El belén de Tirisiti de Alcoy: títeres con más de un siglo de vida
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11.12.2024
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Hoy en día vivimos rodeados de pantallas que nos transmiten contenido corto y rápido. Los niños y las niñas han nacido y se han criado con ello, en un mundo lleno de estímulos instantáneos de los que pronto se cansan y buscan otros. Y en este contexto, en el que los peques apenas tienen paciencia para ver un vídeo de 20 segundos, sigue triunfando, como un símbolo tradicional casi revolucionario, un espectáculo navideño de marionetas en Alcoy. Hablamos del belén de Tirisiti.
Un poco de historia sobre el Tirisiti de Alcoy
El “Betlem de Tirisiti” es un retablo de títeres de pie y varilla, es decir, que van montados sobre unas varillas verticales y corren por unas guías que hay por todo el escenario y que se entremezclan con el atrezzo, una práctica ya casi desaparecida. Los animadores de estas marionetas tradicionales están debajo del escenario.
Los orígenes obra datan del siglo XIX, hacia 1870. Es importante el contexto socioeconómico. Alcoy, con una potente industria textil, fue la primera ciudad valenciana en la que triunfó la revolución industrial. El espectáculo combina elementos religiosos y populares del costumbrismo local, como se ve en los personajes que aparecen. Algunos de ellos son: el hostalero Tirisiti y su mujer, Tereseta, la ventera; así como otros como “L’Agüelo”, el sereno, “La Sagrada Familia”, el sacristán, el torero “clásico”, los pastores y el patrón de Alcoy, Sant Jordi.
En cuanto al elenco de personajes, no hay novedades con el paso de los años. Sí se hicieron dos títeres especiales cuando fallecieron dos personas clave para el belén de Tirisiti: Alejandro Soler, el artesano que elaboró las marionetas que se utilizan en la actualidad; y su mujer, Paqui Dénia, que era la encargada de tejer sus vestuarios. Ambos aparecieron en la función durante 10 años, hasta que en 2023 pasaron a formar parte de la exposición que se exhibe antes de entrar a las butacas.
El belén de Tirisiti se interpreta del 22 de noviembre al 5 de enero. Dura media hora y es uno de los espectáculos navideños más conocidos y queridos de la provincia de Alicante. Como hitos históricos, conviene destacar que fue declarado Bien Inmaterial de Interés Cultural (BIC) en 2002 y que la representación ocupó su ubicación actual, en el Teatro Principal (calle Santo Tomás, 5. Alcoy) en 2006.
Una compañía de teatro coge el relevo
En sus más de 100 años de historia, la representación del belén de Tirisiti ha pasado por diferentes empresas familiares. Desde 1989 lo gestiona la compañía de teatro La Dependent (antes conocida como La Cassola), a través de una cesión del Ayuntamiento de Alcoy, que es el tutor y propietario del patrimonio de la obra.
La coordinadora del belén de Tirisiti, Lidia Miró, recuerda cómo fue coger el testigo de una obra tan especial en Alcoy: “Se habló con la última familia que había hecho la representación del retablo para recuperar el guion original, que hasta entonces se conocía, pero no estaba escrito, ya que se transmitía de manera oral”.
“Se habló con la última familia que había hecho la representación del retablo para recuperar el guion original”
Se refiere a José Peidro y su familia, conocidos como ‘Foia’. También les enseñaron a hacer los movimientos y les explicaron cuándo comenzaba cada escena, qué parte era en valenciano y cuál en castellano (la interpretación es bilingüe), así como todo lo que necesitaban saber para mantener la esencia de una representación histórica.
Después, a instancias del ayuntamiento, incorporaron un prólogo a través de la voz de una narradora para suavizar la entrada de las marionetas:
“Des de molt antic i dins d’aquestes terres tan veïnes de la Mariola, de l’Ull del Moro i del Montcabrer, han passat moltes coses, han passat els dies, les hores, també els homes. L’un darrere l’altre amb l’esforç quotidià que comporta el viure”. (“Desde muy antiguo y dentro de estas tierras tan vecinas de Mariola, de l’Ull del Moro y del Montcabrer, han pasado muchas cosas, han pasado los días, las horas, también los hombres. Uno tras otro con el esfuerzo cotidiano que comporta el vivir”). Y se añadieron las lengüetas metálicas que confieren una vocalización peculiar a los personajes.
Títeres de madera en la era digital
Cada año acuden más de 13.000 personas a ver el espectáculo del belén de Tirisiti de Alcoy. A Lidia Miró le llama la atención que va público de todas las edades: “guarderías, colegios, universidades, familias, personas mayores…”. Todavía les sorprende la acogida que tiene cuando comienzan la campaña, momento en el que reciben unas “200 solicitudes de reserva”. “Ofrecemos la actividad, pero no sabes qué va a pasar. Cuando empiezan a llegar las reservas te das cuenta de que continúa interesando”, observa la coordinadora.
En la era de las pantallas, de la imagen, de los vídeos cortos y de la sobresaturación de estímulos, parece casi un acto revolucionario que se siga realizando una obra de marionetas y que tenga tanto público. “Es un milagro”, asiente Miró, quien asegura que no hay ningún grupo al que hayan visto desconectando del espectáculo. “Ni los adolescentes”, anota.
La acogida que tiene cada año el belén del Tirisiti es una muestra de que lo analógico no está del todo perdido. “Pensamos que se explica por la duración que tiene, solo media hora. No es un TikTok, pero no es larga. Además, tiene un ritmo muy frenético que hace que no te dé tiempo a aburrirte”, sostiene la coordinadora.
La misma compañía de teatro La Dependent se encarga de hacerles un “mantenimiento básico” para corregir el desgaste que pueden tener durante las representaciones, ya que los movimientos “son muy bruscos” y la madera se puede pelar y las telas rasgarse. Como decíamos, hay margen para ver la obra hasta el 5 de enero. El día de Reyes las marionetas volverán a sus maletas y no se las volverá a ver hasta la siguiente Navidad, a no ser que formen parte de alguna exposición o feria. Pero las representaciones solo las pueden hacer en estas fechas. Es algo inherente a estar declarado BIC y, a fin de cuentas, ¡es un belén!
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Colaboradora en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. En mi mochila nunca falta saco ni esterilla. Ah, también soy un intento de baserritarra.
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