Atauta: el pueblo con más bodegas subterráneas que habitantes
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22.01.2024
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En la pintoresca comarca de la Ribera del Duero, entre extensos campos de viñedos de la provincia de Soria, se encuentra un pequeño tesoro: Atauta y el Plantío. Una localidad perteneciente al Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz con 141 bodegas subterráneas, 9 lagares y 19 lagaretas declaradas Bien de Interés Cultural que, mimetizados con el campo, a lo lejos se nos asemeja a un poblado hobbit.
Para obtener las mejores vistas habrá que subir hasta lo alto de Atauta. Allí, en la curva que baja hasta El Plantío nos encontramos con Adolfo Tomás, alcalde de la localidad. “Somos la tacita de oro de la Ribera del Duero”, nos dice orgulloso. “En cada estación del año podemos contemplar un color diferente”. Es abril y, aunque el cielo amaneció cubierto, las nubes empiezan a dejar paso al sol. Todo está verde.
Atauta es un pueblo tranquilo. Tiene apenas 40 habitantes, sin embargo, gracias a su historia y cultura vitícola, y a la lucha de su alcalde, ha sabido hacerse un hueco en el mapa. No hay enólogo o bodeguero que, estando en la Ribera del Duero, no se sienta atraído por este rincón del vino soriano. “Hay profesionales que llevan más de 23 años haciendo trabajos de investigación en nuestra zona de viñedos, analizando los suelos”, apunta Tomás.
La zona de El Plantío es como un museo del vino al aire libre. Sus ciento de bodegas y lagares, excavados en roca caliza, son del siglo XIX. Sin embargo, tal y como explica su alcalde, los primeros registros de viñas en la zona son muy anteriores: datan del año 1201.
“Tenemos un Museo Etnográfico, que está en lo que antes era la escuela, donde los visitantes pueden conocer la historia del Plantío y de Atauta”, nos cuenta. Según los paneles explicativos que cubren las paredes, las bodegas y lagares fueron excavados por los vecinos debido a las óptimas condiciones para la producción y crianza del vino. Gracias a la oscuridad y la ventilación, la temperatura y la humedad en estos espacios es constante: hay unos 10º todo el año.
Aunque esta zona vitícola tuvo su época de máximo esplendor, los vecinos vivieron momentos difíciles con la expansión de la filoxera desde Francia a mediados del siglo XIX. Tampoco ayudó la gran granizada que sufrieron en 1945, que dejó sin cosecha de uva y cereal a sus habitantes, muchos de ellos sintiéndose obligados a emigrar. Así como tampoco los cambios socioeconómicos del siglo XX.
Todo ello provocó que El Plantío entrase en declive, muchas de sus bodegas fueron abandonadas y otras, en cambio, se utilizaron como espacios de reunión o para eventos sociales.
A pesar de ello, hoy la tradición vitícola de Atauta se mantiene viva. Esto es gracias a la recuperación de las cepas que lograron sobrevivir a la filoxera; y a las bodegas como Dominio de Atauta, que elabora premiados caldos. “Tenemos dos vinos de Atauta en la Denominación de Origen”, explica Alfonso Tomás.
Además, gracias a la declaración Bien de Interés Cultural de El Plantío, muchas de las bodegas particulares y los lagares que estaban abandonados fueron rehabilitados. “Son privadas, todas tienen su propietario”, indica Tomás mientras nos invita a entrar a la suya. Aunque uno de los antiguos lagares se ha habilitado como museo. En él podemos ver cómo era el prensado de la uva, así como los aparatos con los que antiguamente se elaboraba el vino.
Dominio de Atauta, uno de los viñedos más antiguos de Europa
Qué mejor que conocer la tradición vitícola de Atauta que con el paladar. A escasos metros, a las afueras del pueblo podemos visitar Dominio de Atauta, unas bodegas rodeadas de muchas y pequeñas parcelas de vid, algunas de ellas anteriores a la filoxera.
Allí nos recibe Charlot, que nos invita a subirnos al coche para recorrer los cientos de minifundios que cubren las laderas de Atauta. En total son unos 4 kilómetros y tiene forma de pescado. “Cada uno de los terrenos tiene sus peculiaridades. Depende del suelo, de la altitud y del viento”, nos explica mientras conduce.
La parte más baja del valle de Atauta está a 930 metros. Y la más alta llega a los 1.000 metros de altitud. “Es la zona más fría de la Ribera del Duero. Al bajar de los 10 grados, la uva tarda más en llegar a su maduración y punto óptimo”, continúa. La mayor parte está plantado en vaso y es tempranillo.
Otra de sus características es que, debido a las pequeñas dimensiones de los campos de cultivo, pertenecientes a diferentes propietarios, los trabajos son manuales. Las realizan de forma tradicional. Eso también hace que la producción sea pequeña. En total, cuenta con 8 tipos de vino y una producción de unas 400.000 botellas.
Entre sus caldos podemos encontrar los clásicos, como Dominio de Atauta, donde se concentran 25 tipos de cultivo diferente; Parada de Atauta, cultivado en suelos más arenosos; y Dos fincas. Así como vinos con producciones más pequeñas como Llanos del Almendro o Valdegatiles.
Dominio de Atauta realiza visitas guiadas donde, además de poder conocer las diferentes parcelas de cultivo, nos acerca hasta El Plantío, para finalizar la jornada con buena sabor de boca: una cata de los vinos que dan personalidad a esta zona de Soria y de la Ribera del Duero.
Laura Fernández