Castillo de Soutomaior: rural y muy científico
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19.01.2021
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Si los encargados de buscar localizaciones para los rodajes de Juegos de Tronos hubieran conocido este castillo en el interior de la ría de Vigo, no habrían dudado un segundo en usarlo para recrear alguno de los escenarios de los siete reinos de la famosa saga. No en vano, cuando se divisa el Castillo de Soutomaior (Pontevedra) cautiva rápidamente la imaginación de grandes y pequeños, tan fotogénico, rodeado de prados verdes, caseríos y bosques, mitad fortaleza, mitad palacio gótico, con su galería de damas y su puente levadizo. Sencillamente, perfecto.
Soutomaior, una historia fascinante
¿Fue Pedro Madruga en realidad Cristóbal Colón? ¿Quiénes fueron los irmandiños y su revolución? ¿Quién era la “Marquesa Roja”? Para dar respuesta a todas estas preguntas hay que dirigirse hasta la parroquia de San Salvador de Sotomayor, donde se encuentra este fascinante castillo.
Su origen se remonta al S. XII, cuando según apuntan las crónicas, se contruyó en terrenos cedidos por el rey Alfonso VII sobre la cima del Monte Viso (a 119 metros sobre el nivel del mar) una posición defensiva. Fue Paio Méndez Sorrede el primero en instalarse en este soto repleto de castaños del que tomarían luego apellido sus sucesores: Soutomaior.
En el S. XV heredó el castillo Pedro Álvarez, más conocido como Pedro Madruga, tras el fallecimiento de su hermano en el asedio de los irmandiños contra los nobles en la ciudad de Tui. Este Pedro Madruga no fue solo uno de los caballeros feudales más poderosos de la Galicia Medieval, sino que, según algunas teorías, su nombre puede esconder al verdadero Cristóbal Colón. Más allá de su personalidad histórica, Pedro Madruga reconstruyó y mejoró aspectos defensivos del castillo tras haber quedado parcialmente destruído durante la revuelta irmandiña (1467-1469). Fue la primera vez que el castillo estuvo a punto de convertirse en ruinas.
La segunda ocasión no se debió a ninguna guerra, sino que diferentes cuestiones sucesorias llevaron a que la Torre del Homenaje se desplomara y el conjunto presentara una imagen de ruina parcial. En tal estado de decadencia siguio hasta mediados del S. XIX, cuando Benito Fernando Correa y su esposa Zenobia Vinyals, marqueses de la Vega de Armijo, lo restauraron para convertirlo de castillo a un palacio de residencia de verano con la estructura definitiva que se ha logrado conservar hasta día de hoy.
María Vinyals: una de las primeras feministas españolas
Pero su fascinante historia no queda ahí. En el interior de sus murallas aguardan aún varias sorpresas más, como que éste fuera uno de los lugares intelectuales más importantes de finales del siglo XIX y principios del S. XX, gracias al papel destacado que jugó Maria Vinyals, la “Marquesa Roja”.
Esta mujer excepcional, sobrina de los marqueses de la Vega de Armijo, habitó en el palacio durante toda su vida y dejó todo un legado que justo comienza a descubrirse ahora. De carácter revolucionario, fue su segundo marido, el cubano Enrique Lluria, quien propició en ella profundas ideas socialistas. De un gran compromiso social, hizo que pasaran por los salones del castillo personalidades tan importantes como Castelao, Emilia Pardo Bazán o Joaquín Sorolla, entre otras muchas, e impulsó ideas revolucionarias para la época con respecto a la incipiente causa fenimista.
Un museo a la última en tecnología
Hay que destacar la labor de musealización del palacio, donde proyecciones sobre muros, vídeos con animaciones, maquetas, luces y los paneles informativos con una tipografía especial crean un espacio inmersivo donde poder hacerse con la abundante historia que hay detrás de este lugar prodigioso, la estrella de la corona del patrimonio científico de As Rías Baixas. Hasta los peques de la familia seguirán con toda la atención los secretos que esconde el Castillo de Soutomaior en un recorrido ameno y muy creativo a través de diez siglos en el paisaje del valle.
Un paraíso botánico
Y si su interior es apasionante, no lo es menos su exterior. Afuera, aguarda la belleza de unos delicados jardines, donde destacan las camelias que dan pinceladas coloridas aquí y allí. Es precisamente esta flor originaria de oriente que tan bién se aclimató en tierras gallegas su principal atractivo. En concreto, se exhibe una colección de 300 ejemplares de camelias, algo que sitúa a este espacio en el primer jardín de España y el séptimo de Europa en ser reconocido como Jardín de Excelencia Internacional por la Sociedad Internacional de la Camelia. Este certificado valora aspectos importantes de botánica, arquitectura e historia de la medicina, por lo que el Castillo de Soutomaior queda englobado como uno de los destinos Observer Science Tourism con los que cuenta Galicia.
Pero no solo camelias. En las 29 hectáreas, el jardín suma más de mil ejemplares de centenares de especies y decenas de familias botánicas diferentes, como cedros del Líbano, eucaliptos, palmeras, naranjos, jazmines y magnolias. Hay especies singulares como una araucaria de 150 años, una secuoya roja o un cedro con una cavidad capaz de albergar a una persona de pie… En definitiva, un jardín fabuloso que se origina con los marqueses de la Vega de Armijo y que toma su impulso definitivo ya en la década de los 80 del siglo pasado, cuando la Diputación de Pontevedra le dio la forma de parque botánico con la que ha llegado a la actualidad. Bosques auténticos, árboles frutales, un jardín inglés, un jardín francés y sin rastro de las escenas bélicas que dieron origen al castillo.
José Alejandro Adamuz