El turismo rural en España adolece de un factor clave para el éxito: la cooperación y el trabajo en equipo. Durante la mesa redonda bajo el título «Beneficios reales del trabajo en equipo en turismo rural», los participantes reflexionaron acerca de modelos de colaboración entre empresarios para que el turismo rural en España aproveche todo tipo de sinergias.
Enric López contextualizó el debate aportando datos sobre el asociacionismo: el 45% no pertence a ninguna asociación y el 30% espera de una asociación que promocione el destino.
La mesa redonda, moderada por Rafael García, Director de Proyectos de la Mancomunidad del Valle Norte del Lozoya, estuvo compuesta por:
- Ana Concejo, Gerente del Clúster de Turismo Rural de Asturias
- Victoria Cacharrón, Propietaria del alojamiento La Quinta del Chocolatero (Ávila)
- Julio Bobes, Presidente de ATAYA (Asociación de Turismo Activo y Albergues de Asturias)
- Antonio Jiménez, director de la Fundación Santa María de Albarracín, Teruel
- Rafael García, director de Proyectos de la Mancomunidad del Valle Norte del Lozoya.
La mesa redonda se desarrolló en torno a las experiencias de los ponentes. Comenzó Julio Bobes, que destacó la importancia de que el empresario conozca los recursos de su zona y la coordinación entre empresarios.
Ana Concejo inició su intervención abordando los orígenes del Cluster de Turismo Rural de Asturias, que trabaja con 55 empresas. En su opinión, el turismo rural debería considerarse un sector estratégico en la economía de Asturias para fijar la población y complementar otros sectores. Para ello, aseguró que es necesario el trabajo de varias empresas, focalizadas en una actividad: comercializadoras, consultoras…
Concejo destacó el papel del Clúster para convencer, mediante un plan estratégico de cuatro años con las aportaciones de todos, de la cooperación entre todos los protagonistas del turismo rural en Asturias. Una de las conclusiones del plan estratégico del Clúster es el cliente extranjero, «el cliente que tiene tiempo y dinero».
Antonio Jiménez explicó su experiencia poniendo en valor el patrimonio de Albarracín. «El recurso no es el turismo. Es el patrimonio. Lo que nos hace singulares». Subrayó que hoy la iniciativa de la fundación da trabajo a 26 personas y pueden llegar a organizar eventos en «ese lugar de Teruel».
Victoria Cacharrón habló desde el punto de vista de su pequeño negocio desde que sobrevino la crisis. «Empecé a colaborar. Vi que la colaboración nace de uno mismo». También destacó los datos del blogtrip que organizaron: más de diez millones de impactos durante el blogtrip. «Me enorgullece que se empiecen a hacer pequeñas cosas desde la base y la que hagamos uno a uno nos puede ayudar para hacernos grandes».
Rafael García añadió a la mesa cómo abordar la internacionalización a través de una colaboración pública-privada. ¿Debemos ir a un modelo de colaboración público-privada como las fundaciones?
Ana Concejo se mostró de acuerdo. En su opinión, el turismo rural es un ámbito muy pequeño para el turista internacional y es muy difícil visibilizarse a nivel de municipio.
Por último, el debate se centró en la importancia del patrimonio para dar valor al territorio, que fija también a la población, y Rafael García apuntó a la sostenibilidad económica de los proyectos patrimoniales porque «podríamos tener palacios, pero cerrados».
Entre el público y la mesa hubo consenso en que la colaboración, en lugar de la competencia, favorece a todos los implicados en el turismo rural y la importancia que el sector tiene para evitar la despoblación. «Tenemos que trabajar conjuntamente para desarrollar los pueblos, que los niños jueguen, que haya gallinas, patrimonio y turismo rural», concluyó Rafael García.
Escapada Rural