Cástulo, la antigua gran ciudad iberorromana con mosaicos que se puede visitar
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08.09.2023
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Hay un lugar en Jaén, cerca de Linares, en el que se pueden ver los restos de la que fue una importante ciudad íbera primero, y romana después. Un yacimiento que muestra todo ello en un entorno natural que nos permite comprender al momento por qué se asentaron allí nuestros antepasados.
Autores como Estrabón, Plinio el Viejo o Tito Livio hablaron de Cástulo en sus obras, porque esa es la ciudad del pasado de la que vamos a hablar. El último de esos autores la mencionaba como una ciudad poderosa y famosa. Fue clave en la Segunda Guerra Púnica entre romanos y cartagineses. Tanto es así que el mítico Escipión el Africano se casó con una castulonense antes de partir hacia Roma, para poner al lugar de su lado.
Su ubicación y recursos
Los cambios en el asentamiento de Cástulo siguen una lógica con el paso del tiempo que es fácil de comprender. Los primeros hombres que pusieron su vida allí lo hicieron por su posición geográfica en la cabecera del valle de Guadalquivir y por su cercanía a los recursos naturales mineros de Sierra Morena.
En la zona se han encontrado restos de asentamientos desde la Edad del Cobre, y ese punto de partida sirvió para que el paso de los siglos mantuviera a Cástulo como un núcleo importante y creciente. Es decir, desde hace más de 4.000 años ya era Cástulo un asentamiento humano.
Situado junto al río Guadalimar, sobre esa enorme meseta se desarrolló más tarde una ciudad fortificada íbera, que fue uno de los núcleos más importantes de la Oretania, la región íbera que ocupaba parte de lo que hoy es Jaén, Albacete, Ciudad Real o Cuenca.
La minería fue el motor principal del asentamiento en sus inicios, junto con la ganadería y la agricultura. Si bien los fenicios ya habían dejado también su rastro en ese territorio, a partir del siglo VI a.C. la relevancia del oppidium (un fuerte o poblado sobre un alto) de Cástulo no dejó de aumentar. Fue una de las pocas ciudades iberas que tuvo su propia moneda y que comerciaba con lugares tan distantes como Grecia.
Un asentamiento como este, privilegiado en cuanto a su posición y con importantes construcciones ya desarrolladas, como era su imponente perímetro amurallado, hizo que los romanos pusieran sus ojos en él cuando conquistaron el sur de la península ibérica.
En tiempos del Imperio romano por Cástulo pasaba la vía Augusta, que unía siguiendo el litoral mediterráneo en gran medida Gades, lo que hoy es Cádiz, con Narbonem, Narbona, en el sur de Francia. Por esta vía y por el puerto fluvial de Cástulo pasaban los cereales, el aceite de oliva y los metales con los que comerciaban y se enriquecían los habitantes de la zona.
El mítico Ánibal creó una estrategia para afianzar una alianza
En los enfrentamientos de la Segunda Guerra Púnica entre romanos y cartagineses, Cástulo fue un lugar importante. El cartaginés Amílcar Barca la sometió a su control, pero poco después fue derrotado por el líder íbero oretano Orisón. Amílcar Barca murió, pero Orisón no mantuvo el control mucho tiempo. Los herederos de Amílcar volvieron a controlar Cástulo al poco tiempo y tanto es así que Aníbal Barca, el mítico estratega y general cartaginés que llevó sus elefantes de guerra más allá de los Pirineos y los Alpes para combatir a Roma, se casó con la hija de un noble de Cástulo.
La dama se llamaba Himilce y con esta unión se aseguraba el cartaginés la lealtad de la ciudad a sus intereses. O eso pensaba, porque, como veremos, los vientos cambiaron en Cástulo y acabaron soplando a favor de Roma.
El lugar era uno de los pulmones de los cartagineses a la hora de conseguir suministros de todo tipo para afrontar su ataque contra Roma. En las idas y venidas de poder de la época, Cástulo estuvo del lado cartaginés durante la primera parte de esa Segunda Guerra Púnica. Pero mientras las tropas de Aníbal se movían rumbo a Roma, las legiones romanas atacaron algunos de los territorios favorables a los cartagineses en la península ibérica, entre ellos, Cástulo.
Entre los años 214 a.C. y 211 a.C., el lugar cambió de manos entre cartagineses y romanos varias veces. En el 209 a.C. el general romano Escipión el Africano, cuyos padre y tío habían muerto en esa guerra en Hispania poco antes, se hizo con Carthago Nova. Tres años más tarde, tras asediar Cástulo, Escipión pactó con los nobles castulonenses el cambio de bando y el lugar formó ya parte del Imperio romano hasta el fin de este. El favor a Aníbal había muerto.
Los romanos acabaron dominando Cástulo
Esa alianza con los romanos permitió a Cástulo mantener cierta independencia, ahorrarse el pago de ciertos tributos a Roma y, sobre todo, seguir prosperando con el comercio y el control de los yacimientos mineros de la zona.
Por todo esto no es extraño encontrar en el yacimiento actual de Cástulo todo tipo de edificios e infraestructuras, como son termas, necrópolis, un puerto junto al río… Que nos hablan no sólo de la importancia mantenida en los siglos, sino también sobre ese solapamiento de culturas que ha ido generando allí el paso del tiempo. Uno de los primeros edificios cristianos de la península ibérica está en Cástulo, y data del siglo IV d.C.
Como en otros muchos yacimientos romanos, los mosaicos se han conservado de manera sorprendente y siguen siendo elementos bellísimos. En Cástulo hay uno, conocido como el mosaico de los Amores, impresionante por su tamaño, conservación y detalle, donde pueden verse desde elementos geométricos hasta representaciones mitológicas.
Cástulo fue perdiendo importancia en la época visigoda, pero todavía aguantó como centro habitado hasta el siglo XIV. De hecho, queda en la zona del yacimiento algún muro en pie del conocido como castillo de Santa Eufemia, del siglo XIII.
Cástulo estaba cerca, a tanto sólo 6 kilómetros, de la localidad actual de Linares, que es donde hoy está el Museo Arqueológico que conserva y exhibe gran parte de la colección de objetos de Cástulo. De Cástulo también han salido elementos a otros museos tanto nacionales, como el Arqueológico Nacional, como internacionales, lo que es una señal más de la importancia de este yacimiento.
Manuel Jesús Prieto