Una de las características de la provincia castellano manchega de Cuenca es su arte para exhibir formaciones geológicas de lo más diversas y sorprendentes. La Ciudad Encantada de Cuenca, las Torcas de Palancares o la Ruta de las Caras de Buendía son solo algunos ejemplos, pero aún hay más, como el Cañón de Talayuelas del que vamos a hablar hoy.
Para conocer esta peculiar formación conquense, nos dirigimos al término municipal de Talayuelas, situado en la Serranía Baja de Cuenca. Una vez en la localidad, siguiendo la N-330 dirección Uriel, tan solo nos separan 5 kilómetros del Cañón de Talayuelas, también conocido como La Plaza de Toros.
Una vez dejamos el coche, es hora de caminar por un sencillo sendero sin apenas desnivel y 1,5 kilómetros -solo ida-, para llegar a nuestro destino. Allí nos espera el espectacular desfiladero teñido de rojo que, con buena dosis de paciencia, ha esculpido la naturaleza durante siglos con el viento y el agua como únicas herramientas.
Uno de sus mayores atractivos son las impresionantes vistas que ofrece. El mirador que hay habilitado es el mejor punto desde donde capturar toda su magnitud. Grandioso. De hecho, son tres los miradores que hay habilitados en los alrededores: El Mirador de la Sierra, con las mejores vistas de la propia Talayuelas, El Pulpitejo, al que se accede por una escalera tallada en un gran bloque de piedra y El Tormo, con las visuales más impactantes.
La pista forestal que nos conduce hasta esta maravilla natural no tiene pérdida alguna y está muy bien señalizada. Eso sí, dado que el terreno que rodea este entorno es algo inestable, es recomendable seguir las indicaciones y no pisar más allá del límite establecido por los hierros dispuestos a lo largo del «circo».
¿Nuestros compañeros de ruta? Pinares de rodeno, enebros, sabinas, jaras y un nutrido desfile de plantas aromáticas que harán las delicias de nuestro sentido olfativo.
Cuando apenas queden 100 metros para llegar, aún nos preguntaremos dónde está nuestro objetivo del día. Y es que el Cañón de Talayuelas no aparece hasta que no alcanzamos el mismo límite del accidente geográfico; un momento en el que resulta inevitable quedarse boquiabierto ante el profundo hundimiento de roca arenisca que las aguas del Arroyo Regajo ha formado en su camino al Embalse valenciano de Benagever.
Qué ver cerca del cañón de Talayuelas
Pero no es este el único atractivo de esta zona de la Serranía de Cuenca. Ya que visitamos este lugar, podemos aprovechar para alzar la vista y sorprendernos con los 1.430 metros de altura del Pico de Ranera, acercarnos a su laguna permanente alimentada en gran parte por las aguas del subsuelo o relajarnos junto a algunos de las numerosas fuentes que encontramos repartidas por diferentes puntos.
Podemos elegir entre La Hoya, Las Canalejas, Los Cubillejos, Los Tornajos o Las Estacas, emanaciones de agua de gran calidad junto a las que pasar un agradable momento de conexión con la naturaleza. Algunas incluso, tienen mesas y zona de barbacoa para organizar un día de celebración gastronómica. Por supuesto, con mucha precaución.
Elísabet García
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo