El otoño es uno de los mejores momentos del año para pasear por el bosque. Los caminos quedan envueltos por una paleta de colores que deja una fascinante y nostálgica estampa, con amarillos, verdes, rojos, verdes pálidos y marrones. Además, han bajado las temperaturas y hace un clima más favorable a perderse por el monte y a explorar sus rincones. En Andalucía son muchos los bosques con duende que nos esperan con enclaves inolvidables.
Déjate llevar por la belleza natural de estos bosques que hay repartidos por todas las provincias andaluzas. Todos ellos tienen, por un motivo u otro, un encanto especial.
El Bosque Encantado (Huelva)
El nombre de este pulmón verde de Huelva ya lo dice todo. Y con el colorido otoñal, el Bosque Encantado se vuelve todavía más mágico. Se encuentra entre las poblaciones de Fuenteheridos y Galaroza, exhibiendo un tapiz de helechos que aprovechan la sombra de los castaños. En esta época del año es, por cierto, cuando caen sus frutos.
Hay una ruta que nos lleva de Fuenteheridos a Castaño del Robledo, con un interesante casco histórico. El recorrido pasa por el Bosque Encantado y discurre por la ribera del Jabugo. Todo un espectáculo visual en el que se entremezclan los tonos amarillos, verdes, naranjas y ocres.
El Bosque Galería de la Ribera del Huéznar (Sevilla)
El río Huéznar discurre desde su nacimiento y hasta el municipio de Cazalla como un precioso borbotón del suelo, acompañando un bosque en galería con mucho encanto en Sevilla. ¿En qué consiste? Es un paisaje complejo y variado, un auténtico universo vegetal que dibuja diferentes estampas idílicas con una variada flora, como fresnos, sauces, alisos y madroños.
Vale la pena recorrer el sendero que discurre junto al cauce. Se puede hacer a pie o en bicicleta y lleva a conocer espacios con mucho duende, cascadas que están declaradas monumento natural y rincones que son casi islas, como Margarita, que cuenta con un área recreativa. Con un poco de suerte, podemos llegar a ver hasta nutrias.
Los Baños de Popea y Arroyo Bejarano (Córdoba)
En el interior de Sierra Morena se esconde un paraíso terrenal. Dos de los lugares naturales más emblemáticos de Córdoba están en la pequeña barriada de Santa María de Trassierra. Por un lado, el arroyo Bejarano, afluente del río Guadiato, en el que se pueden admirar espectaculares saltos de agua cristalina y cascadas sorprendentes que alternan su vigorosidad con pozas mansas de agua.
Por otro lado, cerca de la desembocadura del río están los conocidos Baños de Popea, en medio de una vegetación exuberante de alto valor ecológico. Te invitamos a conocer este bosque con una ruta circular de unos 6 kilómetros, sencilla y accesible.
Otro atractivo a visitar Sierra Morena en otoño es la posibilidad de asistir al impresionante espectáculo de la berrea del ciervo, en la que los machos emiten unos sonidos guturales que agitan el bosque.
El Llano de los Tejos Milenarios (Jaén)
Pasear por el mágico bosque de El Llano de los Tejos Milenarios de Jaén significa ponerse cara a cara con árboles que han visto de todo, ya que tienen 2.000 años de antigüedad. De hecho, hay un tejo macho y otro hembra que perviven desde la época romana. Hoy estos ejemplares de perfil piramidal conforman un paraje espectacular junto a jabalíes, muflones y cabras montesas.
Podemos recorrer el sendero de los Tejos Milenarios para conocer más a fondo uno de los ecosistemas mejor conservados de Andalucía en apenas media hora a pie. Quién sabe, quizás podáis ver el fruto del tejo. Solo florece en otoño, aunque lo hace cada 6 o 7 años… ¡Suerte!
El Bosque de la Niebla de Los Llanos del Juncal (Cádiz)
Nos acercamos a un bosque con duende lleno de misterio en la zona más meridional del Parque Natural de los Alcornocales, entre Tarifa y Algeciras. Quizás nunca te hubieras imaginado que en estas latitudes existiera un paraje así: es un bosque de lluvia, sombrío y denso; tanto, que casi tapa el cielo, con los troncos y las piedras recubiertas de musgo, con infinidad de helechos y laurisilva, con un pequeño arroyo que se escucha más de lo que se ve.
Podemos conocer este reducto botánico que es una auténtica reliquia prehistórica, más propia de las islas atlánticas que de Andalucía, gracias a un asequible sendero de 3 kilómetros. Es una pequeña y sorprendente muestra de bosque subtropical que ocupó Europa antes de la glaciación.
El Pinsapar de Yunquera (Málaga)
Uno de los mejores bosques de pinsapo del mundo crece actualmente en Yunquera. Podemos acercarnos a conocerlos en primera persona siguiendo los senderos que parten del Puerto del Saucillo. Algunos ejemplares de estos árboles llegan a alcanzar los 30 metros de altura, dejando un paisaje de inspiración nórdica.
En este patrimonio botánico único destaca el pinsapo del Candelabro, peculiar por la forma de sus ramas: tiene cuatro brazos horizontales que se elevan hacia el cielo.
El Bosque de Secuoyas gigantes de La Losa (Granada)
En El Cortijo de la Losa, en las faldas de la Sierra de La Sagra, podemos pasear por un singular bosque de secuoyas. Hace 150 años el marqués de Corvera hizo plantar un grupo de 30 ejemplares, donde están hoy los árboles más altos de Andalucía, ya que alcanzan los 60 metros.
La secuoya más ancha tiene 7 metros, por lo que abrazarla requiere ¡hasta cinco personas! Una curiosidad que vale la pena conocer en el interior de Granada.
El Bosque Sumergido del Arrecife Barrera de Posidonias (Almería)
Acabamos este listado sobre los bosques más interesantes de Andalucía con uno que no está en la superficie terrestre, ¡sino en el mar! El Bosque Sumergido del Arrecife Barrera de Posidonias de Almería es el único del litoral andaluz que alberga un bosque de posidonia, una planta conocida por la biodiversidad que atrae.
Son 100 hectáreas de bosque submarino que alberga más de 800 especies como peces, camarones, cangrejos y esponjas, a pocos metros de la costa de Roquetas. Para admirar su variada fauna no hace falta practicar submarinismo; basta con hacer snorkel. En otoño, hay que equiparse bien con neopreno.
Por cierto, en esta época del año la posidonia también pierde sus hojas, que se tornan de color marrón y que son las que acaban en las playas con los temporales y ayudan a fijar la arena durante el invierno.
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