desfiladero de los Gaitanes: riesgo y belleza
El Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes es un cañón labrado por el río Guadalhorce. Hay puntos en los que sólo tiene 10 metros de anchura y 700 metros de profundidad.
El Desfiladero de los Gaitanes es uno de los paisajes más espectaculares de la Sierra Malagueña.
La construcción de las presas y del Caminito de mantenimiento no fue fácil. Ni mucho menos. Paredes verticales, agua, material pesado y la I Guerra Mundial desabasteciendo Europa de equipos y repuestos.
Tampoco fueron fáciles las obras de rehabilitación, que empezaron el 13 de marzo de 2014. Las técnicas y los materiales, eso sí, fueron mucho más distintos, mucho más seguros.
Los trabajos más arriesgados de la restauración del Caminito del Reey se hiceron sobre los 1.600 m de pasarelas aéreas. Escaladores, alpinistas y espeleólogos se sujetaron a los acantilados para fijar los anclajes metálicos y taladros a la roca viva.
Se transportaron unas 500 toneladas de acero y madera en helicópteros. Rafael Benjumea se hubiera entusiasmado al verlo en 1921. También alucinaría con el servicio de WiFi, el alumbrado o los cargadores USB del punto de información del Caminito.
5. El incendio
No todo fue bien en la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro. Un año después de la inundación de Málaga, en 1907, llegó el gran incendio en la planta generadora.
El 13 de octubre de 1908, la central se incendió. La causa fue el aceite seco en uno de los transformadores.
La Sociedad no pudo pagar a la compañía inglesa que distribuía la electricidad. Los clientes quedaron sin suministro. Había una central de reserva, pero no llegó. Se sugirío la venta de la Sociedad de El Chorro y se le ofreció a The Malaga Electricity.
Aún se arrastraban las deudas de la construcción de la central en un terreno como el del Desfiladero de los Gaitanes. Rafael Benjumea salió del trance: vendió las propiedades heredadas de su padre y aumentó la dependencia con su familia política, los Loring.
6. La muerte de cuatro excursionistas
Entre 1999 y 2000 murieron cuatro excursionistas. El esplendor de la energía eléctrica de El Chorro y la revolución del ferrocarril fueron envejeciendo. La revolución fue necesaria y breve.
La Junta de Andalucía, tras años de abandono del Caminito del Rey, decretó el cierre cuando murió el cuarto de los excursionistas que se arriesgaron a cruzar un paso histórico y devencijado.
Se convirtió en “el camino más peligroso del mundo”.
Durante más de dos décadas el Caminito del Rey cayó en el olvido. Quedó en un estado lamentable. Las barandillas de protección se despegaron de la roca y el suelo de las pasarela quedó en ruinas.
Los excursionistas que se arriesgaron a cruzarla debían colgarse sobre el vacío para salvar el paso. Algunas de las estructuras originales son visibles tras la rehabilitación del Caminito.
Recorrido virtual por el Caminito del Rey
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