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A Caldes de Montbui (Barcelona) no se va para visitarlo, sino para tomarle la temperatura, que por algo es uno de los pueblos más calientes de Cataluña. Y no, no es que lo diga yo, lo dice su nombre; y a los topónimos hay que hacerles caso, que algo de razón siempre tienen. Así, de Caldes de Montbui nos interesa lo de “caldes”, que tiene que ver con “caliente”.
Los pocos kilómetros que separan esta población de Barcelona nos podrían llevar a la errónea idea de que a Caldes de Montbui se va de excursión en el día y que visto lo visto, se vuelve. Pero no, lo ideal es alojarnos en alguno de sus balnearios y relajarnos con los tratamientos termales, pasear por las calles tranquilas, descubrir la historia del lugar y disfrutar de la gastronomía –con productos artesanales como el mató, la pasta de sopa, los embutidos o la única cerveza artesanal realizada con agua termal–.
Qué hacer en Caldes de Montbui
Desde los romanos, que Caldes de Montbui es famosa por sus aguas termales. Por aquel entonces, se le conocía como Aquae-Calidae; pero lo que no ha cambiado es su tradición termal. El secreto de la rica actividad balnearia reside en las aguas calientes que brotan del suelo.
De hecho, las fuentes de este municipio brotan humeantes a 74 grados, lo que las convierte en una de las fuentes de mayor temperatura de España. No es nada difícil ver a algunos vecinos tomar agua para cocinar o lavar y fregar en casa. Las fuentes más populares de Caldes de Montbui son la Font del Lleó, que ostenta el récord de temperatura, y la Font de la Canaleta y Font de L’Ángel, a menor temperatura.
Quedan las termas romanas como testimonio de la larga tradición de los baños medicinales en Caldes de Montbui. Multitud de viajeros de la época recorrían la Hispania para curar males. Lo que se ha recuperado de aquellas instalaciones se puede ver junto a la Plaza de la Font del Lleó. Se trata de una piscina de unos doce metros que formó parte de un gran complejo con diferentes instalaciones.
Tanta abundancia de agua de calidad hace que en Caldes de Montbui se use hasta para hacer la colada. Se puede pasear por el pueblo y observar cómo la tradición de lavar a mano aún perdura en los lavaderos públicos. A los lavaderos de la Portalera o el de la Canaleta todavía acuden lugareños para hacer la colada, y aseguran que la ropa no queda ni la mitad de bien cuando la lavan en casa.
Visitar el Museo de Caldes de Montbui
Lo mejor será comenzar nuestro recorrido por Caldes de Montbui con una visita al Museo Thermalia. El museo expone un recorrido por la larga e interesante historia como lugar de baños medicinales, desde los romanos hasta la edad dorada de los balnearios en el siglo XIX. A Caldes de Montbui llegaron para darse baños la reina Isabel II, artistas como los pintores Mir y Gispert e, incluso, el mismísimo Ladislao Kubala. De aquella época, aún siguen con la actividad el Espacio de Can Rius o el Balneario Broquetas, con una excepcional decoración modernista.
En las salas de la exposición permanente del museo, nos aguarda una peculiar sorpresa: una de las colecciones de obras de Picasso más interesantes de España. Esculturas, dibujos y litografías, más de un centenar de piezas, que Pablo Picasso envió a su buen amigo Manolo Hugué, también pintor y escultor. Manolo Hugué llegó enfermo de reumatismo a Caldes de Montbui. Su gran amigo, envió a la familia algunas de sus obras para que con la venta pudieran pagar los costosos tratamientos. No cabe duda, que la familia Hugué no vendió nada.
Y en diciembre, la primera feria navideña de Cataluña
Conforme llegan fechas navideñas, en Caldes de Montbuí se ponen en marcha para tener listo el primer mercado navideño de Cataluña. Cada año, el primer fin de semana de diciembre, el casco antiguo se llena de actividades familiares y deliciosos puestos de venta de adornos y otros complementos navideños.
Aunque para delicioso el brou de Nadal que se cocina, según los responsables, en la olla más grande de Cataluña, capaz de ofrecer más de cinco mil raciones. Y, no podía ser de otro modo, el secreto de este especial caldo es el agua con el que se cocina.
José Alejandro Adamuz